Ashton
Descubrí que Daniel no solo es divertido, sino que también tiene el don de escuchar. Toda la semana le estado hablando de BTS, acerca de cómo los conocí o también de como comenzaron su carrera musical.
Le expliqué de manera general las posiciones que tienen dentro del grupo y escuchó algunas de sus canciones más populares.
— ¿Cuál es tú canción favorita? —cuestionó mientras estaba sentado en la orilla de la cama.
Su mirada era tan intensa que me ponía un poco nervioso la tanta atención que me daba.
Dudé porque nunca me lo había preguntado. Tampoco sabía que es lo que hacía una canción tu favorita.
— No tengo idea de cómo sabes que una canción es tu favorita —confesé.
— Lo sabes porque cuando escuchas esa canción eres feliz, no importa si estás enojado, triste o tuviste un mal día. Con solo escuchar tú canción favorita te pones de buen humor. Es tu favorita porque te recuerda a una persona, a un lugar o momento.
— ¿Cómo afecta una canción mi estado de ánimo?
— Porque cuando escuchamos una canción que nos gusta, nuestro cerebro produce una sustancia llamada dopamina. Esta genera placer y felicidad. De hecho, también se genera cuando comemos nuestra comida favorita o tenemos sexo.
— ¡Oye! —golpee su hombro y él llevo su mano a la zona afectada—. Solo te pregunté cómo es posible que una canción nos hiciera felices, no que me dijeras todo eso del sexo!
— ¿Qué tiene de malo hablar sobre el sexo?
— Que es raro, somos hombres.
— ¿Y? El sexo es normal.
— No —respondí firme.
— ¿Ah, no? ¿Por qué?
— No lo es cuando dos hombres lo hacen.
— ¿Qué? ¿Hablar de sexo o tenerlo?
— Ambas —tragué saliva. Daniel se acercó quedando encima de mi y apoyo sus manos a cada lado de mi cabeza.
Trague saliva intentando disipar el nerviosismo y el deseo que me provocaba tenerlo tan cerca de mi.
Intente centrarme en otro lugar que no fuera su estúpido rostro, pero no pude resistirme y regrese la mirada hacia él. Al hacerlo sus labios rozaban todavía más los míos aunmentando mis latidos desenfrenados.
Lo empuje de golpe y fui a encerrarme al baño abrumado por mis sentimientos. Cerre los ojos y respire profundo intentando calmarme.
Un golpe en la puerta me hizo reaccionar, abrí los ojos con sorpresa.
— ¿Estás bien? —preguntó Daniel del otro lado de la puerta.
Seguí con las respiraciones profundas.
Uno.
¿Por qué un hombre me pone tan nervioso?
Dos.
¿Por qué cuando estoy con él se me acelera el corazón y mi cuerpo reacciona en automático?
Tres.
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Conectados || En Edición.
Novela JuvenilDos opciones, un solo ganador. Ashton y Emma están conectados (por el destino, Dios o lo que sea que los haya puesto en el mismo camino) por eso sus caminos coinciden, cuando ambos ingresan a la universidad de Toronto. Las tardes de los protagonis...