Capítulo XXIV: Una Oportunidad

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Se quedó a dormir donde su madre. Sabía que no había forma de recuperar tanto tiempo perdido, pero aún así la compañía de esa bella mujer, le transmitía calma, amor; se sentía completo.

En unas cuantas horas se habían contado con lujo de detalles los acontecimientos más importantes de su vida. Harry fue el centro de la conversación por largos minutos. Jay necesitaba conocerlo con urgencia, deseaba conocer aquel bello príncipe de los relatos románticos de su hijo.

Louis se encontraba tan a gusto, parecía como si en realidad su madre hubiera estado de viaje unos cuantos meses, nadie pensaría que era la primera vez que veía su rostro.

Había escuchado que su madre estaba enferma, escuchó que le quedaba poco tiempo, pero jamás hablaron de aquello. El tiempo no era importante para ninguno, parecía que hubieran podido leer sus mentes y acordar que era lo realmente importante; conocerse. Su madre moriría, si; pero ya jamás se sentiría solo.

Supo que aquella dulce anciana que lo atendió al entrar a la tienda, y que terminó regalando el hermoso collar, era en realidad una tía; una hermana de su abuela, y hasta entonces ni siquiera tuvo idea de su existencia. Ella había acogido a su madre luego de que su abuelo la enviara a la calle unas semanas después del parto.

Jay intentó por meses acercarse para ver a su hijo, pero sólo conseguía que su padre terminara sacándola a patadas de la casa. No había terminado la escuela, y solo conseguía pequeños trabajos temporales, por lo que era consciente que no tenía los medios para darle un buen pasar a Louis.

Por otra parte, su madre quien la visitaba a escondidas cada semana, se encargaba de tranquilizarla diciéndole que Louis crecía bien, que era feliz y que no le faltaba nada; le mentía diciéndole que le hablaba sobre ella y que le leía cada noche las cartas que ella con tanto amor le enviaba; pero todo era falso, todo era una mentira que tenía como fin tranquilizar a Jay, para que no intentara acercarse nuevamente y desatar la furia de su esposo.

Se despidieron con la bella promesa de verse cada día, pues ya jamás perderían la bella oportunidad que la vida les estaba regalando; y por supuesto, acordaron reunirse pronto con Harry.

Louis se sentía algo extraño, pues el ojiverde no le respondió el mensaje donde le avisaba que no podría verlo. No creía que aquello le hubiera molestado, él no era así, sin embargo seguía siendo una situación insólita.

Era muy temprano aún, pero el castaño decidió que sería una linda sorpresa ir hasta el hogar de Harry a verlo. Tenía ansias de contarle que su madre había vuelto, que ahora tendría una hermosa y adorable suegra, que sin duda lo amaría tanto como él.

A lo lejos divisó a Nancy, se encontraba barriendo la entrada del hogar, como siempre la mujer lo recibía con la cálida sonrisa.

-hola Louis; tan temprano por estos lados... Imagino que no vienes a verme a mi-

-Hola Nans- Louis le regalo una simpática carcajada ante el habitual buen humor de la cuidadora -¿Harry ya se levantó?-

-la verdad no lo he visto... Es extraño por que siempre es el primero en despertar; pero adelante, de seguro debe estar en su habitación-

-gracias- el ojiazul le dio una dulce sonrisa antes de ingresar.

Louis golpeó la puerta pero no hubo respuesta por lo que se atrevió a abrir cuidadosamente. De inmediato pudo distinguir la silueta densu pequeño tendida sobre la cama, cubierto por incontables mantas.

Louis sonrió con sólo verlo a la distancia; todo en Harry le parecía tierno y hermoso; y verlo dormido ahí profundamente, despertaba en él unas profundas ganas de abrazarlo.

Your Love In My Mirror || Larry Stylinson <3 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora