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-Padre Zeus, ¿qué sucede?- Preguntó Hermes mientras se mantenía de píe  -Te ves muy feliz- Aclaró

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-Padre Zeus, ¿qué sucede?- Preguntó Hermes mientras se mantenía de píe -Te ves muy feliz- Aclaró.

-La suerte está de mi lado querido Hermes- Zeus sonreía de una forma gloriosa, sus ojos amarillos desprendían un brillo demencial.

Aquí vamos de nuevo.

Pensó Hermes ante tal comportamiento de su padre.

-El oráculo me ha informado de algo respecto a la humana- Levantó su dedo índice mientras fijaba su vista en Hermes.

-¿Qué es?- Preguntó el joven dios mirando con notoria confusión a el padre del cosmo.

La deidad mayor rió.

-No es de relevancia mencionar el asunto, pero..- Ejerció una pausa acercándose a uno de los ventanales -El destino de esa humana ya está escrito- La sonrisa del mayor tomó un rumbo aterrador.

Alguien más acabaría con la vida de esa mortal.

Y el estaría observando desde los cielos cuando eso pase.

Las nubes grises que surcaban por los cielos cubrían el sol resplandeciente encargado de  iluminar la ciudad

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Las nubes grises que surcaban por los cielos cubrían el sol resplandeciente encargado de iluminar la ciudad.

Cierta azabache se hayaba en una habitación observando el exterior a través de la ventana, hoy era uno de esos días los cuales no podría ver a Poseidón.

¿Motivo? su madre estaba enferma y ella sería la encargada de cuidarla.

-Hija- Airlia tosió un poco mientras se acomodaba en su cama-¿Estás esperando la visita de ese joven?- Preguntó sonriente la mayor, Laisha volteó acercándose a la contraria.

-Hoy no madre, mi deber en este momento es cuidarte- Tomó las manos de su progenitora con suavidad.

-No digas tonterías, lo mío es un simple resfriado- La tos de la mayor comenzó a incrementar y ante eso la menor corrió por un poco de agua.

Airlia bebió el contenido consiguiendo calmarse un poco, mientras que Laisha la observaba con preocupación.

-Estoy en deuda con ese dios, porque...¿eso es lo que es, no?- La oji negra sonrío divertida ante la sorpresa de su hija.

Laisha sabía que su madre estaba a el tanto de su relación con Poseidón, de hecho ella fue quien la alentó para que lo volviera a ver a escondidas de su tía. Sin embargo, la joven jamás mencionó que se tratase de un dios.

-¿Como sabes...?- La pregunta cargada de asombro por parte de Laisha fue interrumpida.

-¿Que como lo sé?- leyó el pensamiento de su hija -La primera vez que lo vi fue suficiente para saberlo, las vestimentas que portaba, su tridente o su simple presencia en ese lugar eran la evidencia primordial- Explicó con una sonrisa, seguido de eso su tos regresó.

Su madre sin duda no dejaba de sorprenderla.

-¿Y tu estas de acuerdo con eso?- Se atrevió a preguntar neutralizando un poco más su rostro.

La mujer asintió.

-Solo quiero que seas feliz, ya sea con un dios o un humano- Con su desgastada mano tomó la de su hija -Estoy segura de que tu padre diría lo mismo- La dulce voz maternal calmó por completo las preocupaciones de Laisha.

Sin duda era afortunada de tenerla.

Una pequeña niña corría por la playa animadamente, poseía unos ojos azules como los de su padre y una larga y sedosa cabellera oscura heredada de su madre

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Una pequeña niña corría por la playa animadamente, poseía unos ojos azules como los de su padre y una larga y sedosa cabellera oscura heredada de su madre.

Detrás de ella sus padres la observaban encantados, de sus miradas desprendía todo el cariño y felicidad que sentían al tenerla consigo.

-¡Mamá atrapame!- La pequeña se adentró en el mar, Poseidón se encargaba de que las corrientes no se la llevaran hacia lo profundo.

Sin duda era una escena conmovedora a los ojos de cualquiera, sin embargo..

-P..Poseidón- La quebradiza voz de la joven ocasionó que el dios voltease para ver a su esposa.

Una gran mancha de sangre se podía divisar debajo de aquél vestido blanco que llevaba la mujer, sus manos también se mantenían cubiertas con aquella sustancia.

La oji negra se desplomó en el suelo dando un último suspiro.

-¡Laisha!- El rubio la sostuvo entre sus brazos y rápidamente buscó a su hija frenéticamente con su mirada.

Pero no estaba.

-¡Papá!- El grito desgarrador de su hija fue lo último que escuchó luego de despertarse de aquella horrible pesadilla.

Había sido un simple sueño.

A su lado Laisha dormía plácidamente, luego de una semana cuidando de su madre logró pasar la noche junto a el.

Su mirada se desvío hacia el gran ventanal de su habitación que le permitía el paso a la luz de luna.

¿Y si esa pesadilla significaba algo?.

Soñó con la muerte de su amada y no sólo eso, sino que también con la de su futura hija.

Instintivamente sus ojos se posaron sobre el vientre de la azabache y con delicadeza para no despertarla acercó su mano a este, dejando pequeñas caricias.

¿Acaso una nueva vida comenzaba a formarse poco a poco allí dentro?.

-¿Poseidón?- La somnolienta voz de la chica generó que el rubio apartara su mano de la zona -¿Que sucede?- Se incorporó en la cama aun dando señales de somnolencia.

-No es nada, lamento despertarte- Respondió este sumido en sus pensamientos.

Si un hijo venía en camino y ese sueño estaba relacionado no cabía dudas de que el haría lo que fuera para mantenerlos a salvo.


ᴏᴄᴇᴀɴ 《ᴘᴏꜱᴇɪᴅóɴ》©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora