-Capitulo 36-Hora de la verdad

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*Narra Jaden*

Esto no podía seguir así.

No si yo podía ser ese apoyo que él necesitaba.

Cuando estás en una lucha constante en la que te encuentras solo,es muy duro.La vida se vuelve dura,el existir una tragedia y el dolor convive en una gran cascada interminable.

Decidí enfrentarlo,necesitaba que él supiera que no está solo y que estaré allí para el,no somos amigos tan cercanos puesto que acabábamos de conocernos pero sé que necesita escuchar de alguien y entender que no está solo.

Ahora lo entendía todo.

La oscuridad,sus demonios,cambios de humor,dolores de cabezas constantes,mareos.

Nunca demostraba nada de aquello cuando estábamos con Rachel,si se sentía mal o mareado fingía lo mejor posible para que ella no lo notara.

Me preocupaba August y el hecho de que esté cargando con ello el solo.

Porque se lo que se siente batallar en un silencio propio y en un aislamiento nostálgico.

Al llegar a su casa me atendió nuevamente Marta quien ya me conocía y abrió aquellas enormes puertas con una enorme sonrisa por mi presencia.

-Hola señor Stone-Me sonrió-supongo que buscas a August.

Asentí.

-Sube,él está arriba-le sonreí  y empecé a caminar aquellas escaleras que se me hacían interminables y sin querer realmente llegar a destino.

Estaba más que nervioso por enfrentarlo.

¿Como se supone que se lo diga?

Oh August tome un frasco de tus medicinas e investigue por mi cuenta en internet porque no me fío de ti y tus cambios de humor.

¡Por supuesto Jaden que gran idea!

Por si no quedo lo bastante claro fui sarcástico.

Muy típico en mi por cierto.

Al entrar a su habitación me encontré cara a cara con el.

-Oh hola,Justo estaba por bajar ¿Quieres ir a la sala?

No podía caminar,mis manos temblaban ¿Que demonios pasaba conmigo?
No encontraba las palabras de como expresar mi apoyo en todo esto.

No me moví.

-August lo se-solté sin más.

Él me miro y sonrió extrañado.

-¿Sabes que?

-Se que sufres de...

Él abrió los ojos como platos tensándose al instante de escucharme decir aquello.

Tome aire y decidí seguir hablando.

-de ...,lo sé August eso es lo que importa-suspiré.

-No tienes ideas de lo que estás diciendo Stone-empezó a alterarse y cambiar su semblante a uno serio dejando en claro que no le agradaba nada esta conversación.

Y ahí estaba de nuevo,actuando a la defensiva como aquella vez que me vio observando sus medicamentos.

-Por favor no finjas conmigo,lo sé-acto seguido saque de mis bolsillos uno de sus frascos con el nombre de "ziprasidona"-lo investigue.

Arrancó bruscamente de mis manos aquel medicamento,enfurecido.

-¿Tomaste uno de mis medicamentos e investigaste por tu cuenta?-me observo furioso y lo entendía claro que lo hacía.

-¿Te parece que eso es lo importante ahora?

Él me mostró una sonrisa arrogante y pude ver que estaba dolido.

-Véte ahora mismo,no quiero volver a verte en mi vida ni verte cerca de Rachel ¿Me oyes Stone?

-No no lo haré,no me alejaré sin más,quiero que sepas que tienes a un amigo contigo-el se burlo-No tienes que pasar por esto tú solo.

-¿Tu crees que eres mi amigo?

-Me importa una mierda si lo crees o no,no estás solo,y se que actúa a la defensiva solo porque...

No me dejó continuar.

-Tu no sabes una mierda Stone,no sabes ni la mitad de que lo que estoy pasando-sus ojos empezaron a tornarse rojos-No sabes nada de mi vida.

-Pues bien conozcámonos,ya que tú no sabes tampoco nada de la mía.

No dijo nada así que proseguí a seguir hablando.

-No vine a vivir aquí porque quise,mis padres tuvieron un accidente y murieron,joder entiendo perfectamente lo que es sentirse solo,mi tía Alicia decidió hacerse cargo de mi,ella tomó el rol de madre y me mandaron aquí,sufrí,sufrí cada maldita noche,temblando,sudando,reviviendo los recuerdos que pase con mis padres,el lago,aquel lugar que me trae melancolías por ir siempre con ellos,y el lugar de tu casamiento con Rachel de niños,me hace recordarlos,sufrí,claro que lo hice,lo hago,pero con ayuda de cierta forma lo superé,me siento solo todo el tiempo maldita sea,-reproche molesto,porque me enojaba que no me dejara ayudarlo de cierta manera-y tú y Rachel hacen mi dolor más llevadero,y no,no me pidas que me aleje ahora,porque son las únicas dos personas que llegaron a agradarme en este patético pueblo.

Y lo que no pensé ni por un instante ver,lo hice,August se derrumbó frente a mi,agitado,sollozando y con lágrimas.

-No puede saberlo,ella....no...me vería con los mismos ojos...con ese brillo-le costaba hablar y entendía su preocupación ahora que él sabía que alguien más tenía conocimiento de lo que le sucedía.

-Tranquiló,no lo sabrá-se lo asegure-Cuando te sientas listo se lo dirás tú,pero ten por seguro que aunque tengas todos los problemas posibles ella no te dejaría de ver con ese brillo,porque su corazón es tuyo,todo tuyo.

Él me dio una sonrisa cálida.

-Tengo miedo.

-Lo sé y seré tu amigo en esas batallas,no estás solo,no te dejaré caer.

-Sabes,hay veces que no tengo el control sobre mí y asusta muchísimo y es por eso que no admito mis sentimientos por Rachel,aunque sean más que obvios,temo que mis demonios salgan a la luz en algún momento y ella lo sepa.

-Entiendo que de cierta forma la quieras proteger de aquello,pero debes dejarte amar y a su vez ser amado porque es una gran forma de sanar.

El río.

-Un alma perdida no puede ser sanada.

-Claro que si y te ayudaré a hacerlo,solo déjate amar por aquella pequeña qué haces llamar tu Luz ¿Bien?

Asintió con una sonrisa casi invisible pero notoria.

-Gracias,no se porque lo haces pero gracias.

-Lo hago porque como dije son las únicas dos personas agradables en este patético pueblo,las personas no me agradan pero ustedes,combos de chicos raros,son la excepción.

Él me sonrió.

Y ahí supe que hay personas que simplemente ocultan a la perfección los que los tienen mal,una persona que sufre no se deja ver a simple vista y él era uno de ellos.

La vida siempre será dura dependerá de cada uno intentar ganar las batallas en la que nos encontremos.

Porque de lo que estoy seguro,es que todos llevamos luchas distintas,batallas dolorosas pero debemos vencerlos y ganar.

Ganar para sanar.

"Una triste tarde de octubre"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora