★⸻【🎕 ᴍɪᴇʟ ᴅᴇ ʟᴀᴠᴀɴᴅᴀ 🎕】⸻ ★ 🎕 ᴄᴏʟᴏᴍʙɪᴀ x ᴘᴀʀᴀɢᴜᴀʏ🎕

♡ᴇꜱᴘᴇᴄɪᴀʟ ᴄᴏᴘᴀ ᴀᴍÉʀɪᴄᴀ 1/2♡

(Esto lo escribí hace como 3 meses xD)

Lastimosamente el destino no nos quiere y Paraguay perdió contra Uruguay.

Pero... ¿Adivinen quien se lo va a pasar por el culo e igual va a escribir un especial como si Paraguay hubiera jugado con Colombia?

★⸻【🎕】⸻ ★

— Q'hubo precioso ¿Cómo me le va? 

El alegre saludo del Colombiano le hizo sonreír de emoción, tenían tiempo sin verse y a pesar de que no se encontraban en las situaciones más óptimas, siempre era divertido apoyar a sus selecciones en un partido de fútbol, en especial si era de la copa América.

— Hola Coco, estoy muy bien ¿Y vos? — trataba de mantener un español bastante neutro, ya que desgraciadamente no se encontraban completamente solos; sus presidentes, algunos ejecutivos y guardaespaldas también estaban presentes. Y todo por un partido de fútbol.

Paraguay observó el fuerte pellizco que le dio el presidente Duque a su chuli y la pequeña pelea que surgía entre nación y presidente justo en frente suyo, era una escena bastante divertida que rompía con la formalidad del lugar y el momento. Marito y él se miraban de reojo ligeramente curiosos por la discusión.

— Colombia ¿Puedes ser más formal? — Duque susurró a su oído, reprendiendo al cafetero con la mirada.

— Vaya y que lo lama un perro, huevón — exclamó el de ojos esmeralda hablando entre dientes para no incomodar a su amorcito y el presidente Mario. Antes de que lo volvieran a regañar, habló — Estamos muy felices de haber sido invitados, de verdad, muchas gracias.

— ¡A nosotros nos alegra que pudieran venir! — expresó Marito formalmente — pueden acompañarnos por este lado ¿Quieren sentarse? El viaje debió haber sido exhaustivo.

Se encontraban en una parte exclusiva del estadio Defensores Del Chaco, en Asunción. El partido comenzaría en un par de horas y estaban alistando todos los preparativos del juego.

A los dos países les parecía ciertamente aburrida tanta formalidad para ver a un montón de personas corriendo detrás de un balón. A ambos les apasionaba el fútbol, pero otra cosa que les apasionaba, era ver los partidos juntos, totalmente solos, acurrucados y con ropa cómoda en vez de ridículos y monótonos trajes negros.

Colombia estaba muriéndose del aburrimiento tras haberse sentado, y aprovechando que su presidente lo había dejado solo por un momento, tomó la mano del de ojos miel y lo arrastró hacia los lados de los baños en secreto, básicamente, escapándose de los guardaespaldas y todos los presentes.

El paraguayo apenas había parpadeado, no puso resistencia alguna y siguió al criollo.

Apenas estuvieron lo suficientemente lejos de las personas, el cafetero tomó de la cintura al guaraní y abrazándolo, lo besó en los labios con su característico cariño; saboreaba la boca del otro, mordiendo uno de los labios del de doble escudo para que abriera la boca y pudiera meter su lengua. 

Paraguay sentía como se mezclaban sus salivas, juraba que los labios de su novio sabían a café. Un tierno sonrojo se extendía por sus mejillas mientras que dejaba que el más alto tomara el control del beso. Hasta que se quedaron sin aire.

No muchas personas sabían sobre su relación, menos sus presidentes y ejecutivos; de por sí que no había razón alguna para que esos representantes se metieran en la via de las naciones. Sin embargo, eran unos chismosos de primera, y no podían arriesgarse a que esos inútiles abrieran el hocico sobre el noviazgo entre dos países suramericanos. Era mejor guardarse esos besos en privado.