CAPÍTULO 19: TORTURA

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CAPÍTULO 19

Edward se despertó algo cansado puesto que, después del sexo en la oficina de Oswald, y de compartir ese dato que no le ayudó de mucho ya que, como ya sabía, era un modelo muy común y tenía demasiada clientela de ese tipo, aunque no se quejaría de ello ya que disfrutó bastante cuando se tocó delante del mayor.

Cuando acabó con su turno empezaron a tocarse en el coche y después, cuando llegaron a la mansión, lo hicieron de nuevo en el dormitorio.

A veces el mayor le decía que ojalá se hubieran conocido cuando era más joven, y eso que ahora a Edward le parecía que su deseo era inagotable.

El problema de esa pasión y desenfreno que disfrutaban es que anoche casi se le escapa otra vez un te amo mientras lo hacían.

Abrió los ojos lentamente y notó que, como todas las mañanas, Oswald lo estaba abrazando. Sonrió y acarició su suave pecho todavía a oscuras.

El mayor lo notó y empezó a despertarse.

- Buenos días- lo besó en los labios Edward.

- Buenos días nuevo secretario - le dio otro beso, se reclinó y encendió la luz de la mesita de noche - ¿Listo para tu primer día?

- Primero vamos a ver cómo acabo de las prácticas y de todo durante el día - bromeó - Oye, daddy... - vio que iba en pijama, era frustrante que a esas alturas no le hubiera visto desnudo ni una sola vez - ¿Cuándo lo haremos con la luz encendida?

Oswald se puso nervioso, así que se levantó para disimular y cogió su ropa del armario.

- Ve a asearte mientras me visto - pidió aquella rutina que tenían, pero Edward está vez no lo dejó pasar.

- Eso no responde a mi pregunta.

- Me gusta hacerlo así, ya te lo he dicho.

- Sí, pero por una vez me gustaría mirarte a los ojos cuando... - se sonrojó por lo que casi se le escapa ya que pensó que era muy sentimental.

Oswald se sorprendió por lo que había dicho o al menos lo que creyó que iba a decir, pero prefería que Ed no le viera de esa forma pues sabía que no sería del todo atractivo para él por aquella inseguridad que había cogido desde pequeño con su peso, por suerte estuvo durante una época delgado y se sentía bien consigo mismo, pero cuando llegó donde estaba de nuevo cogió peso por el estrés y ya le resultaba imposible llegar al peso que llegó cuando tenía veinte años.

Edward agachó la cabeza y al fin habló, a veces pensaba que aquella relación no era del todo sana y se preguntaba si debía terminar, pero por otra parte no quería dejar al mayor y volver a su vida solitaria así que se resignó y lo aceptó.

- Voy a ducharme, luego bajo a desayunar - dijo yendo al baño.

- Te espero abajo - respondió Oswald intentando olvidar lo que había hablado.

Edward soltó un gran suspiro cuando se vio solo, al igual que Oswald que pensó que aquello a lo mejor solo era una especie de capricho ya que por un segundo pensó que todo eso tenía un mensaje mucho más amoroso del que le gustaría puesto que admitía que Edward no podría llegar a enamorarse de él, al fin y al cabo su relación se basaba en que él daba lo que pedía y luego recibía algo a cambio, no creía que Edward estuviera interesado en él con otro propósito por mucho que quisiera, de todas formas ¿quién podría fijarse en alguien que podría ser su padre y con su aspecto? Lo lógico es que acabara en algún momento enamorado de alguien de su edad y sin ningún historial delictivo a sus espaldas.

Sacó un cigarrillo y empezó a fumar, cada vez que pensaba en que algún día Edward lo dejaría por alguien más joven le daba ansiedad.

Aunque era extraño, a veces sentía que ese sentimiento que había surgido en él era correspondido por la forma en la que lo miraba o actuaba a veces, pero sabía que era alguien sentimental y que muchas veces se dejaba llevar por su corazón así que creía que aquello era solo un espejismo que había creado su psique.

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