C9. Esperanza

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Ashton

¿Consecuencias de beber cuando tienes que trabajar al día siguiente?

1. Tienes un dolor de cabeza insoportable y cualquier mínimo ruido aumenta el dolor.

2. Razón por la cuál terminas de mal humor y con resaca.

3. No quieres levantarte para ir a trabajar aunque vivas a menos de diez minutos (en camión)

4. No hay cuatro.

Revisé el reloj por enésima vez desde que Emma nos recordó que tenía que hablar seriamente con nosotros.

Ella no decía nada y nosotros menos, realmente no había nada que pudiera justificar nuestras acciones de la noche anterior.

La tensión era palpable en la habitación, especialmente entre Felix y Tyler que apenas se miraron cuando llegaron.

Alterne la mirada entre ellos y Emma, los primeros parecían avergonzados por sus acciones y ella... bueno, ella parecía no poder creer lo sucedido anoche.

Permanecimos en silencio, ninguno de los tres sabía que decir.

La incomodidad e incertidumbre crecía a cada segundo que pasaba, observé el rostro impacible de Emma y el como soltó un suspiró cansado.  

— Es la primera y última vez que los veo a todos ebrios en el restaurante. De verdad que falta de compromiso y respeto, creo que he sido bastante accesible con ustedes en cuánto a permisos y esta actitud no pienso tolerarla. Afuera hagan de su vida lo que les plazca, pero aquí vienen a trabajar. No tengo problema con que tomen, sus vidas privadas no me importan solo quiero que cumplan con su trabajo ¿Estamos? —los tres asentimos en silencio— Y agradezcan que no le conté a mi madre sobre su estado, porque hubiera tomado otras medidas.

Me sentía regañado, como cuando de niño hacía alguna travesura y mi mamá me descubría, luego le contaba a papá lo que había hecho y después ambos me terminaban castigando. Sólo que esta situación no se asemejaba en nada a un castigo de mis padres. No, esto es mucho peor.

— Ahora regresen a trabajar —ordenó.

Y el restaurante comenzó con sus actividades. Felix se encargó de barrer el restaurante y yo de trapear. Tyler por otro lado se puso a limpiar la barra.

Cuando todo estuvo limpio y recogido, cambié el letrero de la entrada a “open” y enseguida varios grupos de chicos ingresaron al local.

Les sonreí cálidamente en la entrada.

El tiempo fue avanzando cada vez con más velocidad.

— ¡Ashton! ¡Ven y ayúdame a llevar las órdenes! —gritó Felix desde la barra.

Todas las mesas estaban ocupadas por chicos de mi edad, acompañados de sus amigos y algunos venían con sus familias. 

Me dirigí hasta él después de terminar de limpiar las mesas y tomar las órdenes de los comensales.

Tomé los respectivos platillos con una sonrisa y fui a llevarlos a su respectiva mesa.

— Aquí tienen, provecho. Si necesitan algo más no duden en llamarme, estamos aquí para servirles —deje las órdenes encima de la mesa. Ambos chicos me observaron confundidos y me sentí estúpido.

No estás en México.

El resto de la tarde transcurrió de esta manera: yendo y viniendo de un lado a otro llevando y recogiendo platos de las mesas.

Felix y Tyler seguían sin hablarse o lo hacían solo cuando era estrictamente necesario. Algo en ellos había cambiado, en definitiva.

— Ashton —Tyler llamo regresandome a la realidad, enseguida fui hasta él—. Atiende a los chicos que acaban de llegar.

Conectados || En Edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora