13. isotope

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(TYLER)

Las palabras de Josh siguen dando vueltas en mi cabeza.

"No mentía"

¿Él de verdad no mentía? No lo sé. Aquello pasó ayer y yo sigo reflexionando acerca de eso. No debo, lo dejó en claro mi psicóloga en la sesión de urgencia a la que asistí el lunes, también dijo que intente mantenerme ocupado en otras cosas. Creí necesario verla luego del fin de semana que tuve.

El domingo fue muy pesado, mi mente no paro de recrear la noche del sábado. Y antes de ayer, luego de la sesión, llegué a casa y traté de dibujar un rato, siempre logro distraerme haciéndolo. Y eso fue lo que hice, salí al patio, me puse los audífonos y dejé que las ideas fluyan, pero no funcionó. Creo que no presté suficiente atención a lo que hacía.

Al terminar el boceto, la hoja reflejaba el rostro de Josh, y eso no me dejó tranquilo en toda la tarde ¿Ahora también lo dibujo? Ahí está el pedazo de papel, sobre el escritorio.

Decido levantarme, luego de ver en mi celular que mis clases empiezan en un rato. Ojalá sea un buen día. Tengo que cambiarme la ropa.

Bajo las escaleras, buscando a alguien en la casa. Nadie todavía. Kelly suele despertarse en un rato, junto con mi padre. Me siento en el sillón y prendo la televisión, pero no encuentro nada interesante. Contemplo la idea de faltar a clases, pero estas empezaron hace pocas semanas y ya acumulé demasiadas faltas. Por suerte estoy al día con las tareas.

-¿Tyler? -pregunta mi madre mientras baja por las escaleras-. Buen día hijo.

-Buenos días, Tyler -saluda mi padre, que está detrás de su mujer. Se lo ve algo emocionado.

-Buenos días -respondo.

-Hoy prepararé el desayuno -dice Chris.

-Sí, por favor -responde Kelly-. Tomaré una ducha rápida antes de salir.

Ella vuelve a subir y mi padre se dirige a la cocina, en tanto yo me pongo mis zapatillas.

-¡Hijo! -exclama Chris-. Ven.

Obedezco y veo que él está batiendo unos huevos, sigue con cara contenta. Me planto en frente suyo, como preguntando qué quiere.

-Fíjate en la puerta debajo de la escalera. Hay algo para ti.

Camino dudoso hacia donde él me indicó. Abro la puertita y me encuentro con una caja, lo que me provoca aún más duda. La saco de su lugar y vuelvo a la cocina.

-Espero te guste.

Abro la caja algo emocionado y me encuentro con un ukelele, uno celeste pastel, muy lindo.

Recuerdo qué, en la mudanza, mi antiguo instrumento se perdió entre los dos viajes de traslado. Cuando vivíamos en la otra casa, solía tocarlo mucho. Siempre me transmitió una rara tranquilidad, una muy bella. Cuando me di cuenta de que no estaba, no dije nada y creí que ellos no se enterarían, pues nunca hablamos del tema. Pero el nuevo regalo me hace sentir bien.

Adoro a mis padres, ellos están en cada detalle y agradezco eso.

-¡No puede ser! Yo... -exclamo en cuanto sostengo el ukelele por primera vez, al mismo tiempo cubro mi boca con la mano- ¡Muchas gracias!

-No hay nada que agradecer, hijo, disfrútalo -añade Chris, algo conmovido por la escena-. Con tu madre extrañamos oírte tocar sin parar, todas las tardes.

Río un poco por sus palabras y tomo asiento para poder desayunar. Creo que no será un mal día.

Termino mis hotcakes y me dirijo al auto junto con mi madre.

-¿A qué hora regresarás hoy? -dice Kelly.

-Al horario de siempre -respondo.

-Genial hijo. ¿Te gustó el regalo?

-Me encanta -digo con una sonrisa en el rostro.

-Me pone muy feliz verte bien -menciona mi madre y las facciones de su rostro la delatan, va a llorar-. Perdón es que, ya sabes, me emocionó rápido.

Yo tomo su mano cuando ella me la brinca. Caigo en que estamos a nada de llegar al establecimiento.

-¡Suerte hijo! -exclama la mujer que me dio la vida en tanto entramos al colegio, le respondo con una pequeña sonrisa y ambos nos perdemos en la multitud.

-¡Tyler! -exclama Lizzy en cuanto me ve entrar por la puerta del salón, todavía faltan cinco minutos para que empiece la clase. Gerard me saluda también, pero con la mano, mientras esboza una sonrisa. Su amigo, él chico que dibujé, sólo me mira.

-Hola -respondo y me siento al lado de mi amiga.

-¿Cómo estás? -cuestiona el pelirrojo.

-Yo bien ¿Y tú? -respondo, dando la vuelta.

-Bien, también. Les estaba diciendo a los chicos que estaría bueno hacer algo, hoy en la tarde.

-S-si quieren -digo.

-Hay una cafetería en el centro -comienza Josh-. Anunciaron que cerrara el viernes y tienen todo a menor precio.

-Ahí estaremos -dice Lizzy, casi al instante.

-Iremos entonces -confirma el pelirrojo

-Suena bien -añado.

Luego suena el timbre y, de a poco, van entrando los alumnos, junto con él profesor.

-¡Silencio, chicos! -exclama el señor mientras acomoda unos libros en su escritorio. Todos obedecen y comienza la clase.

No hay nada que odie más que a química, simplemente no es mi materia. Por suerte Lizzy es buena y me pasa todas las tareas.

-¿Joseph? -pregunta el profesor, es lo primero que escucho desde que empezó a hablar-. Entonces ¿Le quedó claro lo que es un isótopo?

Diablos, tenía mi vista perdida en cualquier lado, no presté atención en ningún momento. Quedo estático.

-¿Le comió la lengua el gato? -vuelve a hablar, después de no recibir respuesta. Siento algo de sudor caer por mi frente. Siguen unos segundos de silencio, miro a mi lado para notar que todos ponen su vista en mí, parecen disfrutar la escena.

-¿Y a usted qué le importa? -interrumpe la voz que corta con el silencio formado en el salón.

La pregunta de Josh hace que todos en la clase comiencen a murmurar.

-Silencio, Dun. Nadie le habló -responde el viejo. Ahora mis manos también sudan y, como siempre, formuló palabras en mi mente, pero nada salen por mi boca- ¿Joseph? Sigo esperando la definición de isótopo -menciona mientras mira el reloj que lleva en el brazo.

-No tiene porqué tratar mal a sus alumnos -añade Josh-. Tiene que enseñar y ya.

-Al despacho del director, Dun -suelta el profesor mientras señala la puerta.

-Pero -se queja Josh, con una mueca irónica.

-¡Ahora! -exclama el mayor y el peliteñido obedece. Ambos salen por la puerta.

Todo queda en silencio, solo algunos pocos murmuran cosas que no entiendo. Mis manos sudan más que antes, siempre termino arruinando todo, hasta cuando no lo intento. No sé por qué Josh se metería en problemas por mí, luego de cómo lo despedí aquella tarde creí que se alejaría. Y eso debería hacer.

-Tyler -comienza Lizzy- ¿Estás bien?

La miro perplejo y me pierdo en mis pensamientos.

prove me wrong; joshler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora