ᴄαρíтυℓσ 13

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—¿Entonces vas a salir? —preguntó la mujer mayor al otro lado de la línea

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—¿Entonces vas a salir? —preguntó la mujer mayor al otro lado de la línea.

—Si trataré de despejarme un poco, ayer fue un día ciertamente extresante —confesó acomodando algunos cosméticos que en breve aplicaría a su rostro. Hoy era el día, saldría con Sango.

—Sabes que siempre vas a ser bien bienvenida hija, no estás obligada a permanecer con ellos —al terminar con su labor la azabache tomó el teléfono entre sus manos para responder a su progenitora.

—No me voy a ir, gano muy bien y... —lo antes mencionado era lo de menos, ese no era el motivo por el que hoy en día se mantenía junto a Moroha e Inuyasha —, ambos se han ganado mi cariño.

—De todas maneras creo que deberías pedir de una vez esa recomendación.

Ante las palabras de su madre Kagome volvió bruscamente a la realidad, ¿Qué era lo que en un inicio le había hecho aceptar el trabajo de niñera? Si, una recomendación, el trato era terminar su trabajo y conseguir una recomendación a un gran restaurante. Con el tiempo su objetivo había sufrido graves trastornos haciendo que la necesidad de ganar ingresos ni una simple recomendación se volvieran el centro de su vida. ¿Tanto había cambiado?

—Prometo pensarlo mamá, ahora, tengo que arreglarme, pronto Sango vendrá por mi, besos —se despidió y cortó la llamada.

Su mamá solía llamarla casi todos los días desde su llegada a Tokyo. Clara evidencia de como se preocupaba por ella. Sin embargo, no estaba dispuesta a alejarse de Moroha, por mucho que le costase admitir, Inuyasha, Sango, personas que ya tenían un lugar en su vida y no podría olvidar de un día para otro.

Miró la hora que marcaba el pequeño reloj perteneciente a la pequeña Moroha, debía apresurarse, al igual que la antes mencionada que recién había ido a darse un baño. Sango y ella habían quedado en llevarla con ellas y por misma petición de la pequeña, se turnarían para cuidar de la menor.

—Listo —musitó para si misma al terminar de maquillar su rostro.

Iba con un abrigo largo, holgado, de mangas que cubrían hasta la parte inferior de la mano, una falda corta, unas polainas cubriendo sus piernas, todo acompañado por un maquillaje delicado y su cabello ligeramente ondeado.

Se sintió la puerta del baño cerrarse para ver a la pequeña Moroha quien ya traía puesto su conjunto. Una blusa de mangas largas blanca y un vestido rosa por encima, es bueno que le de uso a todo lo que compró ese día en la tienda.

La pequeña se sentó frente al despejó y Kagome procedió a cepillar su cabello. Casi al terminar su teléfono sonó dando a indicar que ya esperaban por ellas.

—Parece que ya vinieron por nosotras. — sonrió dejando a un lado el peine con el que ejercía su labor hace unos minutos —Ya está —la pequeña tomó su mano y ambas se dirigieron a la salida.

𝐋𝐨𝐨𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐟𝐨𝐫 𝐌𝐨𝐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora