(JOSH)
—Detesto los lunes —digo mientras siento el aroma del café, que rompe con el frío del hogar, la calefacción está averiada.
—¡Ni has probado tu desayuno! —exclama Laura con la mirada puesta en la mesa, donde se encuentran los panqueques de siempre, junto con un vaso de jugo de naranja recién exprimido— ¡Llegarás tarde a tu primer día!
Y así es cada mañana. Ay Laura, quiero tanto a esa mujer. Ella es muy divertida, amable y compañera conmigo. Obviamente tenemos nuestros choques, pero nada fuera de lo normal.
Luego está mi padre, que no demuestra ser un mal tipo, pero no es así. De pequeño tuve más unión con él, hasta que lo ascendieron en su trabajo, solo lo veo en la hora de la cena, muchas veces debe irse de casa por sus deberes. Llegó a pasar semanas lejos de nosotros. Ahora me siento muy lejos de William. La última parte que me agradaba de él desapareció una noche, cuando traté de defender a mi madre y recibí un golpe de su parte. Yo ya sabía que la relación de ellos cambió rotundamente desde un viaje que hicieron hace un tiempo. De un momento a otro, su unión parecía falsa, casi no hablaban. Recuerdo ver a mi madre llorar mucho por eso. Una vez, leí una conversación que tuvieron por celular, hablaban raro, nombraron cierto hecho de manera no literal y Laura decía que no tenían futuro.
Pero decidí no prestar atención a eso, supongo que no debo meterme más.
—Realmente, no parece un mal plan... —bromeo, tal vez, mirándola de reojo, tomando el último sorbo de café que la taza me permite.
—Ah, sí, cállate mejor William —responde con un gesto irónico. Sabe perfectamente que odio mi segundo nombre.
Con sólo pensar en la escuela, siento náuseas, que cliché, lo único interesante son mis a. igos, tampoco tengo tantos. No fui ni soy la clase de persona llamativa o atractiva, las dos características principales que definen tu importancia en algo tan superficial como la escuela.
Le di un besito a mi madre y salí por la puerta.
Aquí vamos.
(TYLER)
No estoy preparado para el primer día, realmente no. El reloj muestra las 7:15 A.M. Debo apresurarme, no quiero llegar tarde.
Todo pasó tan rápido.
Nos mudamos con mi familia a Columbus hace unos días. Mi madre consiguió empleo en una escuela secundaria de aquí hace ya un año. Mis padres creyeron que sería una buena oportunidad para comenzar de cero, luego de... Bueno eso. No quiero pensarlo, la última vez no terminó bien.
Mi mejor amiga de toda la infancia, Elizabeth, vive aquí hace dos años. Recuerdo que separarme de Lizzy fue muy doloroso, mi única amiga me había dejado en el peor momento. Pero bueno, solamente teníamos 13 años y se fue por una fuerza mayor. De todas formas, nunca perdimos el contacto, hablábamos por llamada casi todas las noches de la semana, me contaba todo lo bueno de esta ciudad. Hablaba de nuevas relaciones amistosas y enfatizaba en que ninguna me superaría.
Yo me sentí muy bien al volver a verla. Ya desde la noticia de mi mudanza, ambos nos hicimos mucha ilusión. Creí que el reencuentro sería aburrido o tímido, pero seguimos conectando de manera única, claramente es algo que nos caracteriza. Ella me enseñó el barrio por completo y me llevo a tomar batidos al centro de la ciudad. Por suerte, nuestras casas no están lejos una de la otra, son solamente unas cuadras. Mi madre le agradeció mucho por todo. Ambas sabían que, desde aquello, hacer una vida normal, establecer relaciones o simplemente conocer nuevas personas es algo que me cuesta, y mucho. Pero a veces me siento como una mochila, una carga para las personas que me rodean. Quizá porque soy sensible, algo nervioso y poco social. Pero todo se agudizó con eso. En solamente una noche, mi vida se destruyó y todo empeoró, cayendo en picada.
Hoy en día, gracias a eso, desarrollé gran dificultad para comunicarme. Él que fue mi psiquiatra en aquél tiempo, me diagnosticó depresión, ansiedad social y algo así como un mutismo selectivo por el estrés postraumático. Casi no hablo en situaciones sociales con personas que recién conozco, o con las que no desarrollé la confianza suficiente. Mis doctores informaron que casi no hubo mejoras, en los dos años que pasaron.
—Tyler, cariño —grita Kelly desde abajo—. ¿Estás listo? Te preparé el sándwich que tanto amas.
Bajo apresurado mientras me coloco mis audífonos, para no hacerla esperar, no quiero que mi madre llegue tarde por mi culpa. Le niego el sándwich, realmente lo amo, pero no tengo hambre.
—¿Recogeremos a Lizzy de camino? —pregunta mientras envuelve el sándwich en film, yo le asiento mientras me lo pasa, para guardarlo en mi mochila.
Ya en el auto, Kelly puso alguna canción en la radio, una que no conozco. Se la ve muy feliz, pero también nerviosa.
—Recuerda que estoy ahí contigo, literalmente —menciona mientras estacionamos en la casa de mi amiga, mirándome a través del espejo retrovisor. Luego se da vuelta y sonríe en tanto toma mi mano—. Puedes llamarme o irrumpir en mi clase, lo que sea, solo quiero que estés bien.
La madre de Lizzy y la mía se saludan, llevan tiempo sin verse. Ella le agradece a Kelly mientras su hija se sienta a mi lado.
...
Charlamos hasta llegar a la institución. Ahora visualizo mi nuevo colegio. Suspiro. Los tres bajamos del coche.
es mi primera fic sepan entender, vienen cosas mas interesantes, como en el cap 2 aaaa
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prove me wrong; joshler.
Fiksi PenggemarJosh es un grosero, y lindo. Un grosero lindo. En donde a Josh le molesta que su nuevo compañero no hable, pero él poco conoce a Tyler.