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-Te acompañaré a casa, no puedo dejar que te vayas así como así- El rubio permanecía de pie en la entrada de su palacio

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-Te acompañaré a casa, no puedo dejar que te vayas así como así- El rubio permanecía de pie en la entrada de su palacio.

-Eso me gustaría pero, ¿no sería un problema?. Eres un dios y si todos te ven usando esa ropa y portando ese tridente tal vez..- Guardó silencio sin terminar de hablar, lo menos que quería era darle más problemas a Poseidón.

Este se hechó un vistazo rápido y suspiró.

-Supongo que...- Apartó su mirada seriamente -Podría cambiarme...- Murmuró esperando a que la joven no diera oído a sus palabras.

Una ligera risa se escuchó por parte de la azabache.

-No tienes que hacerlo si no quieres, no te preocupes por mi. Puedo regresar sola- Insistió, si había algo que no le gustaba era presionarlo para hacer cosas que no eran de su agrado.

-Lo haré por ti- Fue lo último que dijo antes de regresar a su habitación en busca de ropa griega casual.

Una vez listo hizo un gesto de desaprobación observándose en un espejo. Definitivamente no era su tipo de ropa, pero la soportaría. Sólo por ella.

Una vez salió sintió las miradas de sorpresa por parte de la servidumbre, una sola mirada bastó para que estos continuarán con sus labores.

Laisha lo observó sonriente, sabía perfectamente que el aborrecía usar tales ropas y aun así se estaba esforzando.

-Vamos- El rubio tomó la mano de la chica y la llevó hacia el mundo humano.

La calle principal era un ajetreo total y eso generó que el Dios de los mares pusiera cara de pocos amigos.

-Poseidón puedes regresar si esto no es de tu agrado, no quiero que...- Laisha fue interrumpida por las firmes palabras del contrario.

-No, puedo soportarlo- Chocó miradas con ella y con delicadeza plantó un suave beso en la mejilla de la femenina.

Laisha suspiró con resignación mientras que a la vez una sonrisa se formaba en su rostro.

Sin duda era terco.

-Tal vez no fue buena idea que dejaras tu tridente- Se puso en marcha ignorando todo el caos a su alrededor.

El de ojos azules negó mientras sujetaba la mano de la chica.

-Está en un lugar seguro, no debes de preocuparte por eso. No lo hubiera dejado si fuera peligroso- Explicó para tranquilizarla, se detuvo de golpe al notar como unos niños se habían atravesado en su camino mientras jugaban.

Laisha logró reconocerlos, eran los mismos con los que se topó en el mercado meses atrás.

-Muere Zeus- Uno de los mencionados amenazaba con una ramita a el contrario.

Poseidón arqueó una ceja.

-Poseidón jamás podrá derrotar a el padre del cosmo- Habló el contrario en aires de superioridad, una pelea entre ellos surgió por ver quien sería el ganador.

El rubio observó a la chica a su lado sin entender que es lo que esos mocosos estaban haciendo.

-Solo están jugando, tranquilo- Rió ella cubriendo un poco su boca -También fingía ser un dios de pequeña- Confesó avergonzadose ante lo dicho.

Poseidón se sorprendió por la confesión de su amada, pero su rostro estoico cubría todo rastro de esa acción.

-Oiga señor- Uno de los chicos le dirigió la palabra a la deidad, la deidad arqueó una de sus cejas sin mirarlo.

-¿Qué quieres moco..- Antes de terminar su "amable" pregunta recibió un ligero golpecito por parte de Laisha.

Suspiró.

-¿Quien crees que es mejor? Zeus o Poseidón?- Los dos pequeños de cabellera oscura lo rodearon.

Mocosos.

Pensó una vez estos comenzaron una lluvia de preguntas, Laisha lo observaba tratando de contener la risa.

-¿No deberían estar estudiando en vez de perder su tiempo con juegos estúpidos?- Evadió cada una de las interrogaciones de los niños.

Estos solo ejercieron un simple "¿Ah?" Por lo dicho.

-Ahora todo tiene sentido, esa humana llamó la atención de mi padre

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-Ahora todo tiene sentido, esa humana llamó la atención de mi padre..pero Poseidón se le adelantó- Hermes limpiaba su violín en uno de los balcones, comprendiendo por que Zeus quería eliminar a la humana.

No logró contener una risa por eso.

-Por el olimpo, que hombre más problemático- El azabache rió comenzando a tocar una melodía una vez terminó su labor.

Observó hacia los jardines, el menor de los hermanos mantenía su vista fija en una fuente sumido en sus pensamientos.

-¿Quienes son?- Poseidón hizo un gesto con su cabeza señalando a la distancia, unos hombres los cuales tenían pintas peligrosas hablaban con la tía de la chica

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-¿Quienes son?- Poseidón hizo un gesto con su cabeza señalando a la distancia, unos hombres los cuales tenían pintas peligrosas hablaban con la tía de la chica.

Laisha negó extrañada, jamas los había visto por esos lados.

-No lo se.. - Respondió en voz baja sujetando el brazo del contrario con algo de temor.

Esta se sorprendió cuando uno de esos sujetos empujó bruscamente a su tía, estos continuaron hablando unos segundos más y se marcharon, la mujer se adentró en su enorme casa sin percibir que su sobrina la observaba desde las lejanías.

-Esa mujer no me agrada- Sinceró el rubio acercando con delicadeza a la joven.

-No te preocupes, de seguro no es nada- Trató de sonar convincente a los oídos de Poseidón -Mi tía piensa que estoy en mi habitación y mi madre...bueno ella ya sabe que estoy contigo, espero eso no te moleste-Trató de cambiar el tema.

El negó, de todas formas ya había hablado con esa mujer el día de aquél incidente con Helios.

Mostrando su verdadera apariencia.

-Vendré por ti mañana- Se inclinó hacia ella besando los labios de la femenina, esta correspondió el beso.

-Iré yo, no te sofoques más- Acarició su mejilla con dulzura para después alejarse de el.

ᴏᴄᴇᴀɴ 《ᴘᴏꜱᴇɪᴅóɴ》©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora