Gisele
-¿Qué haces, Gis? -escucho la voz de Tere en mi puerta, seguido de ver a Amber correr hacia mí.
Río y la siento en mi regazo. Yo me encuentro frente a mi espejo sentada con mucho maquillaje regado, en un vano intento de hacerme un buen look para la fiesta de hoy. Estoy considerando ya, el no ir luego de esta decepción.
-Solo intentando maquillarme. Esto en definitiva no es para mí. -digo tomando un par de toallitas desmaquillantes para comenzar a retirarme las sombras azules que intenté combinaran con mis ojos siguiendo un tutorial.
-Mami. -Amber señala la mesa y comienza a balbucear. Tere sonríe y comienza a asentir como si entendiera todo lo que dice.
-¿Irás a alguna parte? -me pregunta una vez su hija centra su atención en tocar unos labiales.
-Pensaba ir a una fiesta... Creo que ya no quiero ir.
-¿Por qué no? No está tan mal.
-¿Qué no está mal? ¡Se ve fatal! No puedo salir así.
-Ay vamos, no te desanimes tan fácil. Si quieres, te puedo ayudar.
-¿Lo harías? -me giro en su dirección, ya desmaquillada de un ojo y le sonrío, esperanzada.
-¿Por qué no lo haría? Sabes que me encanta ayudar y más si es en algo en lo que soy experta.
-Gracias Tere. -bajo la mirada con una pequeña sonrisa apenada.
-No hay por qué darme las gracias. Sabes que eres como la hermanita que nunca tuve, haría cualquier cosa que me pidas. -me dice y la veo nuevamente. Me pican ligeramente los ojos. -Vamos, comencemos con esto. -asiento antes de girarme a terminar de sacarme el resto del desastre que había hecho a un comienzo.
Amber se baja de mi regazo con un brillo labial en la mano y se queda en la cama cuando Tere la sube ahí. La pequeña se centra en el objeto y en un espejo. Me encanta lo fácil que es entretener a mi sobrina.
Una vez la niña ya no está como un impedimento, Tere comienza a hurgar entre mis cosas e ir por otras suyas. Una vez parece tener todo lo que necesita, se concentra en mi rostro.
-¿Qué te pondrás? -es lo primero que pregunta.
-Un vestido azul pálido.
-¿Quieres impresionar a algún chico? -pregunta y no puedo evitar ponerme roja de inmediato. -Tomaré eso como un sí.
-No, no... yo... no quiero impresionar a nadie. -pronuncio en voz baja, demasiado avergonzada.
-Bueno, si no quieres hablar de ello, no hay problema. -suelta una risita y toma su bolso. -Te haré algo ligero y fresco, no te quiero cargar mucho. Solo realzaré el hecho de que ya eres bonita. -Otra vez, me sonrojo. Odio avergonzarme con tanta facilidad.
-Toc, toc. Llegó la persona favorita de todos. -escucho tras la espalda de Tere. Llevo mi vista ahí, a mi puerta en donde se encuentra parado Chris, observándonos. -¿Puedo pasar?
-¡Pío Chis! -Amber se levanta en su lugar sobre mi cama dejando en el olvido el brillo labial para dar brinquitos en el colchón.
-Mini Tere. -él sonríe y se acerca a cargarla. La niña no tarda en engancharse de su cuello.
-Sí, hola a ti también. -Tere reniega centrada en buscar entre sus miles de paletas de sombras.
-Querida hermanita, lamento que tu hija se robe mi atención antes, es imposible no resistirse a su carita. -le dice y ésta lo observa de mala manera antes de que él le rodease los hombros con un brazo. -Sabes que siempre serás la número uno.
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Sin Mis Chicos (SC Libro #2)
Ficção AdolescenteLIBRO #2 "SAGA CHICOS" Vivir en Nueva York, estudiar en la universidad de tus sueños, teniendo el novio perfecto y nada más y nada menos que a miles de kilómetros de tus 6 hermanos. Para ojos de cualquiera, su vida parece que va a la perfección, si...