6. friday

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(TYLER)

Al fin viernes.

Después de todo, la primera semana siempre es la peor, mi experiencia lo confirma.

Suena el cuarto timbre del día, señalando el fin del mismo. Me paro y recojo mis cosas, al igual que todos los presentes.

—Chicos —comienza Gerard cuando salimos del salón, con algo de decepción en el rostro—. Me escribió Josh, dice que están arreglando la calefacción en su casa —hace una pausa en donde amiga y yo le prestamos más atención—. Dice que hacen mucho ruido y pregunta si quieren pasarlo para mañana.

—Mañana tengo dentista luego de clases —responde Liz, negando con la cabeza.

Visualizo a mi madre a unos metros de la puerta del establecimiento. Ahora viene a saludarnos.

—¡Hola chicos! —exclama la mujer que me dio la vida, mientras se acerca.

—¡Kelly! —dice mi amiga, haciendo énfasis en la última silaba.

—Hola señora Joseph —saluda Gerard, formulando una sonrisa.

Mi madre les pregunta cómo están, mientras tanto, noto que somos los últimos en salir.

—Tengo que irme, llegaré tarde al otro trabajo —se lamenta mi madre—. Hijo ¿A qué hora llegarás a casa?

—Sobre eso —comienza Lizzy—. No podremos juntarnos en casa de Josh, parece que están arreglándola.

—Uh, que lastima chicos —responde Kelly y  parece pensar en algo. Luego me mira. Que no lo haga— ¿Por qué no van a casa? Estarán tranquilos, no hay nadie.

Lo hizo.

Luego de hablar, pone su mirada en mí, buscando aprobación. No puedo negarme, tampoco tengo excusas, pues ella soltó la idea. Mis dos compañeros me miran expectantes.

Afirmo con la cabeza, no muy convencido, luego salimos del colegio los cuatro juntos.

Quizá no salga tan mal. Tengo miedo de que el locodesquiciadopsicópata de Josh sepa en donde vivo. Pero, por otra parte, puede ser una buena oportunidad para conocerlo mejor. En fin, no sé.

...

En el camino, Gerard no para de hacer chistes y contar cosas interesantes, luego de notar el silencio que los tres formábamos. Él parece muy diferente a su amigo, es cómo ¿Una buena persona?

Nos detenemos en la mejor pizzería de Columbus, según Gerard, la cual no está muy lejos de donde estudiamos.

—Josh dice que está de camino.

—Que traiga doritos, o que no aparezca —menciona Lizzy, en broma tal vez, ambos nos ponemos serios si de doritos se trata. Es lo que más consumimos.

—Okey, le informo.

Coloco las llaves y abro la puerta.

Como compramos pizza, directamente nos sentamos a comer. Es una "pizza extrema", como decía el cartel. Supuestamente es extragrande y con extraqueso. Al abrirla, notamos que la publicidad no miente.

...

(JOSH)

El vendedor me extiende el paquete de doritos por el mostrador y le pago para, finalmente, poder salir del local. Comienzo a caminar hacia la casa de Tyler.

Tyler, ese chico, es tan raro. A veces me resulta alguien de interés, luego recuerdo que se comporta demasiado extraño. Su personalidad es la del chico triste que se sonroja con cualquier interacción. Puaj, ya hay muchos así. Realmente no me centro en molestarlo, pero en algunas ocasiones me frustra que no hable, es cómo, no sé, raro. Escuché su voz una sola vez en está semana. No entiendo porqué Lizzy lo protege tanto, ni cómo se llevan bien. Ella también tiene la personalidad de chica triste, pero parece segura de sí misma, no se deja rebajar por nadie. La rubia hasta me pidió que no sea grosero con él, que trate de ponerme en su lugar.

¿Qué lugar?

Visualizo la cuadra en donde se supone que vive el raro este. Me fijo en el celular la dirección que Gerard me pasó. Que suerte, justo en frente mío. Toco el timbre y escucho un grito del pelirrojo, tan predecible.

—¿Y los doritos? —pregunta Liz en cuanto me ve.

—¡Hola, Lizzy! Sí, estoy bien ¿Y tú? —respondo de manera irónica, su rostro hace una mueca burlona—. Los traigo en la mochila.

—Hola estúpido —saluda el pelirrojo con algo de salsa de tomate en sus comisuras.

—Hola —le contesto— ¿Nadie me tratará bien hoy?

—Intenta con Tyler, quizá te vaya bien —propone y no quiero hacerlo, pero es su casa, es una obligación saludarlo.

—Hola, Tyler —comienzo, pegándole amistosamente en el hombro

Al instante, veo y siento que él se asusta, moviendose a un costado. Quizá lo sorprendí, él castaño estaba entretenido comiéndose un trozo de pizza, de forma muy delicada.

—Perdón —suelto, algo asustado quizá. Veo que Lizzy vuelve al comedor con el paquete de frituras en sus manos

—¿Hurgaste en mi mochila? ¿Sin permiso?

—¿Qué te parece? —responde la rubia mientras lleva un triángulo a su boca. La miro furioso y volteo cuando Tyler se dirige hacia mí.

—H-hola Josh —dice casi susurrando, con dificultad. Noto lo tanto que le costó decirlo. Por mi parte, le brindo una pequeña sonrisa en respuesta.

Creo que en serio le cuesta comunicarse, no son ideas mías o pura timidez de su parte. De todos modos, no pienso mucho en eso, pero me genera cierta duda.

Agarro un trozo de pizza y comenzamos a hablar de cosas graciosas con Gerard y Lizzy.

Tyler, cada tanto, ríe un poco o mueve su cabeza para responder. Todo un misterio.

...

Luego de unas horas haciendo la maldita investigación, Lizzy y Gerard la terminan y notamos que está anocheciendo. Al raro y a mí nos faltan algunas cosas para completar.

Desgraciadamente, mi madre pidió que llegue antes de que ella se vaya. Irá de acompañante con mi padre a un viaje de negocios este fin de semana. Por eso le ofrecí a Tyler terminar la investigación mañana. En mi casa. Y no me molesta que venga, es sólo que, no quiero sentirme incómodo. Por otro lado, tampoco quiero reprobar.


prove me wrong; joshler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora