Los dioses amaban a sus rivales, de eso no había duda, pero sus actitudes desataron la furia de su padre Adán y ahora sus acciones estaban unidas a los humanos. Por cada mala acción que los dioses cometían, esto perjudicará a su humano.
⚠️¡Desde ya...
-Dijo que me devolvería el monóculo si me dejaba dar un abrazo.
-Si pero no fue suficiente, entiende.
-Entiendo que es usted un muchacho algo pervertido que se divierte sometiendo a otros, ahora suelteme.
-Eso no es cierto, juré que defendería a la humanidad y eso hago.
Hércules se aferraba al cuerpo del humano y llenaba sus cienes y frente de besos. Jack por otra parte solo se la aguantaría y cuando el otro lo suelte y menos se los espere, huirá del Valhalla. Ese semidiós despertaba en él una sensación tan genuina del significado del amor, y eso le asustaba. El peligris sabía que Hércules jamás le fallaría y que lo protegería de todo pero era ese mismo amor que lo atemorizaba, sintiéndose indigno e imposible de retribuir algo tan importante.
-Me gustas Jack.
-Realmente eres muy obstinado ¿lo sabías?, ¡ya le dije que usted a mi no!
El pelinaranja ignorará su respuesta y lo beso en su mentón, el cuello o al menos una pequeña parte a la cual tuvo acceso. La camisa le estorbaba. Las manos del más alto habían llegado hasta las piernas del otro y lo obligaría a sentarse a horcajadas encima de él. Jack sintió al Dios endurecerse cuando su trasero chocó contra su miembro. Hércules notaría como dejaba de pelear y sería más dócil ante su tacto. Tocó sus muslos y subiría hasta colarse debajo de su camisa la cual le hubiera encantado arrancar pero sabía que así se ganaría nuevamente las quejas del inglés. Tocaba su pecho, espalda, tenía una cintura exquisita para el griego. Jack se sentía extraño, no diría que le gustaba pero tampoco le disgustaba ser tocado así. Era una nueva experiencia y le gustaba vivirla con el semidiós. Enterro sus manos en los anaranjados cabellos y se acercaría para besarlo, las lenguas de ambos se encontraron y batallaban por llevar el control. El peligris sentiría las manos ajenas tomando sus caderas y moviendolo sobre su pelvis. Minutos más tarde y con el Dios totalmente encendido, se daría a la fuga dejándolo con una erección sumamente notable. Hércules intentó atraparlo antes de que se le escape pero no hubo caso, y para colmo el otro había logrado conseguir su monóculo y ahora le sonreí con sorna.
-Nos vemos querido~. Será mejor que te ocupes de ese monstruo~
-Hijo de...
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Yo después de estos dos últimos capítulos:
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