T2 Cap 2

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Hay veces que quiero desaparecer, quiero no estar aquí, la vida es muy difícil.

Veo mi reflejo en el espejo, y me pregunto ¿Jeongyeon eres feliz?

–Bueno tengo salud.

Salgo de mi habitación, para dirigirme a mi trabajo de medio tiempo. Trabajo en una panadería muy popular de esta cuidad, me fue difícil conseguir el puesto, pero soy insistente así que lo logré.

Mi horario laboral empezaba en 3 minutos y yo apenas llego, había mucho tráfico. Me puse mi uniforme y empecé a atender los clientes, lo incómodo de este trabajo es que no autoservicio.

–Jeongyeon, la orden de la mesa 3.

–¡Voy! -Grite mientras escribía la orden de otros clientes. – Enseguida traigo la orden.

Han pasado 5 horas y ya me duelen los pies, y esto nada que se desocupa, no traje los mejores zapatos hoy, y me empiezan a incomodar.

–Jeongyeon, necesito que cortes esto en cuatro porciones, la mesa seis lo quiere así.

–Si señora.

Puse el ponqué en la mesa y cogí el cuchillo para cortarlo.

–Uno, dos, tres, cua... Carajo.

Sí, me corté el dedo, cogí una servilleta y me cubrí la herida, no me podía quejar ni hacer un mal gesto, obvio era de mal higiene que pasara el ponqué cuando me corté partiendo las porciones.

–Vamos Jeongyeon, solo falta una hora más, cuatro.

Cogí el ponqué con su recipiente y lo lleve a la mesa.

–Aqui está su orden, que disfrute.

–Gracias. - sonrió

Esa voz, la misma del día de ayer. Volví a ver su rostro y efectivamente era Nayeon. Mi corazón dió un vuelco y me puse nerviosa.

Me dirigí a la caja para calmarme, ya dos veces me la tropiezo, por qué yo.

Ya faltan 5 minutos para salir, gracias al cielo.

–Mira pago la cuenta de la mesa seis.

Se que es ella pero tengo que manejar mis nervios.

–Gracias. –dijo ella al entregarle su recibo

–Con gusto, vuelva pronto. - ojalá no.

Se fue lentamente, así que decidí quitarme el delantal e irme a cambiar.

–Hasta luego.

Luego de despedirme me dirigí a la puerta principal para irme a casa. Está haciendo calor afuera, a dentro es frío por la ventilación.

–Toma lo necesitarás para el dedo.

Volteo a ver asombrada a mi lado y está ella recostada a la pared.

–Oh, gracias. - recibí la cura y la guarde.

Di un paso para irme pero su voz me puso de nuevo.

–¿Cómo está? - su voz sigue tan tranquila pero fuerte como aquellos días.

–Me refiero a Momo. -volvio a hablar.

–Ella, está bien. -respondí  viéndola.

–Umm, y ¿Tú cómo estás? -volvio a preguntar.

–Yo estoy bien. -respondí viendo al frente.

–Te ví el otro día en el campus, nunca te había visto, a Momo sí, pero siempre me evitaba, hace poco la ví con un chico, creo que es su novio, pero no es la única que tiene novio ¿Verdad?

–Sí, es su novio, es un buen chico. - ¿Que quiere decir con que no es la única?

–Siempre has evitado mis preguntas, así que seré directa, ¿El chico que te abrazo el otro día era tu novio?

– No era, es mi novio, todavía estamos juntos. – que pregunta es esa, ¿no es obvio?

–¿Te gusta?

– Sí... -es lo que creo

–¿Tanto como yo te gustaba?

Bueno esto se está poniendo incómodo, así que me iré.

– Adiós Nayeon.

– ¿Por qué no respondes Jeongyeon? ¿Por qué siempre evitas mis preguntas?

Seguí caminando para no escucharla.

– ¡Yo todavía te gusto! - gritó

Caminé más rápido hacia el paradero del autobús, eso fue muy incómodo.

–Hola Jeongnie.

Ví su sonrisa, siempre estaba sonriendo, por qué siempre sonríe para mí, cuando yo no puedo hacer lo mismo por él, yo no puedo amarlo como él a mí...

Caminé hacia él.

–Yoon Jeong Han.

Abrace a Jeong Han, y sentí que algo se rompió en mi, sentí dolor en mi corazón. Sentí una lágrima correr por mi mejilla.

Quiero amarte Jeong Han...

Quiero amarte Jeong Han

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