Extra 3

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Una pequeña niña corría por los extensos pasillos de aquel castillo que se hacía llamar su hogar, sus pequeños y pálidos pies producían un ligero sonido al impactar contra el frío suelo hecho de piedra caliza

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Una pequeña niña corría por los extensos pasillos de aquel castillo que se hacía llamar su hogar, sus pequeños y pálidos pies producían un ligero sonido al impactar contra el frío suelo hecho de piedra caliza.

Mientras más se adentraba en esos bastos pasillos, más pequeña se sentía y la oscuridad de la noche proporcionaba un toque sombrío.

Entró a esa habitación la cual era su destino, su respiración era agitada por todo lo que había recorrido y sus azules ojos se mantenían fijos en su padre. El rubio permanecía leyendo un libro recostado sobre un sofá que se situaba en su habitación, sin percibir la presencia de su pequeña hija.

-Padre- La pequeña Hali llamó su atención, este dejó su libro a un lado poniéndose en píe.

-¿Qué haces despierta a estas horas pequeña?- Con un tono paternal en su voz, Poseidón se acercó a ella inclinándose para estár a la misma altura que su hija.

Con sus pequeños brazos la azabache lo abrazó por el cuello una vez la pregunta del dios de los mares llegó a sus oídos, parecía asustada y su padre la hacía sentir segura.

Poseidón la cargó sutilmente en sus brazos, haciéndose una idea de que era lo que le sucedía.

-Tengo miedo, mi habitación es muy oscura y veo muchas siluetas aterradoras- Respondió al borde del llanto con sus grandes ojos cristalinos a causa de las lagrimas que amenazaban con salir.

Su rostro se escondió en el cuello de su padre y sus manitas lo rodeaban, como si ese gesto le brindara protección y nada pudiese dañarla.

El de ojos azules la arrulló, no era la primera vez que su hija aparecía en su habitación casi a la mitad de la noche por el mismo motivo.

-No hay monstruos en tu habitación, jamás dejaría que alguien te dañara ¿lo sabes verdad?- Trató de reconfortarla con una de sus manos recostada sobre la espalda de la niña.

Esta asintió aun en la misma posición.

-Vayamos a dormir- Con cuidado se dirigió a su cama recostando a su pequeña sobre el colchón, la arropó con aquellas sabanas de seda y comenzó a silbar una melodía que siempre lograba dormirla.

-Vayamos a dormir- Con cuidado se dirigió a su cama recostando a su pequeña sobre el colchón, la arropó con aquellas sabanas de seda y comenzó a silbar una melodía que siempre lograba dormirla

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-Thor- Hali que ahora aparentaba dieciséis años de edad corrió hacia cierto pelirrojo que no pudo retener una sonrisa al ver a su amiga acercarse.

-Es bueno verte de nuevo pequeña, has crecido bastante desde la última vez que te ví- Expresó con una irreconocible suavidad en su voz.

La azabache asintió al mismo tiempo que daba una ojeada a su alrededor, una vez más el consejo que se daba cada ciertos siglos había llegado para decidir el destino de los humanos.

-No me digas pequeña, tengo muchos siglos de edad- Rodó los ojos fingiendo molestia causando que Thor riera ligeramente por la acción cometida.

A lo lejos Poseidón observaba con indiferencia a Thor, no le agradaba el hecho de que otros dioses se acercaran a su hija, pues sus intenciones no eran buenas. Thor no era la excepción de ese desagrado, sin embargo el siempre se comportaba respetuosamente ante Hali y parecía que a su hija le agradaba bastante su compañía.

Un color carmesí invadió las pálidas mejillas de Hali mientras charlaba con el nórdico, esa acción no fue desapercibida ante los ojos de Poseidón el cual sonrío muy levemente a causa de eso.

Recordando como Laisha solía sonrojarse seguido cuando entablaba una conversación con el, su hija heredó esa misma costumbre y su carácter se inclinaba más hacia el de su madre.

La junta llegó a su fin y Hali se despidió amablemente de su amigo pelirrojo para luego dirigirse hacia su padre quien la esperaba impasible en su asiento.

-Ya podemos irnos- Sonrió permitiendo que Poseidón se adelantara, ella lo siguió desde atrás.

Cerca de allí se encontraban unas diosas menores las cuales no dejaban de mirar a su padre desde que la reunión comenzó. Cuando el rubio pasó junto a ellas, estas casi lo devoran con la mirada.

La dulzura de la azabache se hundió en lo profundo de un océano, ahora su rostro carecía de emociones y sus ojos miraban intimidantes a las diosas, estas por supuesto notaron el aura oscura que emanaba de Hali.

-Dejen de ver a mi padre como si se tratase de un dulce el cual podrían comer de un bocado- Habló hostilmente asustando a las deidades.

Estas asintieron marchándose rápido de allí, sin duda la chica lograba ser muy intimidante cuando quería.

Poseidón dió oído a todo lo que su hija había dicho y no logró retener una casi inaudible risa.

Podía ser como el en varias ocasiones.

Bueno este es el último extra, el anterior lo dejé a su criterio pues quería hacer uno en donde Poseidón conviviera un poco con Hali.

Espero disfruten.

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⏰ Última actualización: Nov 01, 2021 ⏰

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ᴏᴄᴇᴀɴ 《ᴘᴏꜱᴇɪᴅóɴ》©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora