Capitulo 26

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August se bajó rápido de la camioneta, Anne sólo se quedó arriba no quería bajar, no quería pasar por lo peor. August abrió la puerta del copiloto y la bajó jalándola muy feo del brazo. Caminaron hasta la casa y August abrió la puerta principal. La cerró tras de él con seguro y aún sin soltar a Anne subieron las enormes y familiares escaleras de la casa. Anne podía ver como su recuerdo corría por las escaleras asustada por salirse de la casa, gritando por no poder abrir la puerta. Era como si hubiera regresado el pasado, y viera su propia alma correr, eso era escalofriante.
August abrió la puerta de la habitación y aventó a Anne a esta, cerrando la puerta detrás de él.
Anne comenzó a respirar descontroladamente, estaba muy asustada muy nerviosa, no quería estar ahí, simplemente no quería estar en casa de August con August enojado. Estaba perdiendo el control de sí mismo.
-¡Es increíble que me hallas hecho ir hasta allá por ti! ¡Es Increíble que te hayas ido con James, Tú hiciste que me traicionara que me mintiera!! Por dios mi mejor amigo!! Sabes que tuve que decir cuando te escapaste!? Tuve que decir mil y una estupidez para que no supieran que te escapaste!
Gritaba a todo pulmón moviendo los brazos como un desesperado. Las lágrimas de Anne resbalaban por sus mejillas, estaba muy asustada no, no quería sentir los golpes de August. Miro así el mueble donde se encontraba el espejo, y ahí, se encontró una navaja, la misma navaja con que le había cortado esa noche.
Entonces comprendió que no importaba si obedecía o no, a fin de cuentas, la iba a matar. August tomo la navaja rápidamente y camino hacia Anne tomándola del brazo. Anne se asustó aún más de lo que estaba, y las lágrimas salieron como ríos de sus ojos. Mirando el rizado de una forma suplicante
-¿Si entiendes que con sólo matarte, me voy a poder librar de ti? Carajo no sabes cómo te odio, eres un estorbo, tanto que me obligas hacer esto! Esto sólo me das me harás deshacerme de ti, para que no siga respirando. Con esto me dejarás vivir en paz, nadie te necesita en este mundo, yo te haría el favor, carajo sólo quiero deshacerme de ti
August sonaba desesperado, más que nada cansado. Anne miraba todas sus reacciones, el corazón le latía muy rápido, August estaba punto de matarla. No presentaba atención a sus palabras, sólo lo miraba y lo miraba como sus labios se movían cuando hablaba.
-¡Maldigo el día en que tu madre me llamo maldigo el puto día en que decidí comprarte!
Cuando August estaba apunto de hacer algo con esa navaja, Anne lo atrapó con sus labios rápidamente colocando sus delicadas manos en sus mejillas.
El rizado dejo caer la navaja y dejo también caer sus brazos, como si toda la fuerza que le quedaba, Anne la estuviera tomando. El sonido de la habitación ahora ya no era de gritos, o de súplicas, o de algún tipo de insulto. Ahora sólo se escuchaba el sonido del beso de ambos. Era su primer beso, el primer beso de ambos. Un beso limpio sin lujuria sin deseo, era un beso inocente, uno real.
Anne se separó de August y abrazo su cuello con mucha fuerza, como si lo necesitara. August tenía el ceño levemente fruncido ante las acciones que la menor estaba tomando, que había tomado de la nada.
-aquí estoy, que estoy contigo august...-susurro la menor en su oído. August solo escucho.-no necesitas buscarme más, ya me tienes aquí, contigo, a tu lado.
De alguna manera las palabras de la menor calmaron al rizado, recargó su frente en el hombro de este, Anne lo abrazo fuerte sintiendo la respiración de August muy cerca de su cuello. Y la menor se alejó un poco y tomó el rostro cansado de August en sus manos mirando fijamente a los ojos. Mezclando ojos azules, con los ojos verdes.
-Te he extrañado-sonrió hablando que hacer un susurro. August solo la miraba. Mirando cada fracción de la menor -lo has hecho tú?
Augusto río levemente bajando la mirada, Anne río un poco más fuerte que él. La sonrisa del poco a poco se fue desvaneciendo. Perdiéndose en sus pensamientos más bien, en su cansancio, frente con la de la menor al sentir que en cualquier momento, caería. Anne camino hacia enfrente haciendo que August retrocediera, ambos cayeron lentamente en la cama.
Anne abrazo a August de modo que esté refugiará su rostro en su pecho. Anne acaricio por primera vez, los rizos de August. Eran tan sedosos eran tan suaves, perfectamente manejables, Olía el perfume tan varonil de August, era muy agradable, August siempre olía bien. El rizado suspiro pesadamente mientras que sus ojos comenzaban a cerrarse. Anne lo abrazo más fuerte.
-No volverás a irte- se escucho la voz del rizado, qué inesperadamente abrazo a la pequeña y delgada cintura de Anne, como si la estuviera protegiendo, como si fuera una muñequita de porcelana blanca. Era como si ella fuera su presencia más valiosa y no quisiera que nadie se la quitara jamás.
Anne sonrió.
-No pienso irme.
August suspiro y recargo su rostro en el pecho de Anne, mientras que esta lo abrazaba y acariciaba sus chinos para que el se quedara profundamente dormido.
Anne tenía que hacer algo para arreglar "esto" que tenía con August. tal vez si tratarán, después de todo, no seria una perdida de tiempo porque en algún momento tendría que enterarse que Anne estaba esperando un bebé, el bebe de August.
No tenía nada de malo, aunque si costaría un poco de trabajo y mucha paciencia. Eso haría, arreglaría las cosas, con pequeños detalles se empieza lo grande. Además no tenía nada de malo intentarlo. ¿o si?

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⏰ Última actualización: Jun 05, 2015 ⏰

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La mirada perdida de anneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora