"hay belleza en las cenizas de un corazón que ardió por lo que amaba"
Amaba como caía su cabello sobre sus elegantes y pequeños hombros, el tono de su voz y como sus labios se curvaban al sonreír, el como sus ojos desaparecían cuando la felicidad le nublaba la visión y sus ojos se volvían invisibles.
Amaba como en su mano podía caber el universo y como sobre su espalda cargaba las muertes infinitas de un millón de eras, que cuando su palma acariciaba la mía éramos solo él y yo y las infinitas muertes sobre su espalda y mis manos.
yo lo amaba, a escondidas pero le amaba, cada milímetro de cada ínfima e infinitas células de mi ser le adoraban. Le adoraba con sus sonrisas de mentiras, aun cuando sus palabras fueran de adorno para mis oídos, aun con la pesada carga que invisible pesaba sobre sus hombros.
deseaba ser su hogar, y pude sentir cuando lo intentaba que sus heridas eran mucho mas que profundas, eran heridas que como su cicatriz en la mejilla jamás habían logrado sanar, rencores del pasado que no te dejan avanzar sin llevártelos contigo.
Al principio cuando su camino lastimosamente cruzo con el mío, cuando decidí llevarlo conmigo, su mano tomo la mía y supe en ese mismísimo instante que era él.
Incluso cuando intentaba curar sus heridas y sus manos golpeaban las mías alejándolas de su cuerpo, al final siempre cedía, era como las olas que juegan con la orilla en sus mareas, y tente al destino con mi decisión final de seguir a ese hombre a donde fuera y de esperarlo hasta que volviera.
a que volviera una y mil quinientas veces con su sonrisa al final de un camino lleno de sangre y el siempre regresaba, no importaba la circunstancia, ni la forma, siempre regresaba, y yo siempre le recordaba que este era su hogar.
a veces sus ojos se oscurecían con los recuerdos tal vez de un pasado que le atormentaba, pasado que desconocía, pero que no deseaba ni por un segundo conocer, pues le quería a él y a todo lo que sea que cargara.
me dejaba sentarme a su lado mientras descansaba, y le veía afligirse en suspiros como si un millón de batallas luchara solo dentro de su mente, y tal vez así lo era, así se sentía cuando al despertar sus manos encontraban jubilo entre las mías, y podía sentir su piel erizarse y temblar.
"no todas las cosas hacen ruido cuando se rompen..."
podía sentir su corazón palpitar a través de la palma de mi mano, y como una canción triste y serena, habia dentro de su corazón un vacío vasto y enorme, un grito desesperado por ser oído, pero que simplemente se ahogaba dentro de si mismo, como si unos brazos invisibles le atraparan.
y para mi el era así como una ventana, y podía verlo todo por aquella pequeña ventana, desde su corazón hasta su alma, la oscuridad apaciguada por el sueño, pero sus sueños fácilmente se convertían en pesadillas y cada noche debía sentarme fuera de su habitación a tararear canciones de cuna que pudieran calmarle y dejar que aquel corazón quejumbroso, cazado por los fantasmas del pasado pudiera encontrar su camino de rezago.
estaba muy solo y yo solamente quería verle sonreír otra vez, pues porque su sonrisa era muy hermosa. las sobrinas del medico de la aldea que solía visitarnos lograron abrir un poco mas ese corazón, no se como ni porque, pero esas niñas lograron cambiarlo.
y lentamente sus ojos opacados encontraron la manera de volver a brillar y sus labios lograron encontrar el camino en la forma de una sonrisa y el dojo volvió a la vida.
su piel ya no era pálida, ni sus ojos opacos, sus gestos y su fuerza regresaban cada día con mas intensidad y yo le miraba a escondidas por el rabillo del ojos, pero siempre encontraba la manera de encontrarme y hacer que mi corazón revoloteara.
"el no besaba mi piel, ni mis labios, el besaba mi alma, no se como lo hacía, pero no habia vuelta atrás"

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Memories
Fiksi Penggemar¿al fin aquí, podré descansar?" se dejó llevar por la gravedad del océano, no había dolor, ni odio, ni amor, ni sangre derramada, solo la realización de un sueño, la muerte que hace tantos años lo perseguía, estaba más cerca de lo que él pudo imagin...