Si estuviéramos juntos (Bryan SK, Fede Vigevani)

catorce.

—Trajimos de comer —le digo a mi hermano sacándolo de su trance —y no me digas que no tienes hambre o que no vas a comer porque no has comido nada desde en la mañana.

Él asiente lentamente y toma la bolsa de mi mano.

—Gracias —susurra y sonríe—. La academia se inaugura en un par de horas, vete a cambiar. Yo me encargo de lo que falta.

—¿estás seguro? —él asiente.

—Ya solo falta acomodar las flores —asiento y me abraza, sorprendida le correspondo el abrazo.

—Vamos, Nadia —dice Bryan por detrás de nosotros—, te llevo a casa.

—Gracias, amigo —le dice mi hermano y salimos del lugar.

—Está mucho más relajado —le digo a Bryan cuando salimos del lugar y él asiente.

—¿cómo estás tú? ¿Nerviosa? —asiento.

—Las clases comienzan mañana y aunque solo son las de prueba, tengo que dar lo mejor.

—Sé que así será —me observa y me guiña el ojo—. Voy a venir por Diana al rato, ¿quieres irte con nosotros? —pregunta algunos minutos después pero es una locura lo que me está proponiendo. Así que niego rápidamente.

—Tú ve con Diana, yo me voy con mi mamá —sonrío y él asiente comprendiendo la situación.

—Nos vemos más tarde entonces, Nadia —me sonríe y bajo del auto. Me despido con la mano y entro a casa.

Camino rápidamente hasta mi habitación para arreglarme el cabello, ponerme un poco de maquillaje y ponerme mi outfit que previamente me ayudaron a elegir.

Cuando escucho a Diana gritar que ya se va, lo que quiere decir que Bryan está afuera esperándola.

—Disfrútalo mucho, hermana —suspiro resignada.

Algunos minutos después mi mamá me grita que ya está lista y yo también, así que nos encontramos en la planta baja de la casa. Se encamina al garage y saca su camioneta.

Subimos y ninguna dice nada, creo que ambas estamos nerviosas pues este es un gran logro para mi hermano. Algo por lo que ha trabajado mucho tiempo.

Cuando llegamos me doy cuenta de que hay reflectores de luces en la puerta de la academia y mucha gente de los medios y amigos de mi hermano esperando afuera del lugar.

Mamá y yo bajamos y caminamos hasta la puerta, cuando ella se detiene. Me toma de la mano y la aprieta nerviosa.

—¿lista? —pregunta antes de entrar al lugar y asiento lentamente.

Nos agachamos para pasar por debajo del listón verde de inauguración y puedo ver que adentro Ángel esta terminando los últimos detalles. Se acerca a nosotras y nos abraza. Diana se acerca al abrazo y al separarnos Ángel nos da las gracias por estar ahí.

Se encamina a la puerta y se coloca detrás del listón con nosotras a su lado.

—¿estás segura de querer estar aquí? —me pregunta mi hermano.

—Sí, es importante para ti —le contesto —aunque se que la gente después hablará y preguntará que quién soy yo y porqué estoy del otro lado de la cinta pero debo estar aquí por ti porque tus logros también son míos —sonrío y él asiente contento.

—Amigas, amigos, y personas de los medios —empieza a hablar Ángel—, el día de hoy es un día muy importante para mí y para todos los que me han acompañado a lo largo de estos años que se ha llevado a cabo este proyecto —todos aplaudimos—. La idea de esta academia surgió porque hace unos años una persona que fue muy importante para mí, estudiaba danza —observo de reojo a mi hermano, dirijo mi mirada hacía donde mismo que él y me doy cuenta que está viendo a Fátima entre la multitud, ella lo ve apenada—, pero el lugar donde ella iba no era bonito y era muy inseguro —él sonríe nostálgico—. Así que le prometí que construiría la mejor academia —hace una pausa—. Hace tres años se inició este proyecto y hoy por fin estamos por dar inicio a lo que alguna vez prometí y por fin cumplí.