El inicio

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Esto es solo para que vean maso menos como es que todo empezo.

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-Annabeth!-grito su madrastra desde su cuarto.

-Si?-. Dijo Anne con le vista agachada.

-ya estas lista?- dijo poniéndose un labial rojo bastante fuerte.

-Si..-. Dijo y su madrastra volteo a verla.

-Mmmm no vas a usar tacones?

-No, me podría caer.

-No crees que el vestido es muy largo?

-No, a la rodilla esta bien-. No le gustaba enseñar mucho.

-No es cierto. ¿vestida de monja crees que alguien se fijará en ti?

-No quiero que alguien se dije en mi...-. Su madrastra volteo ofendida.

-Como dices estúpida?

-No quiero llamar la atención.

-Pues vas y te cambias ese vestido de monja, ponte este-. Le extendió a Anne un vestido blanco con el estómago transparente y cola de pato, en realidad era muy lindo pero Anne no solía gustar de ese tipo de vestimenta.

-Gracias pero no es mio.

-Es mio Anne pero te lo quiero prestar.

Era la primera vez que su madrastra le habia dado algo o le habia demostrado afecto.

-Toma Janneth-. Samuel-el hermano de Anne- le entrego el dinero a su madrastra-. Es la pensión de Anne y mía.

Janneth vio el forro de billetes y sin dudarlo se los arrebato.

-No te tienes que ir, estorbo?-. Dijo contando los cincuenta dólares que en sus manos tenia-. Vete a coger con tus amigas, solo a eso vas. No soy estúpida.

-Dios, Janneth! Como puedes pensar eso de mi! Aun soy virgen-. Dijo enojado.

-Mm ni para eso sirves! Virgen...

Apretó sus puños y de pronto se escucho el claxon de un automóvil, habían llegado por el. Camino firmemente a la puerta principal.

-a donde vas?-. Escucho la dulce voz de su hermana desde las escaleras.

Samuel se volteo a ver a su hermana la cual usaba un lindo vestido y tenia su cabello suelto con un prendedor dorado en su cabello. Su hermana era realmente bella y vestida asi no tenia palabras para decir lo hermosa que se veía.

-Voy a salir-. Dijo Samuel

-Me dejarás sola con ellos?-. Pregunto mientras paraba en la recepción de la sala.

-Solo será una hora, annie-. No la quería dejar sola con su padre y Janneth.

-Te voy a extrañar tonto-. Beso su mejilla y se despidió de el.

-Cuídate princesa.

-Lo prometo.

Vio a su hermano salir por la puerta y en seguida subió al auto donde se encontraba su padre.

-Hoy luces bien querida-. Dijo el con la vista en el espejo retrovisor.

-Gracias...-. Dijo y agacho la vista.

-Siento tardarme!-. Dijo Janneth mientras se acomodaba un pendiente-. Vámonos que los Styles nos esperan.

(...)

Llegaron a uno de los barrios mas ricos de toda la ciudad, la casa al fondo era enorme, una mansión y cientos de luces parpadeaban constantemente, habia cocheros y una alfombra para bajar del auto.

La mirada perdida de anneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora