Esta historia corta es la continuación del One Shot 16° que escribí sobre #ChrisEvans
Aquí voy a desarrollarla mejor ♥
Espero que les gusten y por favor, no utilicen la historia sin permiso.
GRACIAS.
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#2 en Cevans...
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La luz había comenzado a escurrirse entre las cortinas de las grandes ventanas de la habitación y lentamente comencé a frotar mis ojos con una mano, ya que sobre mi otro brazo se encontraba la cabeza de Lizzie.
—¿Qué hora es?—le consulté al notar que estaba despierta.
—Las nueve—susurró al echarle un rápido vistazo al reloj digital que había sobre la mesa de luz del lado de Chris.
—¿Tu papá?—consulté al abrazarla por detrás y esconder mi rostro en su cabello.
—Se levantó hace unos minutos—rio con ternura ya que le hacia cosquillas—. Dijo que iba a hacer el desayuno así que debería ir a ver que no este comiendo algo que vaya a caerle mal
—Deberías—reí al besar su cabeza—. ¿Aún tienes el cepillo de dientes de repuesto en tu mochila?
—Sip, ahora te lo traigo—comentó al levantarse y salir de la habitación mientras iba desperezándose.
Sin perder mucho mas tiempo me levanté y acomodé la cama para luego ir al baño a cambiarme de ropa.
—Aquí tienes—dijo Lizzie al volver y ver que justo entraba al baño.
—Gracias cielo—respondí al tomar el cepillo que seguía en su paquete original.
Lizzie me sonrió y acto seguido desapareció de allí para dejarme sola en el baño. Unos cuantos minutos después salí para dejar la ropa doblada que Chris me había prestado la noche anterior y me dirigí a la cocina.
—¡Lizzie! ¡Deja de hacer eso!—exclamó Chris entre risas desde la cocina.
La inconfundible y contagiosa risa de Lizzie inundó toda la casa, lo cual solo me hizo sonreír.
—¿Qué sucede aquí?—pregunté con divertida curiosidad al ver que Chris justo sentaba a Lizzie sobre la mesada.
—El tío Scott me enseñó a como asustar a papá—respondió entre risas, quitando las manos de Chris que trataban de hacerle cosquillas.
—Pero tú te estas abusando de ese conocimiento—dijo entre risas Chris al tomar el rostro de Lizzie para frotar su barba en la mejilla de esta.
—¡No!—chilló tentada—¡Suéltame!
Sin poder evitarlo me apoyé de costado en el arco de la entrada de la cocina y los observé con dulzura, disfrutando de aquellas risas y de esa vista tan preciosa.
—¿Dormiste bien?—dijo Chris con una sonrisa, sacándome de mi ensoñación.
—Si, lo hice. ¿Tú te sientes mejor?
—Mucho mejor—aseguró al acercarse a mi y darme una taza con té recién hecho—.Gracias por lo de anoche
—Gracias—respondí al tomar la taza y no fue nada—sonreí con ternura al mirarlo a los ojos.
