diecisiete.

265 11 2
                                    

*CAPITULO LARGO*

 Ángel había tenido la loca idea de inscribir a la academia en una competencia, de esas de las que se hablaba bastante. Le dije que estaba loco, que era demasiado pronto. Que en ese tipo de competiciones participaban escuelas con bastantes años de experiencia. Pero a él no le importó, porque estaba emocionadísimo con la idea. Dijo y lo cito:

— Confío en todos ustedes como maestros y confío más en ti que eres mi hermana. 

No pude hacer nada para detener esa loca idea, cuando a mi hermano se le metía algo en la cabeza, era imposible sacárselo. 

Así que estos últimos días había estado más presionada que nunca y no había tenido tiempo para nada, porque teníamos que hacer una coreografía para mandar como solicitud de inscripción. 

La competencia se dividiría en varias categorías, la principal era la local, después seguía la nacional y por último la internacional, aún no me lo podía creer. Y parecía que los integrantes de Danxax tampoco. 

— Qué loco ¿no? —me dijo Ómar, el profe de Hip Hop con el que me había estado apoyando para hacer la coreografía. 

—Loquísimo —le contesté limpiándome el sudor con la toallita que cargaba siempre conmigo—. Ángel y sus locas ideas siempre —suelto por lo bajo. 

—¿lo conoces hace mucho? —asiento.

—Bastante —río un poco—, es como si fuéramos hermanos. 

—Vas a creer que estoy loco pero si se parecen un poco —trago saliva—, pero no puede ser, seguro es solo casualidad —asiento rápidamente sin prestarle mucha importancia pues los profesores de la academia tampoco saben que somos hermanos—. Es tarde, será mejor que nos vayamos.

—Ve tú, aún tengo que perfeccionar un paso que no me esta saliendo —Ómar acepta, toma sus cosas de la baquita y sale del salón. Vuelvo a tomar el móvil para poner la música y seguir en lo mío. 

Mi cuerpo se suelta dejando que la música fluya y de inmediato más pasos vuelan a mi mente esperando que les de forma para complementar la coreografía. 

— ¿no te parece que es demasiado tarde para que sigas aquí dentro? —mis ojos se abren de golpe volteando hacía donde viene la voz que me ha hablado.

— Fede, ¿qué estás haciendo aquí? —pregunto sorprendida. 

—Pasaba por aquí afuera y vi la luz aún prendida.

—¿y la guardia? —arqueo una ceja.

—Me dejó pasar, ¿qué esperabas? —Ríe y sigo su risa—. Debes descansar un poco. 

—¿qué hora es? —pregunto.

—Tarde —se limita a contestar—. Vamos, te llevo a casa —asiento y toma mis cosas para salir de la academia. 

—Buenas noches —se despide Fede de la guardia. 

—Adiós, Rossy —me despido amigable de la guardia.

—Buenas noches, señorita Nadia —me dice amable y sonríe.

Subimos al auto de Fede y empieza a manejar centrando su vista al cien por ciento en el camino.

—¿cómo estás? —pregunta de repente y quito mi vista de la ventana para verlo a él.

—He tenido días mejores pero estoy que es ganancia —me mira por completo.

—Sabes que puedes confiar en mi, Nadia —asiento.

—Gracias —sonrío de lado y él imita mi acto.

Si estuviéramos juntos (Bryan SK, Fede Vigevani)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora