(...) Abrieron los ojos, sondearon sus almas, se miraron a la cara con la mano en el corazón, y comprendieron que estaban tan identificados que preferían la muerte a la separación. "Cien años de soledad" (1967), Gabriel García Márquez
Podían escuchar las voces fuera de las puertas de metal, al menos no durarían mucho tiempo antes de que alguien fuera en su auxilio.
─ ¡Ah... justo a tiempo, comenzaba a sentirme mareado! jaja! ─Intentó levantarse cuando el alfa le tomo por los hombros sorprendiéndolo, empujo su cuerpo contra el muro de metal a sus espaldas, Weiying trato quejarse, sin embargo, sus labios fueron tomados por el contrario en un arrebato de calor y fiereza.
¿Quién diría que LanZhan sería aquella medicina mágica que Wei ying tanto esperaba? estar en sus brazos le hacia olvidar la sensación incomoda en su corazón, su pecho se expandía sin restricción alguna, era como si aquellas flores nunca hubiesen existido en su interior.
Las temblorosas manos del Omega se aferraron a la espalda del más alto a su vez que trataba de seguir el ritmo del beso. Sus respiraciones se volvían más agitadas con forme los segundos pasaban, sus aromas comenzaban mezclarse dentro de la cabina haciéndose cada vez mas embriagador. Sí, Lan Wangji era el único que podía dejarlo sin respirar con tan solo un beso, y Weiying estaba dispuesto a obsequiarle hasta su último aliento en el acto.
Había algo que estaban olvidando... algo muy importante.
─"WEI WUXIAN!!!" ─el fuerte aroma familiar hizo que cada bello de su piel se erizara de terror, Lan Wangji al sentir la amenaza en su omega soltó un gruñido y su instinto le orillo a colocarse sobre el omega pegando sus cuerpos aun más.
La luz se filtró en el reducido espacio, el ruido y los alaridos de sorpresa fueron escuchados, pero sobre todas las nuevas sensaciones ambos jóvenes sintieron un fuerte aroma que les hizo ponerse en alerta total─ ¡¡¡WEEEEIII WUXIAN!!! ─volvió a gritar haciendo que todos temblaran- QUIEN TE DIJO QUE PODIAS SALIR DE TU HABITACION!!?? ¡Y CON ESE ALFA LAN! ─Weiying dentro del elevador deseaba en voz baja que no lograran abrir esa puerta. Para su mala suerte sus rezos no fueron escuchados.
La luz ilumino la cabina por completo cegándolos por un momento, la puerta había sido abierta en su totalidad y el personal de rescate entro por ellos. Uno de los rescatistas se acercó y un fuerte gruñido escapo de los labios del Alfa haciendo que el uniformado retrocediera─ Están a salvo...no hay de que preocuparse ─habló con cautela y los brazos de Lan Wangji se relajaron para liberar al omega.
Ambos se levantaron lentamente del frio suelo, Weiying era alguien de cara gruesa, pero, ahora con tantas miradas sobre él podía sentir como sus mejillas se calentaban, y esto aumento cuando tropezó al tratar de dar un paso, Lan Wangji se movió con agilidad sujetándole por la cintura hasta pegarlo contra su pecho. El alarido de sorpresa de quienes veían no se hizo esperar, ninguno de los dos se esperaba que tras ese evento serian el tema de conversación durante largos días.
Weiying alzo la mirada hacia el alfa, estando en aquella posición podía apreciar aun mejor los detalles de su rostro, podría seguir admirando aquel mentón, de no ser por la fuerte voz de su madre─ QUE CREES QUE HACIAS SALIENDO DE TU HABITACION!!?
El Omega al verla empujo el cuerpo del Lan y se aproximó a su madre quien a pesar de estar furiosa con él le recibió en un cálido abrazo sin dejar de gritarle─ ES INCREIBLE QUE SEAS LO SUFICIENTEMENTE ESTUPIDO PARA... ─con cada palabra la alfa restregaba su mejilla contra la de su cachorro, era una escena bastante extraña─ NO TIENES IDEA DE LO QUE ME HICISTE SUFRIR ESTANDO ALLA DENTRO!! TE JURO QUE ME SALDRAN CANAS DE TAN SOLO...─se detuvo, había un aroma diferente en su hijo─ ... Cuanto tiempo estuvieron adentro ─Su voz era monótona y fría, Weiying tembló
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Hasta que el último pétalo caiga
FanfictionAquellos que se acercaban demasiado podían jurar que se trataba de un beta, según su largo historial era tan solo un chico enfermizo y débil. Solo unos cuantos sabían la verdad que ocultaba tras esa brillante sonrisa ─Lan Zhan... cuidarías de este d...