PRÓLOGO

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Solo podía imaginar que él estaba allí... esperándome. Que en cualquier momento cruzaría el umbral del gran portón que daba paso a una oscura y vieja biblioteca, con miles de libros anhelando por ser abiertos para leer su contenido.

Quería pensar que el lucharía, que me quería tanto que haría el esfuerzo de salir de la depresión que lo tenía acabado y derrotado. Que hallaría una pequeña esperanza de vida, que se aferraría a lo más mínimo para luchar y se quedaría a mi lado.

ENIGMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora