*Narra August*
Quería hacerla sentir nuevamente segura entre mis brazos,hacerla saber que yo seguiría siendo su salvavidas siempre que lo necesitase o incluso si no.Fui a casa a preparar una canasta con cosas para el almuerzo,gaseosas,galletas,todo tipo de golosinas,sándwich y algunas cosas que robe de la mesada que había hecho Marta.
Busque una manta y unos parlantes pequeños que tenía en mi habitación.
Me perfume con aquella fragancia que siempre decía que le gustaba y fui decidido a tener un grandioso día con aquella luz del día y de la noche.Al llegar a su casa ella ya estaba lista esperándome en los asientos que tenía delante de su entrada,se veía hermosa y más que eso,perfecta.
-Ven vamos-dije tendiéndole mi mano hasta entrelazarla con la suya.
-¿A donde vamos? ¿Que traes en esa canasta?-pregunto curiosa.
-Haces muchas preguntas pequeña sólo espera a llegar a destino.
No contesto pero se que estaba más que agusta y feliz al igual que yo,porque estando juntos todos los problemas quedaban atrás.
Tenía miedo,miedo de depender de ella para poder estar bien y mantener alejados a mis demonios,odiaba que así sea pero lo amaba a su vez,lo admito,soy un maldito masoquista entregando su vida y corazón a aquella luz de mi vida,mi Rachel.
Ella y solo ella tenía el poder absoluto de hacerme el más feliz o destruirme sin piedad,incluso ella es más poderosa sobre mi que mis propios demonios.
Si tuviera que definirme con una canción sería:
"The beach-The Neighbourhood"Si te dijera que te amaba
Dime, ¿qué dirías? Ok
Si te dijera que te odiaba
¿Te irías?
Ahora necesito tu ayuda con todo lo que hago
No quiero mentir, he estado confiando en tiCayendo de nuevo, necesito un energizante
Te he estado llamando amiga, podría necesitar renunciarEstoy enfermo y estoy cansado también
Puedo admitir que no soy a prueba de fuego
Siento que me quema
Siento que te quema
Espero no asesinarme
Espero no agobiarte
Si lo hago, si lo hagoNada conmigo
Creo que podía ver la playa
Sé lo que hay debajo
Te necesito aquí conmigo
Pero estamos al aire libreNada conmigo
Creo que podía ver la playa
No mires debajo de nosotros
Te necesito aquí conmigoCada maldita palabra de aquella canción estaba tan intacta en mi sangre,porque era así como yo estaba,así por ella.
Enfermo sin ella,quemándome si no estaba junto a mi,la necesitaba conmigo para poder estar bien.Amar es una definición muy pequeña para lo que siento por ella,puede que todo lo que haya dicho resulte cursi o empalagoso y créanme yo también lo odio.Pero creo que todos al estar enamorados somos así,así de idiotas que sienten mariposas cuando están con la persona que les gusta.
-¿En que tanto piensas?-pregunto mi bella compañía con la mirada hacia mi,sacándome de mis pensamientos,conduciendo hacia aquel sitio donde iba a pensar y mucho más que eso.
-Nada bella,quiero que conozcas un lugar-le sonreí con ilusión.
Era tan cómodo poder escuchar música sin hablar y para nada siendo incómodo y eso es lo que más amaba de estar con ella.
Música=Nosotros=bienestar mutuo.Antes de llegar decidí vendarle los ojos,quería que sea una sorpresa.
-Si intentas cometer homicidio te recuerdo que tengo rastreador en mi teléfono-dijo dejándose guiar por mi para llegar a destino.
-¿y que te hace pensar que no llevaría tu móvil a otro sitio?
-Buen punto.
Solté una risa.
-Tranquila,eres la última persona en mi lista que pensaría herir,incluso estoy antes que tú en esa lista-respondí sin pensarlo.
-Eso no me tranquiliza August,no digas que estás antes que mi,no lo hagas.
-Ey tranquila pequeña,no te enfades que eres tierna haciéndolo.
-Oye cállate Campbell-intentó darme un golpe pero errándolo en el intento por no poder verme.
Me burlé de ella,joder era tierna estando enojada.
Al subir las escaleras y quedar en ese pequeño balcón con vista hacia el mar,me coloqué detrás de elle envolviéndola con mis manos sobre su cintura,note que se estremeció bajo mi tacto y pude sentir una tensión sexual más que acumulada.
La deseaba claro que si,pero no vinimos a eso o al menos no era el momento.-Bien pequeña hemos llegado a "mi sitio"
Desate el pequeño nudo detrás de la venda para que pudiera apreciar aquel lugar tan mío,mi lugar de refugio cuando no podía seguir con mi vida,cuando ella no estaba para mi,cuando mis demonios no me dejaban en paz,cuando mis padres me perseguían para que tomase mis malditas medicinas,el lugar donde vine siempre de niño,mi pequeño y gran hogar.
Ame ver su cara de asombro,estaba alucinando con las vistas que nos brindaba esté sitio.
Esta casa era de Marta,la empleada de mi casa,la mujer que estuvo conmigo siempre,era una casa demasiado bonita pero a la vez con un entorno familiar que no se encontraba en la mía ni en la de Rachel.
Recuerdo de niño escuchar a mis padres pelear por días porque mi padre le regalase esta casa a Marta,mi madre una auténtica egoísta siendo ella la que me había dejado de lado y Marta solo cumplía con el papel de madre que no le correspondía.
Marta y mi Madre nunca se llevaron del todo bien y nunca entendí a qué se debió esa rivalidad entre ambas.
-¿te agrada la vista pequeña?-la observé con ilusión.
-Más que eso,es hermoso-contesto entusiasmada-pero...¿donde estamos?
-En mi refugio,mi verdadero hogar.
En eso entró Marta con sus grandiosas galletas de chocolates y algunos postres demás para ambos aunque trajese la canasta llena de comida era garantía saber que aún así cocinaría algo para nosotros.
-Hola Cielo-dijo amablemente,sabía que la traería,ella y solo ella estaba al tanto de lo que pasaba en mi vida.
-¿Marta?-pregunto extrañada.
-Yo los dejo creo que tienen que hablar y arreglar unas cuantas cosas-contesto apoyando las cosas sobre una pequeña mesa de madera yéndose no sin antes guiñarnos un ojo y lanzándonos una sonrisa pícara.
-¿Recuerdas cuando intentamos averiguar porque mi madre recién me tuvo a los cinco años a su cargo?-ella asintió curiosa-Bueno pues esos cinco años antes de vivir en casa con mis padres viví aquí con Marta,es su casa.
Estaba más que sorprendida.
-Campbell 12 años de amistad y ¡¿ahora me lo cuentas?!
-No es nada de otro mundo mi luz,solo vengo aquí siempre que siento que me ahogo y voy al mar a nadar,es mi segundo escape de la cruel realidad.
-¿tu segundo?
-Tu eres el primero y siempre lo serás,mi escape de la mierda de realidad,ven-dije tendiéndole mi imano para ir juntos a caminar y apreciar mejor la playa.
Amaba verla tan alegre observando todo,con su expresión de asombro por todo aquello que se encontraba a su alrededor.Esta playa quedaba al otro lado de la ciudad por lo que nunca veníamos,pero esta parte era la mejor,era privada,exclusiva para Marta y para mi,de cierto modo mi padre se tomó muchas molestias por cederle todo esto a la mujer que trabajaba en casa, pero lo tiene más que merecido,esa mujer era maravillosa.
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"Una triste tarde de octubre"
Novela JuvenilDos amigos y más que eso,un secreto que puede desatar más que dolor y tristeza. Octubre época de cambios y quizás de transformaciones mucho más allá de lo emocional. ¿Que secreto oculta aquel chico y de que tanto teme que salgas a la luz? ¿Y si aque...