Jueves, 19 de agosto

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8:30 am
Ya tenía varios días sin escribir, sin desechar aquello que se acumula, sin limpiar la caja de arena. Hace unos días pensaba lo similar que es una caja de arena a la mente. Se llena de mierda y al final tienes que limpiar. El olor a mierda pasa desapercibido, quizá pensarás: "Da igual, luego la limpio" mientras pasan los días y lo ignoras por completo. El olor está ahí pero decides posponerlo otro día más y te vas a dormir, listo para olvidarte todo. Deberíamos cuidar un poco más nuestra mente y no dejar que se acumule la mierda ahí dentro. A veces hay cositas externas que nos recuerdan que hay que limpiar dicha caja, a veces somos tan ciegos que no la vemos por nuestra cuenta. Ojalá fuéramos menos ciegos.

Sigo atrapado en la indecisión, sigo atrapado entre dos puertas: avanzar o estancarme. Casi entro en la última. Me encuentro en una situación de mi vida bastante compleja, porque soporto muy poco mis pensamientos. En la que no sé qué cosa hacer que sea sustancial y me haga avanzar. No sé qué camino tomar para mí. Estancado entre el fracaso y el miedo a intentarlo. Estancado entre dudas de mis capacidades. Estancado entre rabietas, por caprichos, por deseos y una imaginación que no me permite querer vivir la realidad. Ya imaginé demasiado, ahora debo pasarlo a la realidad. Sentir lo que realmente es vivir un sueño. 

¿Por qué tenía que pensar? ¿Por qué tenía que saber cosas que era mejor no saber y vivir dormido como cualquiera otra persona? Yo nunca quise saber estas cosas, nunca quise vivir dudando, analizando y sabiendo lo oculto. ¿Por qué tenía que enfermarme de aquello que llaman consciencia? Hubiera preferido no saber. Porque no hay manera de borrar ningún recuerdo, ni volver al pasado, ni ignorar lo que ya sabes. Lo que aprendes se queda hasta que mueres, y mientras vivas tendrás que vivir sabiendo aquello que no quieres saber. 

Quisiera vivir en automático, como un robot, como la mayoría allá afuera. Sin una consciencia de los detalles. Siendo un ignorante. Siendo feliz. Disfrutando esta única oportunidad que hay para vivir aunque no tenga sentido pero dejando atrás los detalles, solo vivir el momento. No preocuparse por un futuro incierto ni por banalidades. Viviendo sin darle vuelta a las cosas, sin profundizar, sin conocer, sin saber, viviendo en una mente chica, temerosa, miedosa pero feliz. Siendo feliz de su ignorancia, reconociéndola pero sin querer indagar más allá. Sin buscar detrás de las estrellas, sin buscar razones, sin encontrar preguntas sin respuesta, sin sospechar, sin temer de los demás y sus intenciones, sin el miedo de ser traicionado. Ofreciéndole la oportunidad a todo y sin temer al fracaso. Siendo feliz, sin pensamientos, sin prejuicios, con una mente en blanco, sin consciencia de la maldad, sin ansiedad, sin tristeza. Vivir por vivir, sin preguntarse qué se hará mañana. Viviendo al día. Teniendo poco pero teniendo todo. Satisfecho de lo que se tiene. Sin prisas y con todo el tiempo del mundo. Con libertad.

Me perdí buscando en las profundidades del océano, ahora debo encontrar mi valioso tesoro: a mí mismo.

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