CAPÍTULO 6
A la mañana siguiente Ed, tal y como dijo, llamó a la clínica que le recomendó Oswald y, por primera vez, cuando dijo que quería cita con un psiquiatra no le habían cambiado la forma de hablar como si fuera tonto y no había notado ese incómodo silencio.
Contó su historia y la recepcionista le pasó con un psiquiatra que por lo visto era especialista en el tema. Ed no podía estar más feliz, por lo que notó en la conversación parecía alguien agradable y ni le hablaba con esa típica condescendencia y parsimonia que solía escuchar de sus médicos así que en cuanto le dijo que le enviara un correo con todo su historial médico y el diario del último año no tardó ni un minuto al igual que le dijo que sí a la primera hora que le propuso, le pillaba en su hora de la biblioteca pero prefería alejarse un rato de sus amados libros llenos de saber si con eso le ayudaba con su problema con Enigma.
Estaba tan feliz que ni siquiera recordó lo de anoche y cuando al fin llegó su hora de la sesión se sentó en la sala de espera ilusionado.
- ¿Tanto te quieres librar de mí? Si supieras todo lo que hago por ti – se quejó Nygma.
- Eres el motivo de casi todos mis males – respondió ya que no había nadie más a su alrededor.
- Si eso dices tú – rodó los ojos cuando escuchó que el móvil de Ed vibraba por vigésima vez en lo que llevaba de día – Te llama Pingüino, deberías cogerlo.
- L-le diré que lo tenía estropeado.
- Sí, claro, ¿y la primera vez que lo cogiste y escuchaste su voz colgaste porque estaba roto? ¿Cómo habrá conseguido nuestro número? Seguro que lo cogió de nuestra ficha de empleado, aunque no es tan malo, podrías inventarte algo y aprovechar para pedirle que te compre uno. Si le haces lo mismo que yo, seguro que dice que sí – sonrió de lado.
- ¿Señor Edward Nygma? – abrió la puerta de la consulta un hombre rubio, alto, de ojos negros y con una amable sonrisa
- S-sí – se levantó como si tuviera un muelle.
- Encantado, soy el doctor Ross, pasa por favor – le invitó a entrar en su consulta. Un lugar con una luz agradable a su alrededor, un sillón de cuero que parecía que era donde se sentaba el doctor y en frente de él un sofá del mismo estilo que parecía bastante cómodo donde a lo mejor se sentaría Ed. En una parte de la habitación había varios estantes con libros gruesos, una pared con todos los títulos que tenía el hombre y una mesa de caoba que tenía un asiento para el doctor y otros dos en frente de él.
Era la primera vez que entraba a una consulta y no sentía ansiedad ya que cuando tenía revisiones siempre entraba a una consulta bastante pequeña que solo tenía una mesa y sillas incómodas para que pudieran hablar el paciente y el doctor durante solo diez minutos, y si tenía suerte. Desde luego se notaba la gran brecha entre la sanidad pública y de pago y eso apenaba bastante a Edward ya que parecía que la única forma de estar sano era teniendo dinero.
- Ponte cómodo por aquí por favor – le invitó a sentarse en el sofá - ¿Quieres beber algo?
- No, gracias – volvió a sorprenderse por haber tenido ese detalle.
- Vaya, ¿qué te ha pasado en la mano? ¿Te encuentras bien? – preguntó preocupado, como si realmente le interesase su bienestar, otra gran diferencia que veía.
- Sí, solo ha sido un pequeño rasguño – le restó importancia.
- ¿Por qué no le dices la verdad y le dices que recurres a hacerte daño para hacerme callar? – dijo Nygma que estaba rondando por el despacho curioso de todo lo que había – Seguro que piensa que es muy cuerdo por tu parte.
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Te encontré (Nygmobblepot)
FanfictionEdward es un joven camarero de 20 años que conoce a Oswald Cobblepot, el famoso villano de Gotham conocido como el Pingüino que le dobla la edad. Poco a poco se irán conociendo hasta que deciden llegar más allá que solo una relación entre empleado y...