C15. Reconciliación familiar

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Ashton Zambrano.

27 de diciembre de 2024.

A lo que me había explicado Daniel, todos los alumnos contábamos con dos semanas de vacaciones para pasar las fechas navideñas con nuestras familias y la sola idea de estar con ellos estos días me fascina y aterra a la vez.

Aunque mi emoción siempre le ganaba al terror, porque esta crecía cada vez más ya que estaba a tan solo unos cuantos días de ser año nuevo.

— ¿Qué tiene de especial el 31 de diciembre? —preguntó Emma.

Regresé la mirada hacia la pantalla de mi celular, dónde la castaña me miraba con su ceño fruncido.

— ¿Mucho? Sigo sin entender porque no te gusta la navidad ni el año nuevo.

— Porque la gente es hipócrita y falsa —explicó como si fuera obvio.

— Pues a mí me gusta mucho —respondí.

— Como sea —rodó los ojos— ¿Para qué me llamaste? Debes saber que estoy muy ocupada porque mi madre quiere que la acompañe a un lugar y se me hace tarde.

— Quería saber de ti. No has contestado mis mensajes, fue como si te hubiera tragado la tierra.

— Ah, eso —unos gritos se escucharon del otro lado y Emma volteó hacia la puerta para saber de que se trataba. La escuché discutir con alguien, pero no pude ver nada porque su cuerpo me estorbaba— Lo siento, debo irme.

— ¡No! Espera todavía no... —te vayas. La llamada había finalizado.

Al menos había descubierto algo de ella.

Odiaba la navidad, los regalos, el año nuevo y para resumir: cualquier tipo de festividad que implique dar amor y cariño.

Era todo un avance o al menos eso era lo que creía, pero tenía que acercarme lo suficiente si quería descubrir su interior.

[...]


El cielo se iluminó de diversos colores, gracias a los juegos artificiales que resplandecieron en lo más alto.

Las noches en México durante esta temporada navideña estaban llenas de color, alegría, intensidad y orgullo. Sin duda la mayoría de la gente —incluyendome— ama estás hermosas festividades.

Las personas miraban maravilladas el espectáculo que presenciamos.

— ¿Quieres ir por un helado, cielo?

Observé las inmensas filas de cada uno de los puestos, lo único malo de venir al centro en la víspera de año nuevo, era la enorme cantidad de gente que venía cada año a celebrar, incluso, llegaban extranjeros a visitar la catedral y otros sitios turísticos.

— Mejor paso —le respondí y continúe admirando los juegos artificiales.

Lo que más me gusta de venir a mi ciudad natal, no es la gran cantidad de personas que habitan aquí, sino los sitios turísticos, como: el centro de Guadalajara, la cantidad de museos, la catedral. Dios santo, como amo mi país.

La mayoría de los residentes se la viven quejándose de México y luego cuando es alguna celebridad o ganamos algo si les enorgullece. En fin, hipócritas.

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