Gracias a los jefes de ambas organizaciones, el Soukoku y el Shin Soukoku deben vivir en la misma casa.
Está historia es escrita con el propósito de entretener y divertir a los lectores.
Si no les gusta la historia o algo que hagan los personajes se...
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Un pelianaranjado paseaba por los largos pasillos blancos observando atentamente los productos que están en las estanterías. Observó a lo lejos los vinos, no lo pensó dos veces y corrió como nunca, agarro cada tipo de vino para luego meterlos en el carrito. Siguió su camino pero sentía que lo estaban siguiendo, rápidamente dió vuelta a la izquierda, no se dió tiempo de observar y pateó la cara de su acosador.
-Fallaste. -informo el castaño sonriendo.
-¿Qué haces acá, bastardo?. - preguntó Chūya tratando de golpearlo mientras que el otro lo esquivaba.
-Vinimos a hacerte compañía. - contestó haciéndose a un lado permitiendo que el mafioso observé a sus acompañantes.
Nakahara observó atentamente el suelo encontrándose con un albino y un azabache atados de pies a cabeza, ambos con el rostro mostrando su enojo con el suicida. El mafioso saco su cuchillo para cortar las sogas, apenas terminó los menores se levantaron, le agradecieron y lo saludaron.
-No sé como te dejaron entrar aquí. -confesó Chūya negando con la cabeza.
-No querían venir, así que los obligué. -explico Dazai restándole importancia.
-Lo siento mucho las molestias que estamos causando, Chūya-san. -se disculpó el albino apenado.
-Lo sentimos. -continuo Akutagawa.
-Ustedes no me molestan, este idiota sí -señalo a Dazai - Ya que están aquí, vamos a comprar unos dulces para que coman.
Los dos menores asintieron cada uno se puso al lado del mayor, caminaron unos cuantos pasillos para llegar hasta los dulces. Atsushi observó todos los dulces pero no sabía cuál escoger, Akutagawa noto eso así que escogió unos chocolates y se lo dió.
-¿Y esto?. -Nakajima lo observó con confusión.
-Eres indeciso.
-Que lindos.
Chūya que observaba la escena sonrió, se acercó hasta los menores para acariciar la cabeza de ambos, aunque tuvo que ponerse de puntitas. Atsushi sonrió un poco sonrojado mientras que Ryunosuke se tapó la cara igualmente con un sonrojó.
- "A la señorita del pasillo 5 le pido que salga conmigo en una cita para cometer un suicidó doble".
El momento se arruinó gracias a la voz que salió anunciando una tontería, Chūya se molestó dejo a los dos menores en el pasillo y corrió hasta el lugar donde esta Dazai. Apenas llego lo pateó hacía afuera provocando que salga rodando por las escaleras, Ah y que también las personas lo vieran.
-¿Por una maldita vez en tu vida podrías dejar de hacer pendejadas?. -pregunto Nakahara ya marcándose una venita en su frente.
-Pero Chūya si no hago tonterías no habría relleno y así los capítulos serían cortos. -explico rápidamente.
