11.

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No había suerte, Sasaki era más apegado a Adán que los otros dos. Tal vez corría con la suerte de que Kojiro no lo rechazaría pero la presencia del padre de la humanidad intervendría y no podía simplemente acabar con él así porque si. No si quería ganarse el interés del niño.

Pasaría un largo tiempo antes de que Sasaki decidiera ir a caminar a solas hasta el único árbol en el extenso campo del Valhalla. Poseidón lo siguió y antes de ir por él se preguntó con qué excusa se acercaría y ahí fue cuando recordó la bufanda, pero no la traía, la había dejado en sus aposentos y eso significaba ir a buscarla.

Cuando por fin la tuvo y volvió al campo Sasaki ya se había ido. Llevo sus manos a su cara y la estiró en dirección hacia abajo, con cansancio y un bufido.
Camino, camino y camino hasta por fin encontrarlo en uno de los corredores repleto de ventanales. Se veía muy animado hablando con Iori Miyamoto, el hijo de Mazashi Miyamoto. (¡Genial!) -pensó- (Antes tenía que competir con el padre, ¿ahora será el hijo? ¡Por la gran pu-!)

Se quedó esperando a que el niño acabase de hablar, fueron horas interminables. Sabiendo lo mucho que hablaba Sasaki y aquel mocoso, se sentó en el suelo y apoyó la espalda contra la pared, cerrarando los ojos un momento, tanto caminar lo había agotado.
Cuando los volvió a abrir, una vez más Sasaki se había ido sin dejar rastro. Poseidón contaría hasta 10 y estrelló un puño contra la pared de mármol, haciéndole un agujero.
Ya era de noche y no creía que hoy podría hablar con él, eso lo hacía sentir abatido. Realmente quería arreglar las cosas con el hombre pero ahora con Sasaki siendo un niño y encima uno que no tiene memoria del Dios... se recarga una vez más contra la pared y suspira resignado.

-¿Otra vez te sientes mal? Deberías abrigarte más.- La voz del niño a que persiguió todo el día lo sacaron de su malestar emocional. Voltearia a verlo y ahí estaba, parado y algo serio con las manos en sus caderas. Se acercó hasta el mayor, tomó la tela floreada y se la colocaría como la última vez -No vayas a enfer-... oh cierto, dijiste que no te resfrias, eso es bueno pero igual deberías cuidar más de ti.

Poseidón no recordaba haberle dicho eso al niño, ¿Cómo sabía esta versión que los Dioses no se enferman? ¿será que aún tenía recuerdos de cuando era adulto? No, de ser así ni le hablaría. Bajo la mirada con pesada penumbra.

-¿Qué te ocurre?

-Te hice daño y ahora... no me siento digno de tener este tipo de trato contigo.

-No entiendo... te acabo de conocer. No pareces una mala persona.

-No lo recuerdas. Tu hace poco eras un adulto, peleaste contra mí y ganaste. Y yo... me sentí... hice algo malo para retenerte. Necesito disculparme con el Sasaki adulto.

-Realmente no lo entiendo pero si tan mal te sientes, dímelo a mí. Estoy seguro que no habrá sido para tanto.

El chico le dedicó una cálida sonrisa invitándolo a desahogar sus penurias. Sasaki podia ser demasiado inocente e inmaduro, pero también tenía esa alma contenedora. Poseidón no se podría contener y volvería a abalanzarse sobre él y abrazarlo con fuerza. Sasaki aguantaría hasta que el mismo aire le fallase, los huesos y músculos pedirían clemencia y su sangre deje de circular correctamente.

-Po-Posei-dón... m-me estás apretando... muy fuerte...

-Sasaki...-su fuerza incrementaba pensando que el humano lo abandonaría para siempre si lo liberaba ahora. No se lo permitiría.

-¡Me duele!- su columna comenzó a sonar por tantos huesos apretados. El niño se asustó al ver que el Dios no pensaba soltarlo y de seguir así lo mataría. Como pudo, tomó distancia con su cuello y le daría dos cabezazos al Dios. Para asegurarse de que no lo seguiría, le dio un puntapié en la entrepierna y salió de allí en busca de su padre.

"Recuerden niños, si algún Dios se les acerca, corran a buscar otro humano o vengan a mi. Papá los protegerá de esos tipos asquerosos y malos"

(Papá tenía razón, los Dioses son malos) pensó Kojiro mientras corría en búsqueda de su padre. Se sentía mal por haberlo desobedecido, tenía miedo y repudio. Casi moría en manos de un Dios.

Mientras tanto, Poseidón peleaba por recuperar el aire después de aquella patada. Cuando por fin pudo ponerse de pie, se golpearía la cabeza contra la pared una y otra vez hasta sangrar.
(Maldita sea... otra vez la cague... mierda, mierda, mierda, mierda, mierda... ) -pensaría antes de desgarrar su garganta en un interminable grito.

Shuumatsu No Valkyrie (YAOI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora