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Se ha dicho que de todas las perras vivas o muertas, la mujer que escribe es la más canina. Si eso es cierto, a esta Autora le gustaría mostrar sus dientes.

Mi nombre, aunque ya lo conocéis de una anterior entrega dedicada especialmente a la joven misteriosa, es Lady Whistledown. Usted no me conoce, y tenga la seguridad de que nunca lo hará, pero le prevengo querido lector: yo sí le conozco a usted.

Oh, ¡oh! ¡La temporada ha comenzado y la identidad de la joven por la que comencé a escribir se ha descubierto!

Nada más comenzar, ya tenemos la primera disputa, y esta vez es por el protagonismo de la temporada.

Daphne Bridgerton el diamante de primera.[...].

Pero ¿qué me decís de nuestra chica misteriosa: Lady Aimée Jasmine Archer, ese vestido y esos jazmines? Nada más y nada menos que denominada «la joya de la Corona». Como sabemos, la reina Charlotte es directa, pero ¿a qué se referiría?

Este año el reinado de la temporada está reñido entre dos jóvenes. Sin embargo, no os diré mi favorita... Aunque una de ellas tuvo algo que la otra no: la presencia del mismísimo Duque de Hastings. Poca gente se dio cuenta y es que pasó desapercibido, llegando y yéndose justo en la presentación de Lady Archer. ¿Será uno de los que toquen la puerta de Lady Danbury después del baile de esta noche? ¿O es que ya tenía escogida a su duquesa? ¡Sea lo que sea estoy ansiosa por verlo!

REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN

abril 1813

EL PRIMER BAILE SIEMPRE ERA ESPECIAL, pues se descubría quién se había interesado por una joven desde el primer momento. Anthony Bridgerton nunca había bailado.

—Siempre tendrás mi protección, Siena—Anthony besó los labios de la cantante de ópera una vez más y se marchó del teatro. Mientras caminaba a su casa, pensó en lo cruel que había sido su contestación a su amante de que todas no eran damas. Suspiró y se pasó la mano por el pelo. Él le había repetido en reiteradas ocasiones que no iba a casarse con ella por sus diferencias sociales, pero se había sorprendido a sí mismo durante los últimos días pensando demasiado en la doncella, que no había resultado doncella, y en el momento en el que le dijo eso a Siena, se vio siendo capaz de aceptar a la doncella altanera como vizcondesa. Desde luego, debía dejar de beber, o al menos reducir el consumo, porque le estaba afectando a su razonamiento y al final, cometería un error.

Mientras se preparaba, se distraía imaginando a Aimée arreglándose también para destacar en el baile, y sonrió un poco. Le hacía gracia recordar cómo reaccionó—sin pudor alguno— al verlo desnudo.

𝐒𝐀𝐃 𝐁𝐄𝐀𝐔𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋 𝐓𝐑𝐀𝐆𝐈𝐂 |a. bridgerton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora