10:59 pm - Hace días que no escribo. Han pasado muchos eventos importantes últimamente que me he concentrado tanto en ellos que terminé olvidándome de todo, hasta de escribir.
Necesitaba distraerme de todo. De la rutina, el trabajo, incluso las relaciones sociales. Que, irónicamente, evadí con más relaciones sociales.
Grandes acontecimientos han sucedido: renuncié a mi empleo, terminé con mi pareja, etcétera... Y es tanto que no sé como canalizar esas emociones. Quizá sea más simple de lo que creo. Hoy me despedí de mis compañeros del trabajo, se sintió extraño. Será extraño no verlos, la costumbre ganó el juego una vez más. Busqué a una persona en específico pero no asistió al trabajo, supongo que esa persona sabría lo que pasaría porque ya le había dicho con antelación. Hubiera querido despedirme de nuevo y saber que está bien. No quiero que tenga problemas con esa persona por culpa mía y que estamos mejor así: alejados.
Gracias por hacerme sentir como en casa. Eres una persona muy especial y gracias por el chocolate.
Terminar con mi pareja fue extraño. Me siento como un extraño a su lado, como si fuera ajeno. No supimos manejar los cambios de mentalidad que ambos empezamos a desarrollar. Y es que quien de verdad ama, ama hasta los cambios de la otra persona. Y el amor en nosotros se terminó. Nos consumió la costumbre, la falta de comunicación, la monotonía y de un tiempo para acá, dejamos de entendernos. Siempre todo era tergiversado, nada claro, nada escueto. Y eso era frustrante. No supimos, o al menos yo, hacerle frente a tanto. Por eso es mejor ser amigos.
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El Diario Maldito
Historia CortaEste es un espacio personal para escribir los pensamientos que hacen que vivir me provoque vómito y hastío. También plasmo algunas reflexiones.