Capítulo 10

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Narra Wanda

Dos días antes de mi cumpleaños, Nat y yo nos fuimos a una casa en Los Ángeles.

Era Nat la que conducía, porque yo no tenía ni la más mínima idea de a dónde me estaba llevando exactamente, solo sabía que era en Los Ángeles. Cuando faltaban unos pocos quilómetros para llegar a nuestro destino, me pidió que me pusiese una venda en los ojos para darme una sorpresa.

Llegamos a una preciosa casa a pie de playa, con dos pisos. Al entrar me quedé asombrada: en el primer piso se encontraba una cocina-salón con un ventanal gigante por el que podías salir directamente a la playa; en el segundo piso estaban las habitaciones.

-Wow! Es precioso - dije con las manos en la boca, saltando de emoción - Como has pagado todo esto?

-Me alegro de que te guste - sonrió - Y no importa lo que me haya costado, con que tú estés cómoda y te guste llega, porque la intención es esa, disfrutar de tu cumpleaños, pequeña - continuó, dándome un abrazo.

-Cuánto tiempo nos quedaremos? - pregunté.

-Nos quedaremos el tiempo que tu quieras, cariño. Tú no te preocupes - me dijo ella.

-Esta bien... Tan solo no quiero que te gastes un pastizal por mí - aclaré, separándome unos centímetros de ella y mirandola a los ojos.

-No te preocupes, la casa es de unos amigos míos que están viviendo en Londres y me han dicho que puedo venir y quedarme todo el tiempo que quiera - me explicó.

Deshicimos las maletas y bajamos a la playa. Nat se llevó su cámara y nos sacamos unas fotos preciosas.

-Mira estas fotos - dijo, mostrándome unas fotos que me había hecho desprevenida - Me encanta cuando sonríes.

-Son increíbles, Nat. - dije, sonriéndole - Tienes un increíble talento para las fotos, y para todo lo que haces.

-La verdad es que siempre me ha apasionado la fotografía, pero tener una buena modelo también influye - me coqueteó, y me besó en el cuello. Me gustaba tanto que hiciera eso...

Nos quedamos en bikini mirando como las olas rompían en la orilla. No me gustaba ponerme bikinis, por mi inseguridad, pero con ella me sentía cómoda. Nat se levantó y se colocó delante de mí, estendiéndome la mano.

-Vamos a bañarnos, hace calor - me propuso ella, yo me levanté y tomé su mano.

-¿Por qué no hay nadie aquí? - pregunté, de camino a la orilla.

-Amor, esto es una playa privada - me contestó riendo.

Nat se metió de cabeza en el agua, pero a mí me llevó un poco más. Estuvo nadando un tiempo, pero yo llevaba ya bastante tiempo sin verla y comencé a preocuparme.

-¡Nat! ¿Dónde estás? Cotestame por favor! - grité preocupada.

Estábamos en una zona que me cubría hasta por debajo del pecho. Sentí como algo me agarraba por la cintura y me elevaba un poco y, cuándo vi a Nat levantarse, se me alegró la cara. Entrelacé mis piernas en su cadera y me abracé a ella.

-Estoy aquí, brujita, estoy aquí - dijo riendo, segundos después me besó intensamente y yo la correspondí con gusto.

Me vino un escalofrío y Natasha flexionó sus rodillas para meterme en el agua y que no tuviese frío.

Seguimos abrazadas y con nuestras frentes pegadas, ambas nos sumergimos para no tener frío.

-Enserio soy tu debilidad? - pregunté riendo, a la vez que enternecida.

Siempre te ayudaré	[ScarletWidow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora