Shuumatsu No Valkyrie (YAOI)

4.

-¡Quédate conmigo! -seguía persiguiéndolo por los pasillos.

-No me parece una buena idea -Jack apuraba el paso para encontrar a la Valkiria que lo trajo y largarse de aquel lugar o al menos ir a donde no sea acosado por el Dios.

-Pero dije que amo a la humanidad y por lógica, te amo a ti y quiero que te quedes conmigo.

-No está pensando con la cabeza correcta, Sir- ya hasta parecía trotar de las garras del otro- es un Dios, yo un mortal y ambos somos hombres.

-Eso no importa.

-Es la parte que más importancia debería tener -Jack si tenía afecto por el semidiós pero no le parecia correcto apurar las cosas siendo que hace poco habían intentado matarse. Tanta insistencia por momentos lo hacían arrepentirse de haberlo traído de vuelta a la vida. Había llegado a un camino sin salida. -"El Valhalla es un puto laberinto" -pensó el inglés. La figura imponente del semidiós lo iría acorralando poco a poco sin dejar una brecha de escape.

-Me gustas mucho y no quiero que te vayas- sus ojos reflejaban decisión y severidad. No era pregunta sino más bien una orden. Jack veía la notoria diferencia de alturas que había y eso lo hacía sentir un poco vulnerable, pero no iba a doblegarse por eso.

-Mi señor, agradezco la atención que me brinda y ni hablar del desmesurado amor que deposita sobre mi, pero usted no será quien para decirme que hacer.

-¿Seguro?

Se acercó peligrosamente a los labios ajenos del asesino, recorriendo su delgada figura tocando y apretando a su paso. El mayor se retorcía pero tampoco daba tanta batalla en librarse de sus brazos. Su fuerza era menor a la del ser divino, si, pero era una simple excusa, se descubrió disfrutándo de tener contacto con el pelinaranja.

-No se atreva.

-¿O qué?

Jack sentía su respiración y cerró los ojos con fuerza, esperando el beso que nunca llegó. Hércules se aparta de él con una sonrisa burlona y triunfante, se da vuelta y camina, dejándolo a Jack estupefacto. Confundido, se arregla la ropa y se dispone a ponerse su monóculo sin éxito.

-¿Dónde está?- se preguntó palpando todos sus bolsillos.

-¿Buscas esto? -le dijo el semidiós a lo lejos, mostrando el objeto perdido.

-¡Devuélvamelo! -corrió hasta el Dios para arrebatárselo pero el tramposo había huido y llevaba una larga ventaja de distancia.