Emma Rinaldi.
1 día antes del inicio de vacaciones.
La ropa aún estaba regada en la cama, aunque se suponía que ya debía tenerla ordenada adentro de la maleta.
Saqué tres pantalones más del closet, dos sudaderas y tres pares de calcetines.
— Tienes mucha ropa —Ashton apareció comiendo un sándwich.
— Lo sé —respondí sin mirarlo.
Luego de unos segundos comencé a doblar todas mis prendas y las acomode en la maleta, era mucha ropa por lo que no podía cerrarla.
Ashton terminó de comer su sandwich y se acercó para ayudarme con la estúpida maleta.
— Tú trata de cerrarla en lo que yo me siento sobre ella —le indiqué y eso hizo. Minutos más tarde logré, mejor dicho, logramos hacer que está cosa cerrará— ¡Genial! ¡Muchas gracias!
— De que —sonrió un poco y después se sentó en la orilla de la cama.— Por cierto… ¿A dónde llevas tanta ropa?
— A Francia —respondí al mismo tiempo en el que me sentaba a su lado.— ¿Qué harás en navidad?
— Creo que iré a México a pasar navidad con mi abuelita y mi papá. Cenaremos alguna comida deliciosa que hayan hecho y brindaremos por otro año juntos, ¿y tu?
— No lo sé. No me gusta navidad. Mi madre suele estar ocupada en esas fechas como para celebrarlo.
Una lágrima fugaz apareció en mi rostro, la limpie de inmediato. No. No iba a llorar enfrente de Ashton por una tontería.
Ashton acorto la distancia que nos separaba y me abrazo con fuerza. No me moví.
— Lo siento —murmuró contra mi cabeza.
— Está bien —me separé unos centímetros de él y sonreí con tristeza.— Quisiera decir que estoy acostumbrada, pero no es así. Nunca logré acostumbrarme.
— No es tu culpa —me consolo.— ¿Lo sabes, verdad?
Asentí y Ashton aprovechó para tomar mi rostro entre sus manos.
No entendí porque había bajado mis barreras en un tema tan sensible para mi, aún así era un poco liberador soltarlo con alguien que si me escuchaba.
— Vamos a una plaza comercial —sugerió.
Accedí no muy animada por la idea.
Salimos del edificio en busca de un taxi y Ashton preguntó por alguna plaza cerca.
El viaje fue silencioso, el único sonido que se escuchaba era la música de la radio.
— Ya llegamos —anunció el taxista.
Ashton le pago al chófer y lo esperé en la acera a que bajara.
— ¿Qué quieres hacer? —preguntó, no me dió tiempo de responder cuando añadio:— ¿Vemos una película? ¿O prefieres comer una pizza?
— Prefiero que comamos comida China, con una soda helada.
— Genial, hay un local cerca de aquí. Es demasiado bueno y…
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Conectados || En Edición.
Genç KurguDos opciones, un solo ganador. Ashton y Emma están conectados (por el destino, Dios o lo que sea que los haya puesto en el mismo camino) por eso sus caminos coinciden, cuando ambos ingresan a la universidad de Toronto. Las tardes de los protagonis...