La castaña fue hacia la herrería junto con otras sirvientas para servir el almuerzo a los trabajadores, al llegar pudo visualizar de inmediato a su padre quien al verla no pudo evitar ir hacia ella para darle un fuerte abrazo. Ya sabía que no le había sucedido nada, pero Ronald no conseguía tener la mente tranquila.
—Hija mía, que feliz estoy de verte, supe que fue Haler quien te rescató, hablamos cuando llegué del bosque y fui a dejar el caballo al establo. No volviste y fui a buscarte, lo siento tanto esto es mi culpa— Ronald habló casi entre lagrimas y se despegó de su hija al notar que todos observaban la escena. No quería que lo notaran preocupado o nervioso.
—¿Cómo supiste que fui llevada al bosque? Debemos hablar de lo que sucedió padre, necesito que me expliques muchas cosas— Mackenzie lo miró desafiante, en ese instante se preguntó si su padre seria capaz de aliarse con el hombre que la secuestró hace unas horas.
—Te prometo que esta noche tendremos una conversación—respondió con prisa, otro hombre lo estaba llamando mientras las sirvientas servían el almuerzo.
Mackenzie solo asintió y ayudó a sus compañeras con el trabajo, hacia todo con gran velocidad para luego ir a tumbarse en su cama y dormir un poco, estaba exhausta, Cleonise se ofreció nuevamente en ayudarla a terminar las tareas que le faltaban. Al terminar regresó a la cocina y al terminar de dejar todo en orden, abandonó el lugar sin ser vista por el jefe.Fue caminando por los pasillos hasta llegar a la puerta de su cuarto y encontrar a Haler parado justo en frente.
—Hola señorita Mackenzie, te he traído manzanas—saludó con una gran sonrisa entregándole a la joven una pequeña canastilla con manzanas.
—Gracias Haler, eres muy gentil—Mackenzie soltó una risa nerviosa.
—Se que te encantan, también vine porque quería saber cómo estaba—habló alejándose un poco para que ella pudiera abrir la puerta.
Mackenzie se sintió halagada y encantada con el gesto.
—Aun tengo mucho miedo, pero estoy bien, ya vi a mi padre y hablaremos después, ahora me he escapado para dormir un poco—dijo mientras entraba a su cuarto e invitaba a Haler a pasar y tomar asiento.
—Lo imagino, no dudes pedirme ayuda para lo que necesites. Creo que debo dejarte descansar y también debo volver a mis deberes—murmuró notándola realmente cansada y supuso que lo mejor sería que no molestara.
—Gracias por ser tan amable y dulce conmigo, gracias por las manzanas—tomó sus manos y Haler las besó sin dejar de posar su mirada en ella.
Haler tenía fuertes sentimientos hacia ella, trataba de no exteriorizarlos, pero a veces simplemente no podía disimularlo, Mackenzie no era capaz de descifrar lo que comenzaba a sentir por él, no era capaz de notar como la veía o trataba porque ser un caballero siempre fue parte de la personalidad del soldado.
—Descansa—dijo Haler en forma de despedida y cerró la puerta.
“Descansa mi bella flor”, susurró el soldado para sí mientras se alejaba.
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SIRK
Teen FictionMackenzie Allen, una joven criada del palacio de Sirk; descubre a su padre envuelto en un complot con el duque real para destituir al rey Thomas Platzman. En sus intentos por frenar a su padre, Mackenzie conseguirá desenterrar secretos de su pasado...