9.

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"Recuerden niños, si algún Dios se les acerca, corran a buscar otro humano o vengan a mi. Papá los protegerá de esos tipos asquerosos y malos"

Recordaba las palabras que Adán les había dedicado. El Valhalla era muy grande y sería fácil perderse, además, su padre les había prohibido alejarse pero comenzaba a aburrirse entre los adultos, la indiferencia de Lu Bu y los escándalos de Kojiro.

Después de tanto andar, llegaría a un jardín grande con muchas flores y una fuente en el centro del lugar. Las columnas de oro y estatuas de yeso haciendo referencia a los Dioses le daban un aire muy delicado y fino al paisaje.

A Jack le habría encantado tener su "Compilado de Shakespeare" y pasar el rato ahí, podía escuchar pájaros cantando en la copa de los árboles que escoltaban unos rosales.
Se sentó en uno de los banco y dejaría que el calor y luz del sol bañaran su rostro, cerró los ojos enfocándose en la paz que le transmitía ese lugar. Lamentablemente esto no duraría mucho, su dura vida le había enseñado a tener la guardia en alto siempre y así volvió a tomar su rol cuando sintió unos ojos mirándolo.
Al abrir los ojos buscó por todos lados, una tos falsa lo haría voltear. Era el tipo que había intentado secuestrarlo, se paró rápido y se puso en guardia esperando cualquier movimiento del desconocido pervertido.

-Hola- saludó el semidiós mientras se ponía en cuclillas ante él, regalándole una sonrisa.

-¿Qué quieres? Mi padre anda cerca- mintió- y acabará contigo en un segundo.

-Seguro que sí.

-¿Te estás burlando? -frunció aún más las cejas.

-No, estoy seguro que tu padre buscaría cualquier forma para acabar conmigo si te hiciera algo.

-Todavía no me has dicho que quieres...

-Quiero hablar, eso es todo.

-¿Para que? Ni siquiera te conozco y hace rato intentaste llevarme a la fuerza. -Jack se maldijo por haberse alejado tanto, fue muy descuidado no vigilar sus alrededores y ver si era o no seguido. Al darse cuenta de que estaban a solas, se pondría nervioso y se le formaría un nudo en la garganta.

-Y te pido disculpas por el trato tan poco caballeroso con el que te traté.- intentaría hablar de la misma forma que lo hacía Jack para ver si así rompía alguna barrera- Me llamo Hércules y soy un semidiós.

-No te creo, eres un mentiroso.

-Si bueno, tampoco es que tenga una manera de demostrarlo. Hay tantas historias de cuando luché contra leones o tener que sacar a un perro de tres cabezas del inframundo, que parece una tontería- eso pareció captar la atención del niño pero no era suficiente.

-¿...leones...? Eso debe ser mentira...¿verdad? -el tono que usó reflejaba poca determinación en sus palabras.

-¿Sabes que es este lugar? Estás en el Valhalla, los Dioses se reunieron aquí para pelear contra la humanidad -el niño cada vez prestaba menos atención a su defensa- tu hace poco eras un hombre adulto y peleaste contra mí.

-Eso... ¿perdí?

-No, me ganaste y estuviste increíble.

-Pero tú eres más grande y fuerte -miraba los músculos marcados del pelinaranja y pondría en duda sus palabras- sigues mintiendo.

-Mira a tu alrededor, aquí y ahora todo es posible... pero puedes preguntale a tu padre si no me crees...

El de ojos heterocromáticos estaba rompiendo las reglas, él no debía hablar con aquella divinidad porque su padre se lo prohibía. Si le preguntaba, descubriría que lo desobedeció. Jugó con sus dedos de nervios y optó por desviar la conversación.

-¿Sacaste un perro de dos cabezas?

-Tres cabezas y si, se llama Cerberus, es tan grande que pude montar en él.

-¿Como un caballo?

-Mucho más grande que un caballo. ¿Quieres que te diga cómo lo hice?-Jack estaba a punto de acceder pero luego recordó al Dios que intentó robarse a Lu Bu, retrocede inseguro. Hércules haría algo que jamás pensaría hacer por nada ni nadie, pero si quería ganarse la confianza de aquel pequeño, debía tomar ciertas actitudes. Se pondrá de rodillas, agachando la cabeza en una reverencia y en forma de puño tocaría su pecho, precisamente cerca del corazón. -Jack, prometo que en lo que estés conmigo no te lastimaré ni dejaré que resultes lastimado, es una promesa y cuando un Dios promete algo es para siempre. Y se le está prohibido romper una promesa.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Hércules contaba cada una de sus hazañas en las 12 tareas con lujo de detalles que el niño quedaba embobado con cada una.
Le contó sobre la batalla que habían tenido tiempo atrás y como fue vencido. También le diría la verdad de porque su padre estaba tan molesto con él, sin entrar en lujo de detalles y omitiendo cosas que no eran aptas para un infante. A pensar de todo Jack no tenía miedo, podía ver los colores de aquel semidiós y vio reflejada en él la sinceridad y arrepentimiento. Esos colores eran hermosos y brillantes para el niño, le recordaban a su madre pero con la diferencia de que estos destellaban mucho más y una tonalidad carmín se mezclaba en su entorno.

Le contó acerca de los 9 mundos de los que alguna vez oyó hablar a Brunhilde. Sobre el padre del cosmos, Zeus y sobre el Olimpo, el chico lo miraba con asombro y se encontraba cautivado con las historias acerca de las tareas que le habían impuesto al semidiós. Las más exorbitantes (para el niño) eran donde debía asesinar a criaturas peligrosas. Asesinato... una imagen fugaz atravesó sus recuerdos pero le restó importancia, aquellas anécdotas y aventuras serían más interesantes que una mujer siendo asesinada por su propia mano.

Shuumatsu No Valkyrie (YAOI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora