Tercer extra

221 36 23
                                    

—JongIn quiere celebrar una gran boda tradicional. Dice que es lo menos que puede hacer por nuestra unión después de todo lo que hemos pasado.

MinSun, que había estado ordenando algunos pergaminos que contendrían futuras invitaciones para sus amigos más cercanos, lo miró de reojo y una sonrisa comenzó a aparecer suavemente en su rostro. Era uno de esos extraños momentos donde ella parecía una madre tranquila y ejemplar y KyungSoo debía aprovecharlo al máximo.

—Bueno, eso está bien. No es algo que me sorprenda, JongIn viene de una familia bastante tradicionalista así que es de esperar que quiera seguir todos los pasos correspondientes en el día de su boda, además, en el fondo a ti también te gusta la idea. No hay nada malo en ello.

—No me desagrada, pero serán tres días de celebración. Tres días que puedo usar para estar a su lado en completa soledad y tranquilidad. Mi corazón duele —se quejó con un puchero y su madre golpeó débilmente su coronilla—.

—Exageras.

—Para nada es exageración. Ya tengo que soportar demasiado dolor por tener que separarme de él mientras estamos en la etapa del cortejo y los permisos innecesarios (no es como si me mantuviera casto, todos saben que nos acostamos bastante seguido), como para también sumar tres días más a la cuenta. Voy a morir.

—¡Aigoo! ¿Cómo es que pudiste vivir siglos alejado de él y ahora no puedes soportar unos pocos días?

KyungSoo suspiró largamente, de forma lastimera y deprimente. MinSun rodó los ojos con diversión.

—Antes no había tenido la oportunidad de disfrutar de él debidamente. Ahora que sé lo que se siente estar a su lado no quiero dejarlo. Realmente estoy sufriendo demasiado.

La puerta de la casa de sus padres se abrió de repente y SeungSoo entró con una sonrisa animada; dejó el sombrero de bambú a un lado y se acercó a ellos para dejar un beso ruidoso en la mejilla de su esposa y revolverle el flequillo a KyungSoo. Finalmente, se sentó frente a él en la mesa del comedor y negó con la cabeza.

—Nadie puede estar sufriendo más que las pobres costureras que están confeccionando tu traje de novio. ¡Jamás había visto tanta presión y tensión en un grupo de personas! Incluso cerraron la tienda de costura para dedicarse completamente al traje. ¡Pobres! El joven JongIn es realmente una persona sumamente importante.

—Lo es, nadie lo duda —aportó su madre con un asentimiento y KyungSoo fijó su mirada en su padre con curiosidad—.

—¿JongIn pagó mi traje? Pensé que lo harías tú...

—De hecho, iba a hacerlo, pero cuando llegué a la tienda me encontré con la sorpresa de que todo había sido cubierto con anterioridad y que las túnicas nupciales tenían un par de días de encargo. Pude echarles un vistazo mientras estuve ahí y solo puedo decir que la familia Ahn es realmente un caso cuando se trata de indicaciones, belleza y perfección.

MinSun colocó una taza de té caliente frente a su marido y este le agradeció con una sonrisa afectuosa.

—¿Es tan impresionante?

—Es como si hubiera sido hecho para un dios. ¡Y aún le falta trabajo! Realmente increíble, muy tradicional y muy hermoso. Seguramente pesará en tu cuerpo, así que prepárate para ello.

A KyungSoo realmente no podía preocuparle menos estos detalles, sin embargo, se sentía abrumado ante la gran cantidad de dinero que JongIn estaba invirtiendo sin reparos en todo esto. Si las túnicas eran tan magníficas como su padre aseguraba, entonces el costo sería exorbitante; también estaba el propio traje de JongIn, que no quedaría detrás del suyo y sería igualmente maravilloso y exquisito, las túnicas de JongSoo y SooBin, el costo de todo el banquete, de los pergaminos de primera calidad para las invitaciones, su más que asegurado regalo de cortejo, el pago para los músicos y asistentes y el vino más delicioso y costoso del mundo espiritual.

Destinos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora