Capítulo 6

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Narra Wanda

Tuvieron que operar a Nat de urgencias debido a unos hematomas graves, por lo que los médicos dijeron que era mejor operarla antes de que fueran a peor.

Cuando la llevaron a la habitación, me fui corriendo para estar con ella mientras el médico no llegaba y, si fuera posible, mientras la diagnosticaba. No quería apartarme de ella ni un minuto más, ya habíamos estado separadas durante tres largas semanas.

Al llegar el médico le pregunté si podía quedarme allí y el asintió amablemente. Luego, comenzó a profundizar en el estado de mi chica.

-Bien, señorita Maximoff - comenzó a decir - La señorita Romanoff llegó aquí con unos hematomas bastante graves que, por suerte, ya han sido operados y se están recuperando debidamente, aunque de una forma lenta. - prosiguió - También tiene una pierna y varias costillas rotas, además de que se ha dislocado el cuello, tiene suerte de que no le haya afectado a la médula, se habría quedado tetraplégica.

Mi cara fue un cuadro cuando me dijo que casi se queda tétraplégica - ¿Se recuperará, verdad? - le pregunté

-Por suerte, sí - me respondió él, y yo me quedé aliviada - Por lo que habéis contado en recepción sobre su estado, me sorprende que no haya habido tantas dificultades en la operación.

-Es estupendo que vaya a recuperarse - dije feliz - ¿Cuándo podrá volver a casa?

-Bueno... su recuperación llevará tiempo - insinuó - Si todo va como es debido, en un mes podrá volver a casa: durante dos de esas semanas no deberá moverse de su cama, salvo máxima necesidad, ya que si lo hace podría afectar a su lesión en el cuello; las dos siguientes semanas incluirán intensas sesiones de rehabilitación y ya podrá moverse. Finalmente deberá guardar reposo en casa durante unos dos meses para que la pierna rota termine de curar - me explicó.

-Y...¿podrá salir a las calles? - le pregunté, sabiendo que el equipo sin ella se venía abajo.

-Por supuesto que sí, pero deberá hacerlo cuando ella se vea preparada, tanto física como mentalmente - me dijo él - Tenéis entender que acaba de pasar por una situación realmente traumática y que hay muchas probabilidades de que se quede traumada con ello, no debéis presionarla a salir si ella no quiere, pero sí podeis ayudarle a entender - aclaró ante mi cara de confusión.

-Entendido - dije asintiendo - Muchas gracias, doctor - añadí antes de que se fuera.

Nat estuvo inconsciente durante aproximadamente unas dos horas, unas horas en las que pude haber salido a tomar el aire o ir a la cafetería a por un café, pero no lo hice porque quería estar allí cuando despertase o si le pasase algo, porque si yo no estuviera allí y le pasase algo nunca me lo perdonaría y sería algo de lo que me culparía siempre.

Tenía al amor de mi vida agarrada de la mano y con mi cabeza apoyada en su barriga, con la esperanza de que despertase de un momento a otro. Sentí cómo se empezaba a mover un poco en la cama. Entonces, la abracé con cuidado, teniendo en cuenta sus lesiones para no lastimarla.

-Hola amor-le dije mientras la abrazaba.

-Amor... Estás aquí - dijo ella. Me abrazó con sus brazos, yo seguía apoyada en su barriga abrazandola como podía.

-Te prometí que nunca me separaría de ti - le respondí. Me levanté para besarla y ella, al ver que se me hacía difícil, intentó levantarse, pero el dolor pudo con ella.

-¡AAAAAAAA! - gritó ella, sintiendo un dolor incalmable.

-Eh, eh, eh... No te muevas, cariño. Podrías hacerte un daño permanente - le avisé, ella me miró preocupada y supe que debía decírselo ya - Yo buscaré la posición perfecta, estate tranquila.

-Gracias, brujita - dijo sonriendo, pero en seguida cambio su expresión - Pero, ¿cómo que daño permanente? ¿Es muy grave?

-Es grave, sí, pero podría ser muchísimo peor - dije tratando de tranquilizarla.

-Está bien, dime qué es lo que me pasa, por favor - me contestó ella.

-Vale... Mira, cariño, cuando te rescatamos estabas en muy mal estado y decidimos traerte aquí. Tenías unos hematomas bastante graves y los médicos dijeron que debían operarte antes de que se complicase - comencé a explicarle - El médico estuvo mirandote y llegó a la conclusión de que tienes una pierna y varias costillas rotas. Además, te has dislocado el cuello, y es por eso por lo que no puedes moverte, porque si lo haces podrías acabar con una lesión medular permanente, por lo que te quedarías tetraplégica.

La angustia se apoderó de su rostro y vi como tuvo que contener las ganas de llorar para hablar.

-¿Cuánto tiempo tengo de baja? - me preguntó.

-Un mes aquí ingresada, del cual dos semanas sin moverte lo más mínimo y otras dos con intensas sesiones de fisioterapia, y después dos meses de descanso en casa - le conté, tal cual me había dicho el médico - ahora, dime qué te preocupa.

-Es que... me preocupa no recuperarme del todo y no poder volver a la acción - dijo, rompiendo a llorar.

-Cariño, eres más fuerte que nadie que conozca - dije mientras la abrazaba - Te vas a recuperar, te lo prometo.

-Pero, ¿y si no lo hago? ¿Y si algo sale mal? - preguntó ella. Su nerviosismo se notaba en su respiracio, y no pude evitar que se me escapasen unas lágrimas.

-Si algo sale mal, yo estaré contigo en todo momento para ayudarte en lo que sea, así como voy a estar si todo sale bien y durante todos estos meses que dure tu recuperación - la calmé, al mismo tiempo que secaba las lágrimas que bajaban por su rostro.

A lo largo de ese mes, el estado físico de Natasha iba mejorando lentamente, pero a ella se la veía cada vez más desanimada. Ella intentaba moverse un poco en la cama, girar un poco la cabeza para mirarme y hablarme, pero le dolía lo suficiente como para dejar de hacerlo al instante.

Al no poder moverse, cuando quería mirarme a los ojos y hablar conmigo, ella estiraba su mano para que yo me acercase y se la cogiera.

Pasaban los días, y yo veía como Nat se desesperaba por no poder ni sentarse en la cama para abrazarme en condiciones.

-¿Puedes dormir conmigo hoy? - me preguntó un día.

-Claro, amor - le respondí yo, dirigiendome a su cama

Al darse cuenta de que yo no cogía, decidió intentar moverse ella sola hacia un lado, para hacerme espacio, pero no lo consiguió debido al dolor que sentía en su cuello.

-Nat, tranquila - le dije yo - yo te ayudo - le respondí. Me fui a su lado de la cama y la cogí en brazos, colocando su cuello en una posición en la que no le doliera, pero que tampoco pudiese lastimarla; y la volví a dejar con cuidado a un lado de la cama. Cuando ya me había acostado con ella, comenzó a llorar - Ey, cariño, ¿que te pasa?

-Es que... Odio estar así, sin poder moverme por mí sola. Me siento inútil, soy inútil - respondió ella y yo me sentí fatal al oír esas palabras, ¿como podía pensar que es inútil?

-Amor, no digas eso - dije, acariciándole el pelo - Tú has hecho muchísimo por todos, y por mi. Me has hecho reír y disfrutar cada momento que paso contigo. Eso no lo hacen las personas inútiles.

Luego de que se calmase, ambas nos quedamos dormidas. Habían sido unos días muy duros, en los que Nat había tenido muchos momentos depresivos en los que rompía a llorar y yo, de vez en cuando, con ella. Me dolía mucho verla así, verla llorar, ya que no solía hacerlo muy amenudo.

Cuando llegó el momento de volver a casa, las enfermeras ayudaron a Nat a prepararse mientras yo iba a por el coche. Al llegar a casa, todos se alegraron de vernos.

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•Se que dije que esta semana no subiría más capítulos pero no pude contenerme jajaj. Espero que ls guste :)

•Pd/ con este capítulo no se por qué pero me acabo de crear varios traumas, si a vosotros también avisadme, os pago el psicólogo jajaaj

•❤️🕷️

Siempre te ayudaré	[ScarletWidow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora