ᴄαρíтυℓσ 24

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—Podría jurar que apenas ayer había comida en casa —espetó Kagome mientras se cruzaba de brazos

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—Podría jurar que apenas ayer había comida en casa —espetó Kagome mientras se cruzaba de brazos.

—Si quieres puedo ayudarte con eso —hablo Koga llamando su atención.

Confundida ladeó su cabeza incrédula ante lo que sus oídos escuchaban.

—¿Crees que podrás? —inquirió tratando de sonar lo más amable posible.

—Claro, no será problema —entonces Kagome empezó a alistarse.

—Vamos —animó mientras se ponía un gorro de lana que minutos antes yacía sobre la mesita de la sala de estar.
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—¿Llevamos esto? —preguntó el menor mientras sostenía una lata de sardinas —ella asintió.

—Recuerdame no irnos sin pasar por la parte de comida coreana —le pidió mientras caminaba con el carrito para las compras —. Estoy ansiosa por comprar más tteok bokki y gimpab —relamió sus labios.

—Eso solías decir cuando eras pequeña —afirmó poniendo el frasco en el carro, a lo que ella no despegó la mirada de él, ahora con ojos grandes y curiosos, como los de una niña.

¿Lo recordó?

—Ohh si claro, discúlpame, no creía que lo recordarias —habló mientras se alejaba un poco de él. Su medio hermano nunca dejaba de sorprenderle.

—Recuerdo muchas cosas más de las que crees que hay en mi cabeza Kagome. —una corriente eléctrica recorrió el cuerpo de la más baja.

—A-ah si? —ella no se detuvo, el tampoco, solo le seguía el paso. El ambiente era incómodo, lo mejor sería cambiar de tema. —Y... ¿como te has sentido?—ante esto él sonrió, pasando una mano por su cabello azabache.

—Me he sentido muy bien, por lo menos físicamente —ella lo miró con una ceja alzada deteniendo el ritmo de su marcha

—Como que "físicamente"?

—No hace falta preocuparse, solo son cosas y cosas que ahora están pasando por mi cabeza, pero de ahí en fuera... todo bien —ella relajó su musculatura, tensa ante lo que había pensado su cabeza al oír la expresión  "por lo menos físicamente"
—¿Cuando será la próxima cita con el terapeuta? —ella volteó hacia él.

—El próximo lunes —dijo haciendo memoria.

—¿Sabes? Creo que las citas ya están dando resultado —ella curvó sus labios en una pequeña sonrisa.

—Me alegro mucho, pero creo que sí por fin te decidieras a ir a un psicólogo todo iría mucho mejor. —él arrugó el entrecejo,  dándose a notar algunas arrugas en su nariz.

—Ya te dije que no es necesario.

—Koga...lo digo porque, tal vez y iendo a citas con un psicólogo, podrías contarnos almenos que razón te llevó a tomar de esos dopantes de tal manera. —su semblante estaba muy decaído.—En todo el tiempo que te has quedado junto a mi no has querido soltar una palabra sobre el tema.

𝐋𝐨𝐨𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐟𝐨𝐫 𝐌𝐨𝐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora