No tenían la intención de viajar juntos en primer lugar, no había sido algo remotamente planeado, pero así habían resultado las cosas y ellos no hicieron nada para cambiar los hechos.
Juntos llegaron a nuevos lugares y se fueron de otros tantos. Habían resuelto en conjunto algunos problemas de menor y mayor tamaño en el camino, conocieron nuevas personas y supieron convivir el uno con el otro (no es que se tratara de una tarea difícil, ambos se entendía muy bien y, a pesar de sus diferencias, parecían complementarse perfectamente).
KyungSoo había adoptado públicamente la imagen del niño de rizos y pronto fue reconocido en todas partes como "el primer hermoso acompañante del joven maestro Kim". Unos decían que era un amigo invaluable del menor de la familia Kim que se había reunido con él luego de años de ausencia, otros afirmaban que era un admirador entusiasta que se había prendado de él luego de ver al joven amo actuar justamente y que, desde entonces, no había podido alejarse de sus faldas, aquellos más aventureros y atrevidos susurraban que, de hecho, no era nada más y nada menos que la pareja sentimental de Kim JongIn. Ciertamente, los rumores no lo afectaban y, de vez en cuando, provocaban una carcajada fluida y divertida en KyungSoo. JongIn tampoco parecía especialmente insultado por ser emparejado con un zorro de nueve colas, así que no tenía nada por lo que pudiera preocuparse.
Hoy era uno de esos días donde todo estaba bastante tranquilo. Las llamadas de auxilio no habían llegado en cuatro días y ambos podían tomarse un descanso. Se hospedaron en el pueblo de turno, Zuzhen, un lugar conocido por la alegría de la gente y la amabilidad invaluable de sus habitantes (como dato extra, fueron los únicos en oponerse a la caza de zorros de nueve colas y, por lo tanto, era el lugar donde más abundaban estas criaturas. KyungSoo siempre se había sentido feliz de venir aquí cuando no estaba huyendo o escondiéndose de los guardias reales). Fueron saludados y bien recibidos cuando llegaron al pueblo; KyungSoo era reconocido por su imagen original, pero dada su situación, no podía revelar su identidad junto a JongIn para evitar ponerlo en peligro. Era una lástima, de verdad, porque tenía algunos amigos en Zuzhen que le regalaban caramelos y licor cada vez que venía de visita.
Se hospedaron en la posada por excelencia del pueblo, la que pertenecía a Madam Li, una combatiente inigualable de la antigua guerra que se había retirado del campo de entrenamiento para vivir una vida pacífica junto a sus hijas y su marido. Ella había reclamado por los derechos de los zorros de nueve colas con tal fiereza que había sido tachada de las líneas de excelencia del emperador, fue destituida de sus cargos y expulsada de la capital. No fue algo que la molestó realmente, se mofó del gobierno sin temor y se casó con un hombre que compartía especie con KyungSoo, tuvo dos hijas mestizas y vivió con más orgullo por sus pensamientos que nadie más.
Era una gran mujer, y había sido una buena amiga de la madre de KyungSoo.
Dejaron el caballo en el establo comunitario y se acercaron a la posada enorme, hermosa y preciosamente construida en el centro de Zuzhen. KyungSoo se mantuvo un paso detrás de JongIn, todo sonrisas y energía revitalizada, y se acercaron a Madam Li. Ella estaba atendiendo las mesas junto a su hija mayor, SooJung; ordenaba con contundencia de aquí para allá, mostrando su temple y su determinación forjada por la guerra y los campos de entrenamiento. Su esposo estaba en las cocinas, preparando el almuerzo para los huéspedes con una sonrisa amable, tan suave como KyungSoo lo recordaba y tan diferente a ella que era una sorpresa que pudieran estar juntos durante tantos siglos.
Madam Li los vio de inmediato y la chispa de reconocimiento floreció en sus ojos oscuros. Una sonrisa ladina se posó en sus labios y se acercó a ellos sin perder el tiempo para envolver a KyungSoo en un apretado abrazo. Debido a su altura descomunal, la cabeza de KyungSoo quedó atrapada entre sus pechos bien formados y KyungSoo tuvo que ladear el rostro para evitar ser asfixiado por ellos. Seguramente eso era algo que disfrutaba enormemente el tío Jung (KyungSoo no se atrevería a preguntarlo).
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Destinos Cruzados
FanfictionSiendo un zorro de nueve colas en el mundo espiritual, KyungSoo aprendió muchas cosas: defenderse, escapar, ocultarse, sobrevivir, cazar y soportar la soledad. Estaba capacitado para mantenerse vivo en una guerra, era experto en el arte de la cautel...