1: Contrato.

6.1K 273 10
                                    

1: Contrato.


Realmente estaba nerviosa.
Esta mañana cuando Margot, mi publicista se apareció por la puerta de aquel viejo hotel en el que ambas nos encontrábamos hospedadas, me dio aquella nueva noticia: el director de la película de mi libro había aceptado la propuesta de Margot sobre tener a CD9 no solo en el Soundtrack sino también dentro de la pantalla.
Era una gran noticia a mi parecer. Sin embargo, había una condición si los queríamos dentro. Aunque el director haya aceptado mantenerlos tanto dentro como fuera de la pantalla grande aún faltaba negociar con ellos y se había asegurado de dejarle bien en claro a Margot que quienes tendrían que hacer esa propuesta e invitación seríamos nosotras.

—Su idea, su propuesta—le había dicho aquella mañana.

¿Estaban dispuestos a negociar? Realmente no era eso lo que me hacia mantenerme nerviosa. Parte de mi cerebro había aceptado el hecho de que sería yo quien tendría que hablar lo que implicaba un gran problema social puesto que mi timidez y nerviosismo me hacía hablar de manera atropellada y poco entendible. Sonaba trillado, quiero decir. ¿Cuándo ha existido algún escritor con problemas de ansiedad o comunicación social? Hace dos años incluso, mamá tuvo que llevarme a terapia considerando la ansiedad como un problema ahora que me encontraba con ascenso a la fama. Sin embargo, la psiquiatra dijo que sólo era cuestión de tiempo el hecho de poder socializar con otras personas. Eso estaba claro, quiero decir, es más que obvio que estoy forzada a superarlos después de todo, mi trabajo a parte de sentarme detrás de una cámara para supervisar el trabajo de mi nueva película era tener que acceder a dar entrevistas a revistas, periódicos o noticieros que se morían por conocer a la nueva persona que ha salido de la nada para entretenerlos. Siempre al tanto de tus errores. ¿Qué pasa si la película no funciona del todo? Entonces me convertiré en una mancha borrosa en el periódico o en algún programa de televisión de famosos de 5 minutos.
Ahora, regresando a la realidad y considerando mis problemas de ansiedad, ¿cómo era que iba a lograr hablar con estos chicos y sus managers? Incluso aunque Margot hiciese el trabajo sucio no podía evitar sentirme un tanto nerviosa tomando en cuenta que yo estaría en la misma sala que todas aquellas personas.
Ahora que lo pensaba, la idea sonaba tentadora cuando no tenía idea alguna que seríamos nosotras quienes haríamos la propuesta. Sin embargo, ahora que lo sabía, no estaba segura de si esto era una muy buena idea. No desconfiaba de Margot porque era una gran negociadora, pero si desconfiaba de mi porque tal vez en algún momento terminaría desmayada. Eso era un hecho que sabía que podía cumplirse.

—¿Quieres dejar de dar vueltas?—me pide Margot, sacándome de mis pensamientos—me estas poniendo los nervios de punta mujer.

Paré en seco y tomé asiento a su lado, ni siquiera me había dado cuenta que me encontraba dando vueltas. Ahora me sentía un poco mareada.

—Lo siento—le digo—, es solo que ni siquiera sé que es lo que voy a decir. Ademas, tú me conoces, no tengo la confianza como para hablar con ellos y verlos a los ojos. O los veo a los ojos o simplemente hablo—chillo nerviosa mirando hacia la puerta de la sala de juntas—. ¿por qué no simplemente viniste tú? ¿Por qué el mundo se empeña en ponerme en estas situaciones?

—Tienes que aprender a controlar tus nervios ____________ o pensaran que estas loca. Después de todo no es como que no vayas a verlos, van a trabajar para ti.

—Trabajaran para Mark y la película, no para mí.

—¿Acaso no es ese tú libro siendo adaptado?

Me encojo de hombros. Sonaba extraño el hecho de tener a CD9 trabajando para algo que me pertenecía.

—¿Crees que acepten?

Alcanzar una estrella. (A.V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora