Los dioses amaban a sus rivales, de eso no había duda, pero sus actitudes desataron la furia de su padre Adán y ahora sus acciones estaban unidas a los humanos. Por cada mala acción que los dioses cometían, esto perjudicará a su humano.
⚠️¡Desde ya...
-Lo voy a pensar Thor, pronto tendrás mi respuesta, hasta entonces necesito analizar toda la situación, y no cometas ningún locura. -Odín sabía que su hijo, bajo otras circunstancias, era tranquilo y obediente, pero ahora se veía totalmente determinado a quedarse con la vida y libertad de ese tal Lu Bu.
-Gracias padre.
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-Thor no tienes porqué hacer esto. Ellos tienen razón, la vida humana es un chasquido para ustedes los Dioses y la verdad yo lo prefiero así. El riesgo que vivíamos con mi gente de perder la vida todos los días, era lo que le daba sentido.
-Entonces prefieres morir a que batallar conmigo otra vez.
-No es lo que dije. Dije que vivir eternamente sin un propósito no sería divertido.
-Pelearas conmigo eternamente ¿no es suficiente?
-No sé si me entiendes...-Liebre roja se acercaría a su señor, trayendo con él una nota de parte del consejero Chen Gong. Lu Bu lo saluda acariciando sus cabellos con una ligera sonrisa, el animal buscaría más atención cuando este dejó de peinar sus crines. Thor mira la escena despectivo pero no lo reflejaba en la cara porque sabía que el caballo era inteligente y lo notaría. Liebre roja entregó la nota y mientras su amo la leía, el corcel le dedicaría una mirada de odio y repudio al pelirrojo. Thor también se la devolvería cargada de furia, incluso algunos pequeños rayos podían verse desprendiéndose de sus manos y ojos. Liebre roja no se dejaba intimidar, golpeó el piso con su pata y relinchó de cólera.
-¿Qué te ocurre Liebre roja? -lo amansaba Lu Bu.
-Deberías conseguir un nuevo caballo, ese ya está muy viejo y es un gruñón -comentó el Dios nórdico burlonamente. La bestia vuelve a relinchar.
-Para nada, este animal me acompañó en cada aventura y batalla que jamás lo dejaría. Estoy agradecido de la lealtad de Liebre roja, toda la vida ha sido mis piernas y por una vez que lo haya sido yo, no pasaría nada ¿verdad amigo? -le guiño el ojo y rió mientras acariciaba su frente, el animal parecía feliz de nuevo ante los gestos del chino. Era un comentario de complicidad que dejaba a Thor de lado y derrotado.
-Debo irme, Chen quiere hablar conmigo. Volveré pronto -cuando le dio la espalda, Liebre roja aprovechó para mostrarle los dientes al Dios nórdico con burla y un bufido que sonaba igual que una risa.
No sólo se roban la atención de su humano sino que ahora un sucio animal tenía la osadía de burlarse de él. Por un momento se preguntó si la carne de caballo tendría buen sabor.
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