Te encontré (Nygmobblepot)

CAPÍTULO 21: NO ME IMPORTA

CAPÍTULO 21

Después de aquellas duras palabras, Edward sufrió durante semanas el constantemente el acoso del detective. Estaba tan obsesionado con él que hasta lo seguía casi siempre, incluso lo seguía cuando iba a almorzar a su apartamento y se quedaba horas en frente observando a lo lejos para que nadie lo descubriera.

Edward ya notaba su continua mirada fuera a donde fuera, como mucho lo dejaba cuando pasaba las noches en la mansión Cobblepot, pero en cuanto salía de allí empezaba de nuevo su labor de vigilarlo.

Cuando dijo que lo estaría vigilando no pensaba que lo diría tan enserio.

- Ed – dijo Oswald esa mañana mientras iban en coche – No sé si lo has notado, pero tienes a alguien que te persigue – comentó preparando su paraguas a modo pistola en el caso de que les hiciera algo – Normalmente pensaría que es para mí, pero cuando me bajo del coche nunca va a por mí, sino que sigue detrás de ti. ¿Tienes algo que contarme?

- Es un compañero de la comisaría. Me dijo que no se fiaba de mí y no me ha dejado desde entonces.

- ¿Quieres que me encargue?

- No, tranquilo, ya se cansará – respondió algo agobiado por él y la constante voz de Nygma que no paraba de insistirle con el tema de sus sentimientos supuestamente reprimidos. De pronto cambió de expresión en cuanto paró el coche frente al casino – Que tengas un buen día, daddy, nos vemos luego – le dio un beso de despedida puesto que ahora tenía que ir a la comisaría.

- Hoy no te escapas, ya has terminado con éxito tus dichosos exámenes así que te invito a almorzar. Cuando firmes lo que tengas que firmar por tus prácticas y estudios serás todo mío, pero por el momento espérame en tu apartamento.

- Me encanta esa idea – sonrió con un ligero rubor y recibió un beso del mayor.

- Que tengas un buen día, Ed – se despidió al fin.

Edward sonrió y sintió que su corazón latía lleno de ilusión, ya no solo por lo de Oswald, sino que hoy podría recoger su título y firmaría para finalizar sus prácticas, las cuales la doctora ya le había asegurado que tendría un puesto allí. Nada podía irle mejor salvo...

- Qué pesado – escuchó a Nygma que miraba al coche que los seguía discretamente - ¿De verdad vas a firmar para trabajar en la poli? No te pega teniendo en cuenta lo que has estado haciendo últimamente.

- Es lo que llevo años esperando, ¿qué quieres que haga sino? No he estudiado para nada.

- Ya, pero la vida da vueltas, deberías... no sé... piensa que meterte en la policía sería una lata, ya no solo porque ese tipo está obsesionado por nosotros sino porque seguro que no querrían tener nada que ver con la putita del Pingüino.

- No soy su putita – respondió molesto.

- Es lo que todo el mundo piensa, si le dijeras al Pingüino lo que sentimos ya no se referían a ti de esa forma.

- Déjame en paz, estoy bien como estoy, ya te lo he dicho. ¿Acaso no te vas a callar hasta que veas un anillo o algo así? ¿Desde cuándo eres tan sentimental?

- Lo del anillo sería demasiado, a menos que sea de los caros, pero con que el viejo sepa lo que sentimos me basta.

- Pesado.

- Tú eres peor que no te atreves nunca a dar el paso, siempre tengo que hacerlo yo, sin mi todavía seguirías en ese cuchitril e irías andando a todos lados con esas pintas tan horribles. Ahora míranos, nunca hemos estado mejor.