Capítulo 3

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– ¿E-en serio?

El tenedor que tenía en la mano cayó encima de la pasta salpicando de salsa su cara

– Así es, me dijo que su tren sale mañana en la mañana

– O sea que llegarán en la tarde

Alberto dedujo mientras tomaba una servilleta para limpiarse

– Es por eso que quiero que pesquemos hoy, de esa forma no tendrás que trabajar mañana

Massimo habló dándole otra servilleta, el monstruo marino le sonrió de oreja a oreja, tomó su tenedor y comió lo más rápido posible

– Listo!

Alberto se levantó de su asiento con las manos en el estómago, tomó lo restante de su vaso se agua y emprendió marcha hacia afuera

–  Non così in fretta, acabas de comer, no quiero que te dé un calambre en medio del agua

– No pasará nada, soy un monstruo marino ¿Recuerdas?

– No lo digo por eso

Massimo se levantó y camino hacia él, posó su mano sobre el hombro ajeno y le sonrió con calidez

– Sé que estás emocionado, pero aún queda tiempo así que no estés apurado

Alberto asintió, él sabía que Massimo lo decía por qué se preocupaba por él, mucha veces actuar impulsivamente no era la mejor opción, tenía que aprender eso

Tomó su plato y lo llevó hacia el lavabo, decidió ayudar al pescador lavando todos los platos y demás cosas que se usaron para la comida

Ambos se mantuvieron en silencio escuchando una linda y tranquila canción italiana de la radio, bastante conocida para los dos

Le strade vuote, deserte senza te (Las calles vacías, desiertas sin ti)

Massimo cantó por lo bajo mientras barría el piso, Alberto sonrió y decidió prestarle atención a la canción, aunque ya la había escuchado un par de veces antes jamás se imaginó que es lo que aquella señorita decía

Leggo il tuo nome ovunque intorno a me ( leo tu nombre por todas partes a mi alrededor )

Ciertamente, la voz de Massimo añadía un cierto toque a la canción, aquellas líneas parecían ser nada ajenas al gran pescador, parecía que de verdad le gustaba escuchar esa canción

Pensó con más profundidad en aquellos versos que, junto con el resto de la canción, expresaban como una persona esperaba al amor de su vida, un concepto algo deprimente para él

Para su sorpresa, el recuerdo de su querido amigo Luca se implantó en su mente, una imagen de cuándo ambos se encontraban en la pequeña estación de tren, sacudió su cabeza bruscamente para seguir con su tarea de lavar platos 

Torna da me, amor, e non sarà più vuota la città ( vuelve conmigo, amor, y la ciudad ya no estará vacía )

Al término del verso, Alberto imaginó al monstruo de escamas azules entre sus brazos, sus miradas cruzadas mientras danzaban al compás de la canción, a pesar de estar en su imaginación lo sintió tan real, tanto que sintió como su cara comenzaba calentarse un poco

– ¿Ocurre algo Alberto?

El joven monstruo fue sacado de su burbuja haciéndolo volver a la realidad, miró hacia atrás y se dió cuenta de la mirada extrañada de Massimo

Amor marino |Luca|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora