ᴄαρíтυℓσ 23 (1/2)

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La pequeña niña solo se limitó a abrir de  par en par sus ojos mientras se acostumbraba a la luz que desde la ventana entraba a su habitación

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La pequeña niña solo se limitó a abrir de  par en par sus ojos mientras se acostumbraba a la luz que desde la ventana entraba a su habitación. De sopetón se levantó y con mucha energía empezó a dar saltos sobre su cama y correr por todas partes, las greñas en su cabeza —solo por así decirle— iban a la par de sus movimientos, insistiendo en enredarse más, su aspecto no era el mejor de todos; pelo enmarañado, baba en su rostro y marcas destacadas por sus mejillas a causa del movimiento durante la noche, pero Moroha no se apenaba por eso, entonces decidió que lo mejor sería darle una sorpresa a todos en esta navidad. Menuda sorpresa, el despertarles a todos a las seis a.m, cuando se suponía que debían estar cansados a causa de lo tarde que se habían acostado el día anterior. Lo único que consideraba su mente sobre esto era: 'bah, a ellos no les molestará, ¿no se supone que los adultos son los más fuertes?'

Y de esa manera lo hizo, saliendo de su habitación aún simplemente vestida con el pijama rojo de perritos que le había regalado su papá en su cumpleaños pasado.

El pequeño cuerpo de la mini-Taisho se desplazó rápidamente por el apartamento llegando en una corta suma de tiempo a la habitación de su padre, que siendo sinceros, tenía un aspecto muy similar al de su hija. La menor no lo pensó dos veces antes de abalanzarse en dirección a su padre y empezar a canturrear su nombre mientras lo jalaba por las piernas. Como era lógico, no pasaron muchos segundos hasta que Inuyasha algo confundido se decidió por abrir sus ojos y descubrir la fuente de sus persistentes molestias en sus extremidades. Un quejido salió de su boca y la niña no hizo más que reírse de sus facciones, perfectas para convertirse en la nueva estrella de los memes mañaneros.

—Moroha...¿que haces despierta a estas horas? —preguntó en tono cabreado —Hazme el favor y vete a dormir ¿si?, aún me queda una hora de sueño —dijo para enterrar su cabeza nuevamente contra la esponjosa almohada.

La pequeña hizo una mueca forcejeando para llamar la atención de su mayor, tenía que saberlo ¡hoy era el día!

—¿Quien dice que te queda una hora de sueño? Eso no era lo acordado. —la pequeña hizo otro mohín y el chico se volteó a ver su cara para entonces volverle a ignorar.

—Si me queda una hora y punto —la pequeña se subió a horcajadas sobre su padre.

—¡No! ¡Hoy era el día! ¡¿Qué acaso lo olvidaste?! ¡Hoy es navidad! ¡Se supone que le darías tu regalo a Kagome-chan!

Ante esto Inuyasha se sintió caer, rayos, lo había olvidado por completo.

—Además, espero que "Santa" tenga un regalo para mi ¿verdad? —y alzó una ceja en modo de amenaza.

El chico rió un poco con esta última expresión, su pequeña era muy inteligente, sabía claramente quien se ocultaba tras la careta de "Santa" a pesar de hacerse la creyente.

𝐋𝐨𝐨𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐟𝐨𝐫 𝐌𝐨𝐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora