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La llegada de dos príncipes de Prusia tiene a las jóvenes alborotadas por toda la ciudad... Y eso que aún no han visto sus rostros... Sé que algunas damiselas tienen altas expectativas, ¿y quién puede culparlas? Yo, al menos, no. Príncipes extranjeros, bailes... El sueño de todas... ¿Alguna conseguirá el título de princesa?
REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN
mayo 1813
LA LLEGADA DE LOS DOS PRÍNCIPES DE PRUSIA TUVO EN VILO A TODOS, pero sería Ivan Alekséi el que encandilara a las damas, especialmente a una.
Lady Danbury sabía que su conversación con la reina no iba a ser sencilla. ¿Cómo podría serlo? Había estado inquieta desde que Aimée regresó a casa porque sabía que tarde o temprano debería ocupar su lugar, pero el saberlo desde siempre no hacía que fuese más fácil. Además, el comportamiento descarado de la reina la había comprometido en más de una ocasión poniendo en riesgo un pacto que se hizo años atrás.
-Intento entender cómo funciona tu mente, Charlotte. Llevo años intentando hacerlo, pero últimamente me cuesta comprender lo que haces. ¿En qué demonios estabas pensando cuando enviaste esa corona? Sabes perfectamente que aún no es el momento para contarle a Aimée todo-el tono de Lady Danbury cambió a uno más serio cuando soltó la taza en la mesa-. Y además, estás incumpliendo lo que acordamos con Margaret, el Duque de Suffolk, que en paz descansen, y Trevor. El trato era mantenerlo en secreto hasta que George muriera, como él siempre quiso, ¿cierto? Mantenerlos alejados.
Charlotte resopló y soltó al perro que tenía en brazos.
-Oh, sí. Preciosa corona, ¿verdad? La tenía preparada para ella incluso antes de venir... Y en cuanto al trato, lo recuerdo. ¿Cómo no voy a hacerlo cuando fui yo la que convenció al rey de que la aceptara en su línea de sucesión?
-¿Entonces por qué esa prisa momentánea en contárselo todo? Debemos esperar a que Trevor llegue, al fin y al cabo es su hermano.
-Medio hermano-cortó la reina-. Es su medio hermano, y obviamente no va a decidir por ella, y mucho menos por el rey y por mí. El trato se hizo hace dos décadas, querida. Los tiempos cambian, y las situaciones, también. El sol no se puede tapar con un dedo; Aimée es de la realeza, y aunque he de decir que está bien educada, necesita prepararse para su puesto en ella. Así que tendrá que saberlo cuanto antes para preparar su mudanza a palacio, como debe ser.
El rostro de Lady Danbury palideció al escuchar las palabras de la que había sido su amiga toda la vida.
-Charlotte, ¿qué dices? Aimée no va a mudarse al palacio... Al menos no ahora. Está en mi casa, su casa. No lo hará hasta que no sepa todo, y eso ocurrirá una vez haya terminado la temporada, como acordamos al principio. Me es indiferente lo que puedas opinar. Aimée terminará su temporada y encontrará marido antes de que acabe y...
