Viernes, 2 de julio

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6:36 pm - Hoy estuve leyendo La Peste de Albert Camus, leí el prefacio y empecé a distraerme pensando algunas cosas. Llegué a la conclusión de que, a fin de cuentas, lo único interesante de la vida es que recopilamos experiencias e interpretaciones. En los libros encontramos diferentes puntos de vista de los autores, dependiendo el caso, a fin de que llevemos nuestra vida por un buen camino. Ya que casi nunca sabremos cuál es la mejor manera de actuar ante la vida, gracias a estos autores podemos más o menos enderezarnos. Una vez que escuchamos el consejo, nosotros podemos decidir si cambiar nuestra vida o no. Nuestra misión como personas es la de enseñar. La desventaja es que pocas veces existe una relación práctica entre el consejero y su consejo, es decir, que a veces el consejero no puede poner en práctica su propio consejo, lo cual es irónico.

10:00 pm - Uno de los estados mentales más extraños a los que me he enfrentado últimamente es donde careces de voluntad. Hay muchísimas cosas por hacer, pero no existe la fuerza mental o la voluntad para ponerse a resolver esos problemas, incluso para ponerse a hacer las cosas que me gustan, los hobbies y esas cosas. Es como si, a final de cuentas, careciera de valor o sentido hacer esas cosas. Podría parecerse a pensamiento pesimista o de corriente absurda. Es como si dijese: para qué hacer esas cosas si, a fin de cuentas, me voy a morir. Luego de pensar eso, mi mente, como una respuesta defensiva al pesimismo y como antítesis, piensa que no por eso debemos detenernos. Es más, sabiendo el hecho de que nada tiene sentido o que a fin de cuentas moriremos, sería tener una mente más clara y realista y sería valiente afrontar las situaciones aún sabiendo esto. Pero es que hay veces en las que tengo que ser más fuerte de lo que en realidad soy. De esta manera en mi cabeza pienso una idea e inmediatamente la retuerzo y la refuto. Cito a Nietzsche: "No soy un hombre, soy un campo de batalla". Y es que esta frase se acomoda perfectamente a la situación, qué dilema a veces tomar una simple decisión.

Inevitablemente debemos forjarnos nuestro propio camino en la vida y podemos elegir entre dos variantes, según yo. La primera es ser como todos los demás, es decir, consigue un trabajo y confórmate porque, al final de cuentas, ya tienes el dinero y los recursos necesarios para mínimamente sobrevivir. Sé parte del ganado y no pienses más allá. No cuestiones nada ni pienses porque da miedo, además pones en peligro tu vida; mejor disfruta calladito. 

El segundo, el más interesante, es cuando le apuestas todo a un arte, a alguna habilidad, o mejor dicho a algo que tú mismo puedes crear y de esa manera puedes  subsistir o al menos avanzar. Puedes apostarle tu futuro a crear música, al diseño, o cualquier otra cosa donde puedas sacar provecho para avanzar y no quedarte estancado. Obviamente nadie te asegura (más que tú y tu esfuerzo) que podrá resultar bien, pero es lo interesante. Los niveles de incertidumbre ahí son elevados pero los resultados lo valen. Es el camino por el que estoy apostando. Hasta que tenga bien adiestrada mi arte viviré de ello.

Pensé que podría existir otra variante donde le apuestas tu futuro a los estudios, es decir, terminar la Universidad y ejercer tu carrera. Yo pensaba en ese camino pero, en realidad, como en todo, no te asegura un buen futuro, además, es muy tardado. Y la competencia allá afuera es inmensa. Tendrías que ser muy bueno en lo que haces y dedicarle mucho tiempo. Pero se puede.

Todo es tan sencillo pero las percepciones lo complican. La falta de voluntad mata y en estos tiempos hay que forjarse una demasiado estable. Es importante no depender de "la motivación" porque no siempre estará ahí para ayudarnos. Es un impulso, pero cuando no está uno siempre decide si hace las cosas o no y saberlo no es de sabios. Uno mismo sabe cuando quiere evitar complicaciones o enfrentarse a situaciones de estrés y prefiere no hacer nada. Esto porque siempre hace "más llevadera la vida". Pero el tiempo no estará siempre aquí y se marcha muy rápido, no espera a nadie. Y cuando por fin nos demos cuenta del inmenso valor que tiene ya habremos perdido años bañados en dudas, inseguridades y miedos porque no supimos si intentarlo o no. Si todo fuera tan fácil como solamente tomar la decisión de hacerlo sin darle vueltas, sin pretextos, sin engañarnos a nosotros mismos, todos seríamos unos genios, seriamos unos sabios, y todos tendríamos alguna buena habilidad.

El arte está ahí para ofrecernos un escape de la realidad, si creo música es porque la vida me permite crear algo que rompa lo cotidiano, que rompa lo simple y aburrido. Me ofrece la oportunidad de plasmar algo mío en simples vibraciones y notas que combinadas crean una melodía que describe mi situación emocional o un sentimiento interior que está profundamente clavado en mí. Si pinto un cuadro es porque puedo plasmar una idea que está en mi cabeza, puedo pasarla de lo imaginario a lo real, le puedo dar vida en colores y texturas. Transformo lo intangible en lo tangible. Si escribo es porque puedo intentar plasmar lo que siento o pienso en un papel, para que los demás descubran una nueva perspectiva o se sientan identificados. Si no hubiera arte la vida no sería soportable. Qué haríamos sin la música que nos ayuda a sobrellevar el día a día o a ignorar un poco la realidad. 

La última decisión siempre está en nosotros y una vez que aprendemos a darnos la oportunidad de intentarlo, no habrá nada que nos pare después de eso. Tengo que la idea de que para solucionar algunos problemas relacionados con la voluntad debemos comprometernos con nosotros mismos para lograrlo, además de cumplir con ciertos hábitos: meditar, practica a diario el arte que elegimos, mejorar la paciencia y tomar los errores como nuestros mejores maestros. Y como más importante: no te cierres a nuevas ideas. Ser conservador es como cortarse las piernas y siempre es bueno ver las cosas de forma distinta. El conocimiento que los demás nos pueden proporcionar siempre tiene que ser bienvenido, sino de qué otra manera podría uno aprender otras perspectivas o estudiar lo ya estudiado. A fin de cuentas, de tanto conocimiento ajeno hacemos lo nuestro, porque llega un momento en el que ya habremos sobrepasado los escalones que los demás han transitado en busca del conocimiento o una nueva perspectiva. Porque, según yo, lo más importante no ha sido crear algo nuevo, sino crear lo ya creado pero de una manera en que nadie lo había hecho. Es curioso. 

Aunque no siempre lo que queremos con el arte es crear algo o re-crear algo con un enfoque distinto, sino sentir menos dolor. Al menos apaciguar el vacío que no sabemos como expulsar de nuestro ser. Al menos expulsar algún monstruo que nos está asesinando y dejarlo en cualquier lugar.

Y sí, como dijo Camus: "Porque en medio del invierno, me di cuenta de que habitaba en mí un verano invencible". Y es que como no detenernos cuando no existe un motivo para hacer las cosas. Como no detenernos cuando no tenemos ganas. Como no detenernos cuando no nos sentimos bien. Y es totalmente justificable. Pero, casi la mayoría de las veces, nosotros ponemos nuestros propios límites. El verano está dentro de nosotros, solo hay que saber verlo. ¿Y cómo se ve? Ni yo sé, y eso me estoy buscando. Pero creo que me aproximo. Siento el calor del sol y poco a poco dejo de tener frío. Me hurgo el alma con tanto fervor para hallarlo, porque estoy cansado de sentir frío en el abismo que habita mi corazón.


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