16. brownies

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(TYLER)

Despierto sin entender nada. Gracias al gran ventanal detrás de mí cama, puedo ver las gotas de lluvia que caen del cielo gris, notificando el hermoso día que hay fuera. Desbloqueo mi teléfono para enteramente de que estoy en la mitad del día. Es raro que ninguno de mis padres me haya despertado, pero es lo mejor, pude dormir bien.

Termino de lavarme el rostro y bajo las escaleras, en busca de café. No hay nadie en casa al parecer. Mi pantalón vibra y saco el teléfono para saber qué ocurre. Un mensaje de Josh. Entro al chat un tanto ansioso.

Josh:
Tyleeeeeer.

Tyler:
Jooooooosh.

No sé porqué, pero respondo eso. Presiono el botón de la cafetera y comienza a caer el líquido oscuro, liberando vapor y un increíble aroma. Mi teléfono vuelve a sonar.

Josh:
El día está horrible y me aburro.
¿Será que puedes darme otro vale?
Podría cocinar brownies... Digo, no sé...

Suelto una risa, sin querer. Le daría lo que él pida. Creo que no es mala idea, él sigue en el chat.

Tyler:
Sí, está bien.

Josh:
Genial.
¿Quieres qué vaya?

Tyler:
Como quieras, luego de las cuatro estoy libre.

Josh:
Ahí estaré.

...

Ya son las cinco, creo que en cualquier momento llega Josh. Aproveché el tiempo transcurrido y terminé una tarea de biología, luego tomé una ducha.

Mis padres llamaron, dijeron que llegarán en un rato, me informaron que están haciendo unos trámites o algo así. Me sirvo jugo de naranja en un vaso y voy a poner a lavar la ropa que me saqué. Pero mi accionar es interrumpido por el ruido del timbre.

Me muevo lo más rápido que puedo hasta llegar a la puerta. La abro y si, efectivamente es Josh.

—Hey, Tyler —saluda el peliteñido en cuanto me ve.

—Hola Josh. Ven, pasa.

—¡Que frío que hace! —exclama mientras se quita el abrigo.

—La verdad, sí —añado.

—Bueno ¿Manos a la obra? —cuestiona con un tono divertido, común en él—. Realmente quiero esos brownies.

—Yo también. Creo que debemos comprar chocolate —menciono dudoso.

—Está bien, vamos.

Ambos nos ponemos nuestros abrigos y salimos por la puerta. La calle está vacía, sólo nos acompaña una leve llovizna, desde el cielo.

—Hay una tienda, en la otra cuadra.

—Si, la conozco. Una vez compre doritos para Liz ahí.

—¡JOSH! —exclamo, algo tarde, intentando evitar lo ocurrido.

—Mierda —se queja el joven mientras se levanta del piso. Él no vio un pequeño cesto de basura y se lo llevó por delante—. Casi logras salvarme.

—¿T-te hiciste daño? —cuestiono, algo preocupado.

—No, no. Tranquilo —responde mientras pasa sus manos por su chaqueta, para limpiarla.

—Siempre que salimos terminas sucio —añado divertido, tratando de suavizar la situación.

—Tienes razón, deberíamos dejar de salir ,
—afirma con una sonrisa en el rostro. Pero mi el mío completamente ante sus palabras. Y es por eso que no digo nada—. Tyler yo...

—Llegamos.

—¿Me esperas aquí?

—Claro.

La situación se volvió algo incomoda en cuestión de segundos, no quería que fuera así. De alguna forma sus palabras dolieron un poco, pero no sé la razón, sé que estaba bromeando.

—Eso si fue rápido —dice el joven en tanto sale de la tienda, con una bolsa en su mano.

—¿Eras el único?

—Sí. Toma, una vez te vi comiendo de estos en un recreo —explica y extiende unos caramelos ácidos de frambuesa, los mejores de este mundo.

—Gracias, me encantan —confieso mientras abro uno y lo llevo a mi boca.

—Son mejores los de café —dice él, llevando uno de esos a su boca.

—¿Qué? No, claro que no —niego algo asqueado.

—¿¡Qué te pasa con los caramelos de café!? —exclama Josh.

—Son horribles —digo.

—Mira, mejor no digas nada, frambuesa —bromea sonando burlón cuando nombra a la fruta. Yo río por eso y él hace lo mismo

Visualizo la puerta de mi casa y la abro.

—Chicos, hola —suelta mi madre en cuanto me ve. No esperaba encontrarme con mis padres aún.

—Hola ma —respondo.

—Hola señora Joseph —saluda Josh, adelantándose—. Hola señor Joseph, soy Josh. Un gusto.

—¡Llámame Chris! El gusto es mío —exclama mi padre al instante— ¿Todo en orden, chicos?

—Sí, fuimos a comprar chocolate. Él hará brownies —señalo al joven que me acompaña. Josh les ofrece una sonrisa y ambos nos sacamos los abrigos.

—Delicioso —dice Kelly, algo divertida—. Bueno chicos, los dejamos cocinar tranquilos. Estaremos arriba.

—Yo nunca cociné esto —digo mientras llegamos a la cocina— ¿Qué necesitamos?

—Eeeem —se lo ve dudoso—. Harina, huevos, azúcar y mantequilla. Y el chocolate, claro.

—Genial —contesto y comienzo a buscar lo necesario.

...

—¡Está buenísimo! —exclama el joven de cabello celeste luego de extenderme el trozo de brownie.

—Está más que bueno —respondo con la boca llena-. Y un poco caliente.

—Me toca dar el veredicto a mí —irrumpe Chris, entrando a la cocina. Él se corta un pedazo pequeño y lo lleva a su boca— ¡Está buenísimo!

—¡Lo mismo dije! —vuelve a exclamar Josh de manera enérgica. Los tres reímos por eso.

—¿Quieres que prepare café? —pregunto.

—Cómo quieras —responde Josh y, al instante, un trueno nos cambia el rostro a los tres presentes.

—Viene fuerte parece —menciona mi padre.

—¿Qué cosa? —cuestiono.

—El temporal. Se pronostica tormenta eléctrica, para esta noche —explica el hombre.

—Tyler —vuelve Josh—. Mi mochila ¿La dejaste arriba?

—Sí, en mi habitación. Búscala y espérame ahí si quieres, ya subo con el café.

—Está bien, necesito mi celular —menciona dejando la sala.

—¿Dónde lo conociste? —pregunta mi padre unos segundos después de que el joven nos deje.

—En la escuela —respondo rápido— ¿Por qué?

—Por nada. Me agrada.

—Seguro —respondo con una media sonrisa y la cafetera se apaga automáticamente, informando que el café está listo. Pongo un poco de la torta en un plato y ambas tazas en una fuente—. Estaremos arriba.

—Okey.

Dejo la cocina y subo las escaleras, emocionado por tomar el café.

Logro ver la puerta de mi habitación abierta y a Josh frente mi escritorio.

Mierda.







el próximo cap es largo, me emocione ajdkakskaja

prove me wrong; joshler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora