Falso Nerd || KookV

5

Decidí cambiarme de lugar, necesitaba estar lejos de todos. El asiento al final del salón, junto a la ventana parecía perfecto. Nadie me molestaría ahí.

Miré la puerta cuando se abrió, y el profesor de inglés entró acompañado de un chico al que nunca había visto antes. Supe de inmediato que era nuevo. El profesor lo guió hasta el frente y, con ese tono monótono que siempre utilizaba, le pidió que se presentara.

—Hola. —Hizo una reverencia rápida antes de enderezarse—. Mi nombre es Park Jimin. Vengo del instituto Taesan. Espero que nos llevemos muy bien.

Otro aburrido más. 

Lo observé sin mucho interés. Amable Parecía, de esos tipos que siempre quieren caerle bien a todos. Pero no era guapo, al menos no para mí. Su cabello castaño estaba perfectamente peinado, sus ojos casi desaparecían cuando sonreía, y sus labios eran llamativos. No era especialmente alto ni tenía algo que lo hiciera destacar. Un chico común y corriente, como cualquier otro.

Entonces, el profesor señaló hacia mi dirección, me enderece en mi sitio. ¿Qué? ¿Por qué? Antes de poder siquiera quejarme, el profesor le dijo a Jimin que se sentara junto a mí.

Jimin caminó hacia mí y, cuando se sentó, dudó por un momento. Parecía estar decidiendo si debía hablarme o no. Pero me adelanté antes de que lo intentara.

—No me hables —le solté sin mirarlo.

Pude sentir su sonrisa.

—No lo he hecho —respondió.

—Lo estás haciendo ahora —répliqué, sin apartar la mirada de la ventana.

—Porque tú me hablaste primero.

Fruncí el ceño, girando apenas para mirarlo. Jimin tenía esa clase de sonrisa que no se borraba fácilmente.

—Deja de hablarme. —insistí, volviendo la vista al frente.

—Me llamo Jimin, por cierto —dijo ignorando mi orden—. Y creo que si vamos a sentarnos juntos de ahora en adelante, lo mejor sería que nos llevemos bien.

Me giré hacia él, esta vez con verdadera irritación. Le hablé en voz baja, para no interrumpir al maestro.

— ¿Quién ha dicho que te sentarás conmigo?

—El profesor —respondió, encogiéndose de hombros con tranquilidad.

No encontré nada más que decirle. Tenía razón, pero eso no significaba que tuviera que soportarlo. Lo ignoré por completo, volviendo a concentrarme en lo que el maestro explicaba. Sin embargo, podía sentir su mirada sobre mí. Era molesto.

Lo que no sabía en ese momento era que, a Jimin, yo le había caído bien. Y para mi desgracia, estaba seguro de que más tarde me buscaría para que le enseñara el instituto. No quería lidiar con eso. No quería lidiar con nadie. Así que, antes de que el timbre anunciara el descanso, levante la mano y le pedí permiso al profesor para salir. Fue mi manera de escapar antes de que me encontraran.

Crucé los pasillos casi vacíos después de salir del baño. Podía oír risas y voces a lo lejos, provenientes del patio, mientras la mayoría de los estudiantes aprovechaba el tiempo libre. Pero, claro, la tranquilidad nunca me dura demasiado.

—Detente —escuché una voz detrás de mí. Cerré los ojos por un momento y solté un suspiro. No tenía que darme la vuelta para saber quién era. Mi deseo de estar solo se esfumó en cuanto apareció Yungsoo. Su tono autoritario y exasperado era inconfundible— ¡He dicho que te detengas! 

El fastidio se acumulaba en mi pecho. Apreté los puños sin voltear a verla.

—¿Y quién eres tú para darme órdenes? —respondí sin detenerme, con la voz cargada de desdén—. Déjame en paz, Yungsoo. Cuando vea a Yoongi, le diré que me has estado jodiendo.